¿Cómo gestionar un ataque de pánico?. Es muy probable que alguna vez en tu vida hayas sufrido un ataque de pánico; como mínimo, estamos seguros de que has escuchado hablar sobre ellos. A pesar de que no son un fenómeno habitual (lo normal es sufrir un par de ataques de este tipo en toda nuestra vida), sí que es cierto que, en el caso de algunas personas, pueden volverse algo recurrente.
¿Cómo gestionar un ataque de pánico?. Las personas que los padecen de forma constante sienten miedo a revivir el pánico, lo que repercute negativamente en su día a día y les dificulta llevar una existencia normalizada. En estos casos, sí que podemos considerar que ha surgido esta psicopatología. Veamos las claves para gestionar un trastorno de pánico.
¿Qué son los ataques de pánico?
Frecuentemente descritos por los afectados como “tormentas” que se desencadenan de forma súbita en su interior, el trastorno de pánico es como un efecto dominó que causa en la persona que lo sufre un torbellino de síntomas, tanto físicos como emocionales.
Por lo común, sobrevienen sin que existan indicios previos, y suelen estar relacionados con lugares u objetos ante los que el afectado ya sufrió un ataque de pánico con anterioridad. Por este motivo, la persona puede desarrollar una serie de conductas de carácter evitativo, con el fin de no exponerse a lo que le causó el pánico.
Aunque es imposible morir por un ataque de pánico, los síntomas son tan intensos que la persona puede llegar a sentir que está perdiendo la vida. Con todo ello (el miedo crónico a volver a sufrir un ataque, los comportamientos evitativos, etc.) se merma considerablemente la calidad de vida del paciente; a veces, hasta límites verdaderamente incapacitantes.
Por tanto, es imprescindible acudir a un profesional de la salud mental, especialmente si notas que los ataques de pánico se vuelven frecuentes y estás desarrollando actitudes disfuncionales en consecuencia. Como complemento, en el siguiente artículo te proponemos unas ideas para gestionar este tipo de ataques, aunque, insistimos: es crucial que visites a un experto para recibir el tratamiento adecuado.
Síntomas del ataque de pánico
La sintomatología de los ataques de pánico suele ser bastante amplia. Es por ello por lo que es difícil listar los síntomas, aunque sí podemos enumerar algunos que suelen ser denominador común en todos los ataques. Esta sintomatología se presenta en general súbitamente, por lo que la sensación de pérdida de control es aún mayor. Veámoslo.
1. Sintomatología física
El ataque de pánico es la reacción de nuestro cuerpo ante un peligro que no siempre es real. Sin embargo, como el cerebro lo interpreta como tal, desencadena una serie de síntomas relacionados, como palpitaciones, pulso rápido, sudoración abundante, sensación de no poder respirar, náuseas…
La sensación de aceleración cardíaca suele asustar a las personas que están sufriendo el ataque, puesto que a menudo lo confunden con un inminente ataque al corazón. Este temor a morir en cualquier momento no hace más que aumentar la ansiedad y, por tanto, la frecuencia cardíaca. Sin embargo, recordemos que el ataque de pánico no es mortal; las palpitaciones bajarán su ritmo en cuanto descienda la ansiedad y nuestro organismo regrese a su estado normal.
2. Sintomatología emocional
Como ya hemos apuntado, los ataques de pánico pueden aumentar el miedo y la angustia, pues la sensación de estar perdiendo el control y de estar cerca de la muerte es muy intensa. Cuando la ansiedad se apodera de tu mente y de tu cuerpo, es prácticamente imposible discernir lo real de lo irreal, pues las funciones lógicas del cerebro se encuentran prácticamente desconectadas.
3. Sintomatología cognitiva
Es precisamente por esta desactivación de la “lógica” cerebral que nuestra capacidad de cognición ante un ataque de pánico disminuye. Es normal que acuda a la mente un torrente de pensamientos negativos y catastrofistas, o que sintamos que no conectamos con la realidad. A pesar de que todo ello puede despertar mucha angustia y temor, recuerda que los síntomas pasarán y pronto podrás procesar los hechos normalmente.
4. Sintomatología conductual
Estos síntomas se desarrollan a posteriori, es decir, después de haber vivido un ataque de pánico o más de uno. La sintomatología conductual más corriente es la evitación de los lugares, objetos o personas que han desencadenado el ataque. Se trata de una protección de nuestra mente, que intenta evitarnos otro trance semejante. Sin embrago, a la larga esta evitación puede resultar contraproducente, ya que puede repercutir negativamente en nuestra vida cotidiana.
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¿Cómo gestionar un ataque de pánico?
Antes que nada, hay que tener presente que superar este tipo de ataques no es una tarea fácil ni rápida. Se requiere voluntad, compromiso y paciencia y, sobre todo, tiempo. A continuación, te presentamos algunas ideas para gestionar los ataques de pánico, pero recuerda que esto es solo un complemento. Ante un problema como este, siempre debes acudir a un profesional.
1. Investiga sobre los ataques de pánico
Conocer es la clave a la hora de afrontar. Si entiendes cómo funciona el mecanismo de los ataques de pánico y asimilas que no son mortales ni peligrosos, ya habrás avanzado mucho. Lee sobre el tema y haz cuantas preguntas necesites. Eso sí, utiliza fuentes profesionales acreditadas.
2. La rutina es tu aliada
Como los ataques de pánico están relacionados con la incertidumbre, seguir una rutina puede ayudarte a lidiar con la ansiedad. En esta rutina no sólo deben constar las obligaciones, sino también tiempo suficiente para cuidarte y mimarte, así como para el ejercicio físico.
3. Fuera autoexigencia
Por otro lado, la autoexigencia es uno de los estimulantes de la ansiedad. Por tanto, intenta ser menos severo contigo mismo cuando te sobrevenga un ataque de pánico. Recuerda que es algo natural en tu situación y que estás poniendo de tu parte para que no vuelva a suceder. Y eso, como todo, necesita su tiempo y su ritmo.
4. Busca apoyo
No sufras tu problema solo. Apóyate en la gente que te quiere o en grupos de apoyo y terapia; cuéntales cómo te sientes y qué te preocupa. A veces, el simple hecho de expresarte hará que te sientas mucho mejor, sin olvidar que sentirte arropado por tus personas allegadas es muy beneficioso para tu salud mental.
5. Utiliza técnicas de relajación
Este tipo de técnicas, como la meditación y la respiración diafragmática, son muy útiles ante casos de ansiedad. Respirar profundamente tranquiliza la mente y calma nuestro organismo. Prueba, por ejemplo, la técnica de respiración 4-7-8; se trata de inhalar de forma profunda durante 4 segundos, retener la respiración durante 7 y exhalar de forma lenta durante 8. Si vas repitiendo todo el proceso, verás como pronto te sientes mucho mejor.
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6. Busca la ayuda de profesionales
Recuerda que, si ninguno de estos consejos te sirve, no significa que seas un “bicho raro”. Simplemente quiere decir que cada persona es un mundo, y lo que puede ir bien a otros no tiene por qué beneficiarte a ti. Por ello, busca ayuda profesional para que estudie tu caso y diseñe un tratamiento adecuado para ti. Si lo necesitas, ponte en contacto con nuestro equipo de terapeutas en Avance Psicólogos.
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Referencias bibliográficas:
American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5ª ed.). Arlington, VA: American Psychiatric Publishing. ¿Cómo gestionar un ataque de pánico?
Barlow, D. H. (2002). Anxiety and Its Disorders: The Nature and Treatment of Anxiety and Panic (2nd ed.). New York, NY: Guilford Press.
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