Dentro de lo que solemos denominar “problemas de autoestima”, podemos encontrar diferentes tipos de alteraciones psicológicas, la mayoría de las cuales no llegan a ser un trastorno mental, pero sí pueden afectar negativamente a la calidad de vida de las personas. Una de ellas son los complejos con el propio cuerpo, una forma de malestar emocional que resulta especialmente frecuente en los últimos años, a medida que se le ha ido dando cada vez más importancia al culto al cuerpo y se han normalizado las operaciones estéticas y los retoques fotográficos en revistas y en redes sociales.
Por suerte, estos problemas pueden ser abordados mediante la psicoterapia, aunque lamentablemente no todo el mundo da el paso e ir al psicólogo a pesar de necesitarlo. Así pues, veamos las características de los complejos con el propio cuerpo y de qué manera se trata en terapia.
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¿Qué son los complejos con el propio cuerpo?
Este concepto puede ser resumido del siguiente modo:se trata de un tipo de problemas de autoestima (concretamente, por falta de autoestima) que tiene origen sobre todo con la percepción y valoración de la apariencia física de uno mismo. Por otro lado, es habitual que se relacione con otras formas de malestar por baja autoestima; por ejemplo, alguien que se considera lleno de imperfecciones físicas tiene una predisposición mayor a tener miedo al rechazo, a intentar sobrecompensar por sus errores, etc.
Por otro lado, los complejos con el propio cuerpo no aparecen de manera espontánea en el interior de la mente de quien los sufre, ni son un reflejo directo de su apariencia o de sus predisposiciones biológicas, sino que parte de sus causas están en las experiencias previas por las que ha pasado el individuo. A través de esta vía comportamental y no puramente biológica, recibimos una gran cantidad de influencias sociales y culturales.
Por ejemplo, hoy en día se le da mucha importancia a lo visual, así como a unos cánones de belleza muy estrictos y basados en la juventud. Si a esto le sumamos que también se han estado alimentando unas lógicas de hiper-competitividad en todos los aspectos de la vida (tanto en los profesionales como de la vida privada), se crea el caldo de cultivo perfecto para que las personas adopten el hábito de buscar sus supuestos “defectos” físicos cada vez que se miren al espejo. Y una vez se ha entrado en esta dinámica, es complicado parar; los ojos irán directamente hacia esas partes del cuerpo que explotan nuestras vulnerabilidades emocionales, e incluso intentar evitar mirarlas tendrá un efecto psicológico que reforzará ese problema de autoestima.
¿Cómo se trata este problema en terapia psicológica?
En el contexto de la psicoterapia, cada caso es atendido de manera individualizada y teniendo en cuenta las características y necesidades de la persona en cuestión; no existen estrategias que funcionen del mismo modo en todos los pacientes. Ahora bien, hay algunas técnicas y formas de intervención psicológicas que se han mostrado especialmente útiles ante este tipo de problemas de autoestima, y es por eso que por lo general son las más utilizadas en la consulta del psicólogo. Veamos cuáles son.
1. Exposición controlada
Esta es una forma de intervención muy utilizada ante los problemas psicológicos vinculados a la angustia y a la ansiedad. En este caso, consiste en ayudar a la persona a ser capaz de contemplar y aceptar esas partes del cuerpo que rechaza y que hasta ese momento no puede mirar sin sentirse mal. Es un proceso de aceptación, en el que se aguanta una cierta cantidad de incomodidad a corto plazo para ganar en calidad de vida a largo plazo.
2. Cambio de hábitos y rutinas en el uso de Internet
El mundo de las redes sociales, si no se gestiona adecuadamente en el día a día entrando a plataformas digitales como Instagram o TikTok, puede llegar a ser una verdadera bomba de complejos e inseguridades con el propio cuerpo.
La sobre-representatividad de los cuerpos normativos y que cumplen todos los cánones de belleza, así como el énfasis en la importancia de la estética, hace que todos aquellos que no encajan en ese tipo de estética sea visto como algo anómalo, o casi aberrante. Por eso, en terapia se ayuda a las personas a no depender tanto de ese tipo de pasatiempos que tienen que ver con consumir constantemente los contenidos que aporta el feed de esas redes sociales (algo que, por otro lado, suele consumir buena parte de su tiempo libre con facilidad).
3. Proyectos de desarrollo personal mediante un sistema de incentivos adaptado a la persona
Si no tenemos ningún proyecto de vida que nos ilusione, es fácil asociar nuestro valor como persona a lo visual, lo que tiene que ver con lo aparente y el aquí y ahora. A fin de cuentas, no hay otros referentes que nos permitan auto-descubrirnos de una manera motivadora.
Por eso, en terapia se ayuda a las personas a reforzar su autoestima ayudándoles a descubrir sus valores y prioridades, y permitiéndoles implementar en su día a día proyectos y rutinas ilusionantes y con elementos motivacionales a corto, medio y largo plazo.
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