Hoy en día solemos escuchar a las personas hablar de ansiedad como si se tratara de algo muy fácil de detectar y entender, pero realmente no es así. Es más, en muchas ocasiones desgasta nuestra salud mental a través de dinámicas comportamentales que tenemos muy asumidas y repetimos una y otra vez en nuestro día a día, como por ejemplo la tendencia a dejar “para otro momento” las tareas y responsabilidades que de las que deberíamos encargarnos con la máxima brevedad posible. Por eso, en este artículo hablaremos acerca de cómo se relacionan la ansiedad y la procrastinación.
¿Qué son la ansiedad y la procrastinación?
La ansiedad viene a ser una combinación de inquietud, intranquilidad, agitación y zozobra en el estado del ánimo, y que tiene que ver con un estado de alta activación del sistema nervioso central. Al sentir ansiedad empezamos a percibir en nuestro cuerpo una incomodidad a nivel orgánico y psicológico.
Resulta importante entender que lo mencionado anteriormente se ajusta a una condición no clínica, normal, si la respuesta ansiosa se corresponde con un estado de alerta que nos advierte de algún peligro o riesgo real y nos permite tomar acciones para hacer frente a esa situación sin perder tiempo. Pero a veces sufrimos problemas de estrés, algo que ocurre cuando esa respuesta ansiosa llega a ser excesiva en comparación con aquello que está en juego (por ejemplo, cuando percibimos como una amenaza algo que en realidad no entraña ningún peligro).
Así pues, podemos entender que la ansiedad normal es aquella que se presenta en las situaciones que vivimos en el día a día y cumple un papel adaptativo, pues prepara al ser humano para el desarrollo de actividades o lo alerta ante amenazas. Se considera normal cuando su duración e intensidad están dentro de los parámetros normales, lo cual no termina generando un problema para el sujeto, por lo contrario, lo ayuda adaptarse y prepararse ante un reto.
Por otro lado, la procrastinación es la tendencia de postergar el comienzo, desarrollo y el fin de las actividades que nos habíamos propuesto realizar durante la jornada. Este patrón conductual muchas veces termina siendo irracional y por lo general termina generando un elevado malestar en el individuo. La procrastinación muy frecuentemente resulta ser un problema más allá del simple cansancio o falta de energía; es una dificultad ligada al autocontrol emocional, falta de motivación, y/o ausencia de un plan y proyecto de trabajo sostenible.
Una frase muy sencilla para poder comprender la procrastinación vendría a ser: “Dejar muy frecuentemente para un mañana (si es que llegas a iniciar, desarrollar y concluir) lo que podrías hacer hoy”.
Además, la procrastinación es relativamente común. Rodríguez y Clariana realizaron un estudio en el año 2017, titulado “Procrastinación en Estudiantes Universitarios: su Relación con la Edad y el Curso Académico” Eligieron 105 estudiantes universitarios para la muestra. Los resultados evidenciaron que entre el 80% y el 95% de los universitarios presenta conductas procrastinadoras en algún momento, el 75% se percibe así mismo procrastinador y el 50% procrastina sus estudios.
Así es la relación entre la procrastinación y la ansiedad
Existen diversos estudios que demuestran la fuerte relación que existe entre procrastinación y ansiedad.
J.A. Tarcilla Morera realizó un estudio en el año 2021, titulado: “Ansiedad y procrastinación en estudiantes de la carrera de psicología de una universidad privada de los olivos, 2021”, con el objetivo de identificar la relación entre ansiedad y procrastinación académica. El estudio estuvo conformado por 2641 universitarios. Se concluyó que existe una relación directa y fuerte entre ansiedad y procrastinación académica.
En segundo lugar, Gil L. y Botello V. realizaron un estudio en el año 2018, titulado: “Procrastinación académica y ansiedad en estudiantes de Ciencias de la Salud de una Universidad de Lima Norte”, con el objetivo de identificar la relación entre procrastinación y ansiedad. En el estudio participaron 290 universitarios. Los autores concluyeron que los estudiantes que tienden a procrastinar y postergar sus actividades académicas presentan mayores niveles de ansiedad. Además, los universitarios del sexo masculino procrastinan más que las estudiantes del sexo femenino.
En este sentido, todo parece indicar que existe una fuerte relación entre procrastinación y ansiedad y viceversa. Es decir, que si solemos tener una tendencia o patrón de conducta de postergar actividades y/o tareas probablemente presentemos mayores niveles de ansiedad, y si solemos sufrir ansiedad, estaremos más expuestos a la tentación de postergar tareas. ¿A qué se debe esto?
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En primer lugar, cuando nos sentimos muy ansiosos, tenemos una tendencia a actuar partiendo desde la evitación de consecuencias a corto plazo indeseadas; es decir, centramos nuestros esfuerzos en dejar de sentirnos estresados o angustiados por lo que nos preocupa; esto, hace que sea muy fácil para nosotros buscar distracciones para intentar no pensar en ello, lo cual conlleva, por ejemplo, no procrastinar para dejar de pensar en esa tarea que requiere un cierto nivel de esfuerzo y que vemos como un reto, algo ante lo cual hay que estar con la mente muy activada.
En segundo lugar, si hemos estado procrastinando, eso significa que tenemos varias tareas pendientes y que el problema se ha ido haciendo cada vez más grande, ya que ahora tenemos menos tiempo para dedicar a esas responsabilidades. A partir de ahí, como ya hemos entrado en la dinámica de dejarlo todo “para más tarde”, repetir una vez más esa aparente solución a nuestro malestar resulta la opción que tomamos por defecto, sin pensar demasiado en ello, ya que ni siquiera queremos detenernos a pensar qué hacer para solucionar el problema. Y de ahí surge el círculo vicioso.
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Referencias bibliográficas:
Ackerman, D. & Gross, B. (2005). My Instructor Made Me Do It: Task Characteristics of Procrastination. Journal of Marketing Education, 27(1), 5–13.
Gil L.; Botello V. (2018). Procrastinación académica y ansiedad en estudiantes de Ciencias de la Salud de una Universidad de Lima Norte. CASUS, 3(2):89-96.
Guzmán, D. (2013). Procrastinación: Una mirada clínica (Tesis de Maestría, Instituto Superior de Estudios Psicológicos, Barcelona, España).
Tarcilla Mosquera, J.A. (2021). Ansiedad y procrastinación en estudiantes de la carrera de psicología de una universidad privada de los olivos, 2021. UPN.