Adicción comportamental: ¿Por qué se aconseja ir a terapia?. Un error común es interiorizar la idea de que adicción y drogadicción son lo mismo. Lo cierto es que no todos los trastornos adictivos se basan en el consumo y abuso de drogas como la cocaína o el alcohol; hay adicciones que se basan en acciones. Acciones que sentimos la necesidad de repetir una y otra vez, y que terminan convirtiéndose en el centro de nuestro día a día si no buscamos soluciones empezando un tratamiento.
Ejemplos de este tipo de adicciones comportamentales son el juego patológico o la adicción a las redes sociales, por ejemplo.
Ahora bien… ¿Cómo debe ser este tratamiento de una adicción comportamental? ¿Debemos confiar únicamente en la medicina o la psiquiatría? En este artículo hablaremos de por qué ante las adiciones comportamentales resulta de mucha importancia empezar, al menos, un proceso de psicoterapia.
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Motivos por los que acudir a psicoterapia ante la adicción comportamental
Las adicciones que se fundamentan en la repetición de acciones son fenómenos complejos, y muchas veces es necesario acudir al psiquiatra para que, desde la toma de psicofármacos con prescripción médica, podamos hacer frente a los síntomas de la abstinencia. Sin embargo, en la mayoría de los casos se hace necesario combinar esto con la psicoterapia, para atacar a la raíz del trastorno adictivo. Veamos por qué.
1. Es una intervención científica centrada en los procesos psicológicos
Como las adicciones comportamentales tienen la apariencia de ser un simple problema de falta de disciplina personal o de falta de confianza, es muy común que quienes las sufren intenten aplicar remedios “caseros” o directamente improvisados para poner orden en sus vidas. Esto se deriva del hecho de que no ven lo que les ocurre como un problema de salud mental, y subestiman su capacidad para dañar su calidad de vida y sus relaciones.
Ante esta manera espontánea y poco seria de hacer frente a un desorden psicológico dañino, la psicoterapia pone sobre la mesa técnicas y estrategias eficaces y que son puestas en práctica de manera sistemática, utilizando métodos contrastados.
Las intervenciones psicológicas de los profesionales expertos en adicciones están basadas en terapias científicas desarrolladas durante décadas.
Es por eso que ponernos en manos de un psicólogo supone recibir una intervención de eficacia probada que funciona con un elevado grado de éxito, y que ofrece la posibilidad de corregir errores sobre la marcha al dar más facilidades para detectar qué es lo que falla en cada fase del tratamiento. Esto no sucede cuando nos apoyamos únicamente en los consejos de amigos o familiares para superar nuestras adicciones.
2. Ayuda a romper el círculo vicioso de la ansiedad y el consumo
Cuanto más tiempo pasamos justificando la conducta adictiva y manteniéndola, mayores son las consecuencias de la adicción en nuestro organismo y más cuesta reconocer, en el futuro, que fue un error no buscar ayuda cuanto antes.
A su vez, en los trastornos adictivos, el paso de las semanas y los meses sin buscar ayuda profesional juega en nuestra contra, ya que la abstinencia da lugar a la ansiedad más rápidamente, y de esta manera, la adicción pasa a absorber cada vez una porción mayor de nuestra atención, al mantenernos en un estado ansioso y “en guarda” ante cualquier eventualidad que nos impida volver a sentirnos saciados.
Para que esto no ocurra y para no perder el tiempo reflexionando acerca de si es bueno para nosotros o no ponernos en manos de un especialista, solicitar un servicio de atención psicológica nos permitirá tratar el problema cuanto antes y empezar la intervención en una fase en la que la adicción aún no ha enraizado mucho en nuestra salud mental.
3. Ayuda a eliminar eficazmente las conductas de autosabotaje
Mucha gente cae en el error de asumir que las adicciones son, sobre todo, enfermedades con causas orgánicas y tratables desde la medicina. En realidad, la psicoterapia es esencial, dado que influye en todas aquellas conductas que la persona realiza sin darse cuenta y que mantienen en funcionamiento el ciclo de la adicción. Y esto es algo que no se consigue partiendo únicamente de la medicina.
4. Permite una intervención multidisciplinar
Las intervenciones terapéuticas más eficaces ante los trastornos adictivos suelen ser multidisciplinares, lo cual significa que profesionales especializados en distintos ámbitos influyen en el progreso del tratamiento desde sus respectivos frentes de trabajo. De este modo, los efectos de un tipo de terapia refuerzan los del otro, y viceversa. En definitiva, se generan sinergias al solaparse los progresos realizados desde la medicina, la psicoterapia, etc.
5. Genera un aprendizaje de estrategias nuevas al relacionarnos
En la consulta de un psicólogo, los pacientes que han desarrollado una adicción aprenden de la mano de un profesional cualificado todo tipo de estrategias comunicativas y psicosociales que les ayuda a generar un contexto de amistades y relaciones familiares que juegan en favor de la prevención de recaídas.
6. Mejora la salud mental en general
Acudiendo a un psicólogo podremos superar nuestra adicción, pero también aprenderemos a sentirnos mejor con nosotros mismos, a aumentar nuestra autoestima y a mejorar nuestra salud mental en general. Esto último es muy importante porque los trastornos adictivos se caracterizan por solaparse mucho con otras complicaciones psicopatológicas: pueden ser causa y/o consecuencia de alteraciones como las fobias, la depresión, el TOC, etc. Es decir, que muchos casos de adicción son en realidad lo que se conoce como patología dual.
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Referencias bibliográficas:
American Psychiatric Association (APA). (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). Arlington, VA: American Psychiatric Publishing.
Salamone, J.D. (1992). La función motora y sensoriomotora del estriado y accumbens dopamina complejo: Participación en los procesos de la conducta instrumental. Psicofarmacología (107): pp. 160 – 174.
