Cómo gestionar el estrés por la crianza de hijos

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Cómo gestionar el estrés por la crianza de hijos. La crianza de un hijo o una hija de corta edad es un proceso que resulta estimulante e incluso ilusionante en muchos casos, pero que también trae consigo una buena cantidad de estrés. Velar por el bienestar físico y psicológico de alguien a quien queremos y que depende de nosotros puede llegar a desbordarnos emocionalmente, pero por suerte, hay algunas estrategias que nos pueden ayudar.

En este artículo encontrarás varios consejos para saber manejar el estrés causado por la crianza de los hijos o de las hijas, de manera que tengas pautas para cuidarte mientras cuidas.

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5 consejos sobre cómo gestionar el estrés por la crianza de hijos

Si bien cada familia es diferente y lo mismo pasa con las personas, hay algunos consejos que te pueden ayudar a incorporar estrategias eficaces de gestión del estrés a la hora de educar y criar a tus hijos. Ten en cuenta que debes adaptar cada una de ellas al vuestro contexto y que, en caso de que sufras problemas muy intensos, lo mejor es ir directamente a terapia psicológica.

1. Empieza por poner límites y hacer que sean respetados

Es muy importante establecer unos límites de comportamiento que sean muy claros, para que de ese modo la ambigüedad no sea una excusa para no cumplir con esas normas. Además, debes explicar el porqué de cada una de esas reglas, evidentemente adaptando esta explicación a la edad de tu hijo o hija. Por otro lado, recuerda que el hecho de no cumplirlas siempre debe tener consecuencias, y estas deben ser aplicadas cuanto antes posible tras el incumplimiento. Por supuesto, estos castigos deben ser proporcionales a la gravedad de la acción inadecuada que el pequeño o la pequeña ha realizado.

En caso de que sea posible o tenga sentido, asegúrate de aplicar normas que todos los miembros de la familia deban cumplir, de manera que el incumplimiento sea un fenómeno aún más anómalo allí donde se produzca. Eso sí, si no das ejemplo cumpliendo esas normas, seguramente tu hijo o hija se comportará como si hubiesen dejado de existir.

2. Asigna a tu hijo o hija tareas y responsabilidades como signo de madurez

Dejar que los pequeños de la casa participen en las tareas del hogar no solo es una estrategia útil para mitigar el estrés generado por la crianza; además, puede servir como incentivo para que se comporten bien.

Y es que en la infancia, pasar a ser reconocido como un niño o una niña “mayor” suele ser algo muy deseado, por lo que adoptar estos roles puede llegar a ser algo ilusionante para ellos, siempre que no les fatigue mucho y les deje bastante tiempo libre. Recuerda que los niños aprenden y se desarrollan entre otras cosas experimentando y jugando, y que llenar sus horarios de obligaciones es contraproducente para su crecimiento y bienestar.

3. Incorpora los dispositivos electrónicos a su educación y crianza

Algunas familias se exponen al estrés en parte porque no son capaces de aportar experiencias estimulantes para sus pequeños, de manera que estos no paran quietos y se comportan de manera caótica. En este sentido, normalizar el uso de ordenadores y tablets puede ayudar, aunque, como con todo, sin abusar.

Es cierto que muchos padres y madres usan estos aparatos con pantalla como un recurso demasiado recurrente para mantener “calmados” a los pequeños y poder dejar de estar muy pendientes de ellos durante un rato, pero no es menos cierto que estos dispositivos no son malos de por sí, y tienen mucho potencial. En ellos pueden tener acceso a vídeos educativos, cuentos, juegos de exploración, etc. Lo que sí podéis hacer es aplicar un filtro parental a la conexión a Internet.

4. Duerme bien

Dormir las horas suficientes es una medida muy sencilla para prevenir buena parte de los problemas de estrés, también en el contexto de la crianza. Ponte un horario claro que incluya la fase de preparación de antes de irse a la cama, de manera que sea muy complicado que al llegar la hora de dormir te pille sin poder hacerlo. Además, este momento de estar en la cama y apagar la luz debería ser más o menos el mismo en todas las horas de la semana, salvo en casos puntuales en los que te premies con una cena, una fiesta con amigos, etc.

5. Aplica rutinas de trabajo con tareas secuenciales

Muchas veces, el estrés generado por la educación en casa y la crianza de los hijos está causada por la incertidumbre, el hecho de no saber qué tarea realizar antes. Estos momentos de indecisión nos pueden poner en la situación de pasarnos varios minutos pensando en cuál es la mejor manera de empezar a atender nuestras obligaciones, sintiéndonos cada vez peor al ver cómo pasa el tiempo sin que aparentemente hagamos nada.

Para evitar esto, lo mejor es establecer cadenas de tareas muy claras y ordenadas de antemano, de manera que en cada momento tengamos muy claro qué toca hacer después. Puedes aplicar esto conjuntamente con los desencadenantes de la acción, recordatorios que entrelazan un momento y lugar determinados, la finalización de una tarea y el inicio de otra. Por ejemplo: a las 17h, cuando haya terminado de limpiar los platos en la cocina, iré a la habitación de mi hijo a ver si necesita ayuda con los deberes.

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Referencias bibliográficas:

Del Río, I.Y. (2006). Estrés y sueño. Revista Mexicana de Neurociencia, 7(1): pp. 15 – 20 Cómo gestionar el estrés por la crianza de hijos

Gollwitzer, Peter & Brandstätter, Veronika. (1997). Implementation Intentions and Effective Goal Pursuit. First publ. in: Journal of Personality and Social Psychology 73 (1): pp. 186 – 199. 10.1037/0022-3514.73.1.186.

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autora del artículo

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Por Laura Palomares Pérez

PSICÓLOGA - SEXÓLOGA COLEGIADA M-15270

Laura Palomares (Madrid, 1973) se licenció en Psicología en la por la UAM, funda y forma parte de Avance Psicólogos desde el año 1999. Amplía su formación en los siguientes ámbitos de la psicología: Título de Formadora en Sexología por el Instituto de Ciencias Sexológicas (In.Ci.Sex) Universidad de Alcalá de Henarés. Master en Sexología por el Instituto de Sexología de Madrid (In.Ci.Sex) Universidad de Alcalá de Henares. Prácticum en la Sociedad Sexológica de Madrid-Fundación SEXPOL. Título de Especialista en Terapia Gestalt, por la Fundación Laureano Cuesta en la Universidad de Comillas. Especialista en Terapia de Pareja, por el Centro Psicológico Dr. De Francisco. Diploma en Técnicas de Integración Cerebral (TIC), por el Centro de Terapias de Avanzadas. Tras 25 años de experiencia como psicoterapeuta, ahora colabora como divulgadora para medios especializados en el ámbito de la Psicología y la salud.

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