Como mejorar la relación paternofilial ante niños y adolescentes. Se habla mucho acerca de los problemas de crianza y educación de los hijos que tienen que ver con hacer que cumplan las normas y, en general, con que “se porten bien”.
Sin embargo, no hay que perder de vista algo tan importante o más que eso: la necesidad de cuidar de la relación paternofilial, hacer que se sientan queridos y respetados en el trato con sus padres y madres, de manera que exista una buena comunicación y convivencia.
En este artículo veremos algunas de las claves para mejorar la relación paternofilial, yendo más allá de las estrategias para lograr que se comporten correctamente en el corto plazo.
6 consejos para mejorar la relación paternofilial
A la hora de reforzar y mejorar tu relación con tu hijo o hija, ten en cuenta estas pautas e ideas clave.
1. Asegúrate de que entiende las normas a cumplir
Esto no implica únicamente conocer lo que puede y lo que no puede hacerse, incluye también el hecho de que comprenda la razón de ser de esas reglas.
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Si se ve en la obligación de cumplir unas normas que no tienen sentido para él o ella, es normal que adopte una actitud hostil y que las perciba como obstáculos absurdos que le impiden hacer muchas de las cosas que le apetecen.
2. Planifica tu semana para asegurarte de que pasáis tiempo de calidad juntos
Si dejas que la improvisación guíe siempre tu manera de gestionar el tiempo libre del que dispones, es fácil que no pases tiempo de calidad con tu hijo o hija. Por eso, procura que en tu horario queden varios “huecos” para no ya estar disponible, sino realizar actividades juntos. Estas no tienen por qué ser muy complejas ni involucrar salir de casa cada vez, pero sí deberían involucrar diálogo. Por ejemplo, ver la televisión en la misma sala apenas puede ser considerado una actividad que sirva para estrechar lazos si os limitáis a callar y a mirar una pantalla.
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3. No le interrogues para intentar crear conversación
Lanzar una pregunta tras otra para que tu hijo o hija te explique qué ha hecho durante el día es, por lo general, una mala idea. Lo recomendable es que tú también aportes a la conversación y no te posiciones como una entidad “policial” que investiga lo que ha estado haciendo, dado que eso será visto como una intromisión en su intimidad.
Explícale cosas que sabes o anécdotas que te han ocurrido para plantear temas de conversación desde los que pueden partir varias direcciones de diálogo, pregúntale por su opinión acerca de determinados hechos o creencias, y en general, trata a tu hijo o hija con el respeto que se merece un interlocutor por el hecho de serlo, en vez de pretender llevar siempre la batuta de la conversación o de terminar recitando monólogos.
4. Ofrécele apoyo incluso si no te lo pide
Otra de las claves para mejorar la relación paternofilial tiene que ver con dejar claro que le puedes ayudar a resolver los principales problemas a los que se enfrenta, incluso si nunca antes se había enfrentado a ellos y por consiguiente no le habías podido dar apoyo ante estos.
Una cosa es hacérselo todo a nuestro/a hijo/ pequeño para que no tenga que esforzarse por hacer nada en su día a día, y otra es hacerle saber que ante los momentos difíciles estamos ahí para apoyarle.
Por eso, si notas que pasa por una mala época, es importante hacerle saber que le podemos ayudar en tanto que padres o madres y adultos, dándole ejemplos de lo que podemos hacer por su bienestar. Hay que tener en cuenta que, sobre todo en la adolescencia, los jóvenes son propensos a no comunicar el origen de ciertas formas de malestar que pueden constituir un tabú: dudas con la sexualidad, situaciones de acoso escolar, etc.
5. Hazle saber que te sientes orgulloso/a de cómo se comporta cuando lo hace bien
Es importante que se sienta valorado/a cuando se comporta de un modo maduro para su edad. Estos comentarios y premios simbólicos le servirán como referencia para intuir qué clase de conductas se esperan de un niño “mayor” y harán que vea en ti, entre otras cosas, una fuente de incentivos y experiencias satisfactorias relacionadas con su crecimiento psicológico.
6. Ayúdale con los deberes
Lo mejor es darle apoyo puntual a la hora de hacer los deberes, contribuyendo a que entienda las claves para resolver toda una serie de ejercicios; pero si ver que tiene muchas dificultades con toda una asignatura, lo mejor es contar con profesores particulares o clases de refuerzo, teniendo en cuenta que seguramente no tienes el tiempo suficiente como para ayudarle tal y como lo necesita. Si notas que le frustra mucho no saber hacer los deberes, ayúdale a darse cuenta de que si logra “estar al día” con esa asignatura, en cuestión de un par de semanas puede ser capaz de hacer esos ejercicios rápidamente y con mucho menos esfuerzo.
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Referencias bibliográficas:
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Ropain, A.R.A., Orozco, L.P.P., Gonzáles, C.P.A. (2011). El psicólogo educativo y su quehacer en la institución educativa. Duazary.
Reid, M. & Hammersley, R. (2000). Communicating Successfully in Groups. Hove: Psychology Press.