¿Existe la adicción a las pantallas?

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Muchas veces se habla acerca de las nuevas tecnologías poniendo énfasis en los problemas psicológicos que pueden surgir vinculados a ellas. En este sentido, destaca el concepto de “adicción a las pantallas” haciendo referencia normalmente a la experiencia de ver a personas que pasan una parte importante de su día a día centrando toda su atención en un móvil o en un ordenador.

Ahora bien… ¿Existe realmente la adicción a las pantallas? Veámoslo.

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¿Qué es una adicción?

Las adicciones, o trastornos adictivos, son un tipo de patologías que generan una dependencia hacia el consumo de ciertas sustancias psicoactivas o de ciertos comportamientos con capacidad para “atrapar” a la persona en un círculo vicioso de malestar y búsqueda de alivio, y que hacen que, progresivamente, esta fuente de refuerzo sea el único interés del individuo, su única fuente de motivación.

Las adiciones tienen las siguientes características:

  • Síndrome de abstinencia: si pasan varias horas seguidas sin tener apenas exposición a la droga o a la acción adictiva, surge un intenso malestar que desencadena incluso síntomas de tipo fisiológico (temblores, sudores fríos, etc.).
  • Tolerancia: la persona necesita cada vez más una mayor cantidad del elemento hacia el que es adicta, y en mayor frecuencia, para experimentar el mismo alivio.
  • Aparición de una sensación de pérdida del control: llega un punto en el que la persona nota que puede interrumpir este ciclo.

¿Es algo real la adicción a las pantallas?

Ahora que ya tenemos una imagen general acerca de lo que son los trastornos adictivos, podemos explorar el tema de si existe la adicción a las pantallas.

Lo primero que hay que destacar es que este concepto no aparece como tal en los manuales diagnósticos de psiquiatría y psicología clínica. Ahora bien, esto no es algo raro, ya que los subtipos de adiciones, por lo general, no aparecen; en la mayoría de los casos no hace falta, ya que se entiende que son variantes de una misma patología. Por ejemplo, si en unos años aparece una nueva droga de diseño, el hecho de que no exista mención a ella en el listado de adicciones no significa que la alteración que genera en las personas que la toman no sea considerada un trastorno perteneciente a esa categoría.

Sin embargo, las adicciones comportamentales son tan poco variadas que sí que se le suele prestar atención a cuál es la conducta hacia la que se genera dependencia; en el juego patológico, por ejemplo, aparece en el DSM-5. Por su parte, como ya hemos dicho, no hay ni rastro de algo llamado “adición a las pantallas”, con todo lo que esto implica.

Así pues, oficialmente, no existe la adicción a las pantallas. Ahora bien, la inclusión de psicopatologías en los manuales diagnósticos suele llevar su tiempo, y es razonable pensar que en caso de existir, la adicción a las pantallas es algo bastante reciente, dado que Internet se ha popularizado en las últimas décadas. ¿Es esta la razón por la que no ha sido descrita como trastorno adictivo descrito por la comunidad científica?

Lo más probable es que la respuesta a esta pregunta sea un no. En primer lugar, porque quienes se planten si puede existir este tipo de adicción, se centran en la adicción a dispositivos conectados a Internet o a algún tipo de red de difusión de información (como la televisión), no a cualquier tipo de aparato con pantalla. Y en segundo lugar, porque no existen estudios que muestren que el abuso de móviles, tablets y ordenadores y la dependencia hacia estos productos sea realmente una alteración que equivalga al resto de adicciones.

Como hemos visto, para que algo sea considerado una adicción debe existir algo más que una tendencia a querer hacer algo constantemente o a sentir malestar si pasa el tiempo y no se tiene acceso a ello. Y en el caso de la supuesta adicción a las pantallas, no existe una evidencia robusta de que las personas que usan constantemente los dispositivos con pantalla terminen desarrollando tolerancia y necesiten cada vez más para experimentar un alivio.

En definitiva, si bien bajo el término “adicción a las pantallas” puede esconderse una psicopatología, lo cierto es que hoy por hoy no se considera que este tipo de alteraciones formen parte de los trastornos adictivos; así pues, incluso en los casos en los que sea necesario asistir a terapia para poner solución a esa dependencia hacia el uso de ciertos dispositivos electrónicos, la intervención terapéutica a utilizar no estará pensada para las adicciones, sino para otro tipo de desajustes psicológicos: trastornos del control de los impulsos, trastornos de ansiedad, etc.

En todo caso, hay que tener en cuenta que las adicciones no son los únicos trastornos psiquiátricos graves que merecen buscar ayuda profesional cuanto antes; sobre todo si ocurren en la infancia o en la adolescencia, las alteraciones psicológicas que llevan a la persona a estar constantemente “pegada” a la pantalla pueden dañar seriamente su calidad de vida y dificultar un proceso madurativo saludable. Por eso, si notas que tu hijo o tu hija se pasa casi todo el día usando su móvil o utilizando el ordenador, es recomendable recurrir al psicólogo.

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Referencias bibliográficas:

American Psychiatric Association (APA). (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). Arlington, VA: American Psychiatric Publishing.

Becoña Elisardo, E. (1996). La ludopatía. Aguilar.

Volkow ND, Koob GF, McLellan AT (2016). Neurobiologic Advances from the Brain Disease Model of Addiction. New England Journal of Medicine. 374 (4): pp. 363 – 371.

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autora del artículo

Laura Palomares Pérez

PSICÓLOGA - SEXÓLOGA COLEGIADA M-15270

Laura Palomares (Madrid, 1973) se licenció en Psicología en la por la UAM, funda y forma parte de Avance Psicólogos desde el año 1999. Amplía su formación en los siguientes ámbitos de la psicología: Título de Formadora en Sexología por el Instituto de Ciencias Sexológicas (In.Ci.Sex) Universidad de Alcalá de Henarés. Master en Sexología por el Instituto de Sexología de Madrid (In.Ci.Sex) Universidad de Alcalá de Henares. Prácticum en la Sociedad Sexológica de Madrid-Fundación SEXPOL. Título de Especialista en Terapia Gestalt, por la Fundación Laureano Cuesta en la Universidad de Comillas. Especialista en Terapia de Pareja, por el Centro Psicológico Dr. De Francisco. Diploma en Técnicas de Integración Cerebral (TIC), por el Centro de Terapias de Avanzadas. Tras 25 años de experiencia como psicoterapeuta, ahora colabora como divulgadora para medios especializados en el ámbito de la Psicología y la salud.

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