¿Cómo criar asertivamente a mi hijo?. En la infancia, surgen dos necesidades fundamentales que parecen estar oponiéndose entre sí. Por un lado, la necesidad de explorar aprendiendo acerca de cómo funciona el mundo; y por el otro, la necesidad de protección. ¿Cómo conjugar ambas cosas?
Dependiendo de si como padres y madres nos acercamos más o menos a ofrecer ese equilibrio entre libertad y seguridad, estaremos ofreciendo un estilo de crianza u otro. Si nos desentendemos demasiado de lo que hacen, estaremos aplicando una crianza negligente; si, por el contrario, mantenemos una actitud hiper-controladora, aplicaremos la crianza autoritaria; y si logramos encontrar un punto intermedio, estaremos usando el estilo de crianza democrático, que se basa en la asertividad.
Si quieres saber cómo criar asertivamente a tu hijo o hija en su periodo de infancia o adolescencia, sigue leyendo; aquí te daremos las claves para conseguirlo.
Consejos para criar asertivamente a tu hijo
Estas son algunas de las ideas en las que se basan los procesos de psicoterapia infanto-juvenil y el asesoramiento psicológico para padres y madres (eso sí, ten en cuenta que debes ser capaz de adaptar a vuestro caso particular los consejos que leerás a continuación).
1. Fija unas pocas normas, y que sean muy claras
Lo adecuado no es ni pretender que la crianza es posible sin fijar normas en el comportamiento de los hijos pequeños (el simple hecho de no permitir que se expongan a peligros ya implica la utilización de normas), ni intentar que se aprendan listas muy largas de tareas o de cosas que no pueden hacer.
Lo ideal es que existan una selección de pocas normas que son muy importantes, entre 4 y 7, y otras pocas normas de importancia menor, para que el total no supere la docena en el caso de los adolescentes, y la decena en el caso de los niños y niñas (o incluso menos si son muy pequeños).
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2. Asegúrate de que conocen claramente las normas y sus consecuencias
Tanto las reglas que sean importante como las que tienen un rango menor deben tener consecuencias claras, ya sea para premiar el buen comportamiento como para desincentivar el mal comportamiento. Esto debe ser explicado a tus hijos o hijas asegurándote de que lo entiendan, poniendo ejemplos para que sean capaces de imaginar bien las implicaciones de esas reglas.
Además, estas explicaciones deben ser realizadas desde la voluntad de educar e informar, no de advertir o amenazar; no hay que dar por hecho que su posicionamiento inicial es intentar buscar maneras de saltarse esas reglas, ya que eso tan solo serviría para generar hostilidad y una actitud a la defensiva mediante el efecto de la “profecía autocumplida”.
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3. Da la posibilidad de negociar las normas
No impongas unilateralmente las normas; aunque como figura adulta tú tienes la última palabra, eso no significa que no debamos dar la oportunidad de replantear ciertas normas, o de incluir sistemas de recompensas según sus gustos, etc. Esto hará que se involucren en la creación de ese código de buenas conductas y sean menos proclives a intentar hacer que no se cumpla, ya que ellos son los coautores. Además, en este diálogo y negociación será más fácil que entiendan el porqué de cada una de las limitaciones a su libertad.
Saber criar asertivamente a un hijo o a una hija pasa por hacer partícipes del proceso a los pequeños de la casa, mostrándoles que respetamos sus puntos de vista y que si no hacemos lo que ellos quieren en ese momento es por un buen motivo.
4. No plantees los castigos como venganza, sino como consecuencias
Si toca aplicar un castigo, no estamos decidiendo que lo pasen mal, sino aplicando las consecuencias de las normas que ya han sido discutidas y aplicadas en una etapa anterior. Además, en muchos casos se les puede plantear esto como un proceso de aprendizaje, para que sean capaces de detectar a tiempo aquellas acciones que supondrían romper las reglas y en vez de ir por esa vía, opten por un patrón de comportamiento adecuado.
5. Aprecia sus progresos
Cuando cumplan las normas de una manera que suponga un avance, hazles saber que aprecias sus progresos y que estás contento/a de que vayan empezando a comportarse “como los mayores”. Vincular el cumplimiento de las normas al comportamiento de los “niños mayores” o a las personas maduras suele ser un recurso motivador eficaz durante la infancia y las primeras etapas de la adolescencia.
6. Escucha sus problemas
No olvides que criar asertivamente no es únicamente tener habilidad para hacer cumplir las normas; también hay que estar ahí para nuestros hijos, ofrecerles apoyo no solo material sino también emocional. De ese modo nos acostumbraremos a escuchar sus inquietudes y preocupaciones, y nos formaremos una imagen más detallada de cómo sienten y piensan, algo necesario para comunicarnos con ellos sin producirles un malestar innecesario al tratar los temas sensibles.
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Referencias bibliográficas:
Biglan, A.; Flay, B.R.; Embry, D.D.; Sandler, I.N. (2012). The critical role of nurturing environments for promoting human well-being. American Psychologist, 67(4): pp. 257 – 271.
Castanyer, O. (2014). La asertividad. Expresión de una sana autoestima. Bilbao: Descleé de Brouwer.
Cromdal, J. (2009). Childhood and social interaction in everyday life: Introduction to the special issue. Journal of Pragmatics, 41(8): 1473 – 1476.