Prácticamente todos los problemas psicológicos por los que la gente acude a psicoterapia no se resuelven solo durante el transcurso de las sesiones de psicoterapia: hay que realizar progresos también entre sesión y sesión, siguiendo las indicaciones del psicólogo. En este sentido, los trastornos de ansiedad no son una excepción. De hecho, para combatir este tipo de malestar hay que adoptar nuevos hábitos que nos lleven a nuevas formas de relacionarnos con la ansiedad y con las situaciones que favorecen su aparición. Y en esto, el apoyo de la familia y de los amigos resulta fundamental. En este artículo explicaremos una serie de ideas clave acerca de qué hacer para ayudar a un amigo o familiar que sufre ansiedad, consejos para darle apoyo sin presionarlo demasiado.
¿Qué son los problemas de ansiedad?
Empecemos por lo más importante: qué implica sufrir de ansiedad? La ansiedad es un conjunto de procesos fisiológicos y psicológicos que se manifiestan en las personas cuando un estímulo interno o externo (es decir, proveniente de los sentidos o de la combinación de la memoria y la capacidad de imaginar) es interpretado como una señal de alarma, algo que supone un riesgo.
Esta señal de peligro puede hacer referencia a algo que compromete la integridad física de quien experimenta esta sensación, como por ejemplo un jabalí que se acerca corriendo hacia nosotros, o puede referirse a un peligro más abstracto, como por ejemplo la posibilidad de suspender un examen de conducir.
Por otro lado, la ansiedad en sí no es algo malo; solo se transforma en patológico cuando empieza a ser una respuesta recurrente y muy intensa ante contextos que no suponen un riesgo real. El ejemplo más claro de esto es el caso de las fobias, que son un tipo de trastorno de ansiedad en el que se desarrolla una respuesta de estrés y angustia con posibles crisis de pánico ante estímulos tan inofensivos como los gatos; pero también hay otros desordenes psicológicos pertenecientes a esta categoría de trastornos, como el trastorno de pánico o el Trastorno de
Ansiedad Generalizada
En todos estos casos, la ansiedad aparece como una respuesta de aparición automática e involuntaria en situaciones en las que causa más daño que bien, y no solo genera malestar y sufrimiento; además, daña la capacidad de la persona a la hora de relacionarse y de llevar un estilo de vida autónomo y funcional.
¿Cómo ayudar a un amigo o familiar que está sufriendo por ansiedad?
Ahoya que ya sabemos qué son los problemas de ansiedad, veamos varios consejos que podemos seguir como amigos o familiares de la persona que sufre por los estados ansiosos.
1. Ayúdale a ir al psicólogo
Cuando la ansiedad se transforma en un verdadero problema, es muy importante no asumir que el malestar se irá solo, sin más. Lo primero que hay que hacer es aconsejar e informar sobre la importancia de asistir a psicoterapia a quien sufre por esa ansiedad.
Algo tan simple como proponerle leer juntos información sobre los centros de psicología a los que podría acudir resulta un gran avance; también puedes contribuir a resolver sus dudas acerca de en qué consiste la psicoterapia contra la ansiedad, aunque sea aportándole información básica que hayas encontrado en libros o páginas web especializadas.
Finalmente, le puedes proponer poneros en contacto juntos con algún equipo de psicólogos, para que así aumenten las posibilidades de que empiece a comprometerse con el proceso de mejora con ayuda profesional, sin que lo deje siempre “para mañana”.
2. Apoya y aconseja, pero no presiones
En todo momento, a la hora de ayudar a alguien con ansiedad, hay que poner cuidado en que nuestras aportaciones no sean interpretadas como actos de imposición, sobre todo al tratar con personas adultas. Recuerda que el objetivo es ayudar a un amigo o familiar que sufre ansiedad.
Por eso, hay que acompañar y dar apoyo, y en ningún caso organizar la vida de ese amigo o familiar y a obligarlo a seguir una serie de rutinas para que esas acciones pasen de ser una imposición a ser un hábito. En todo caso hay que buscar consensos, hay que favorecer que el compromiso que esa persona tiene con su proceso de mejora quede reforzado.
3. Interésate por su progreso y nuevos retos
Resulta recomendable ir interesándote por sus avances de manera que surjan conversaciones (aunque sean breves) sobre este tema. Así, estos pequeños pasos hacia la recuperación que suponen combatir la ansiedad patológica serán más estimulantes, porque generarán el beneficio añadido de saber que alguien más reconoce y aplaude esos esfuerzos y las victorias que procura el compromiso con la terapia.
Además, no solo hay que interesarse con sus progresos pasados. También es bueno hablar sobre los retos que aspira a cumplir en lo relativo a ir venciendo a la ansiedad.
Por ejemplo, es recomendable que te intereses por los objetivos de mejora diarios o semanales que se haya fijado, ya sea hablar con un cierto número de desconocidos, salir de casa a dar un paseo durante determinado tiempo, etc.
De esta manera, tu amigo o familiar tendrá presentes sus objetivos y ello hará que sean más importantes para él.
4. Evita la condescendencia y céntrate en reconocer sus esfuerzos
Que un amigo o familiar sufra de ansiedad no significa que se transforme en un bebé que necesita cuidados constantes.
Por eso, es contraproducente tratar a estas personas como si no tuviesen el criterio suficiente como para saber qué es lo correcto. Incluso en los casos en los que no se cumplen los objetivos fijados para ir mejorando, esto no es porque no sean conscientes de lo que deben y no deben hacer, sino que son consecuencias de los procesos psicológicos de miedo y evitación asociados a los trastornos de ansiedad, algo que va más allá de la razón y de las palabras.
Así, si en determinado momento ese familiar o amigo incumple las normas que en consenso con el psicólogo se había asignado a sí mismo, no hay que sermonear; simplemente, hay que darle apoyo emocional y hacer lo posible por que la próxima vez pueda conseguirlo.
5. Crea entornos que favorezcan su recuperación
Este es uno de los consejos más útiles para ayudar a amigos y familiares con ansiedad, porque obedece a criterios objetivos. Consiste en hacer lo posible por que el entorno de la persona ansiosa esté libre de estímulos que puedan interferir con su mejoría.
Por ejemplo, si has observado que cuando tu familiar o amigo piensa en una responsabilidad que debe hacer combate la ansiedad dándose atracones de comida en vez de haciendo eso que debe ser hecho, pídele permiso para tirar todos los snacks y productos de picoteo entre horas, y cuando diga sí, hazlo tú mismo. Si fuma mucho cuando siente ansiedad porque le permite salir al patio y alejarse de aquello que debe hacer, pídele permiso para tirar o esconder el tabaco, etc.
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6. Ayúdale con las técnicas de relajación
Cuando tu amigo o familiar acuda a psicoterapia, probablemente tarde o temprano recibirá entrenamiento en técnicas de relajación. Por eso, pregúntale si puedes ayudar creando ambientes relajantes en los que llevarlos a cabo, o guiándole en el proceso actuando como “narrador externo”.
Nuestra Terapia para la Ansiedad
Referencias bibliográficas:
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