Las 11 principales corrientes psicológicas más usadas en terapia. Terapia sistémica, humanista, psicodinámica… cuando hablamos de Psicología en general, y de la práctica psicoterapéutica en particular, podemos encontrarnos múltiples escuelas.
El hecho de que existan tantos enfoques puede llevar a confusión, y por eso es útil saber de dónde parte y en qué consiste cada uno de ellos. Para aclarar esto, en este artículo vamos a describir algunas de las principales corrientes psicológicas.
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¿Qué diferencias existen entre las distintas corrientes de la Psicología?
Antes de hablar de diferentes corrientes psicológicas podríamos establecer una diferenciación principal que los clasificaría en dos grandes categorías:
Por un lado estarían las conocidas como “escuelas de pensamiento”: estas serían las corrientes psicológicas que están basadas en teorías como, por ejemplo, el Psicoanálisis o la Gestalt. Por otra parte encontraríamos los modelos experimentales, es decir, aquellos enfoques que están basados en la investigación empírica. Ejemplos de esto serían el conductismo y el cognitivismo.
Las 11 de principales corrientes psicológicas
En este artículo vamos a centrarnos especialmente en los enfoques experimentales. Veremos brevemente cuáles son las once principales corrientes psicológicas y en qué consiste cada una de ellas.
1. Terapia de Conducta
La terapia de conducta es la práctica que deriva del modelo conductista. Se basa en los principios del aprendizaje del comportamiento para poder analizar y modificar las conductas problemáticas. Es decir, no se basa tanto en categorías diagnósticas rígidas como en una evaluación individualizada de la problemática individual.
Cuando hablamos de modificación de conducta algunas personas se asustan e incluso preguntan “¿Pero eso no es lo de los electroshocks?”. Evidentemente esto no se hace en consulta, ya que la terapia ha de ajustarse a unos límites éticos muy rigurosos y por ello su intervención se basa en procedimientos como la activación conductual, la exposición, la desensibilización progresiva y las técnicas de relajación.
2. Terapia Cognitiva
La terapia que nace del modelo cognitivo parte de la noción de que la conducta manifiesta (lo que hacemos) está en relación de interdependencia con las conductas privadas (lo que pensamos y lo que sentimos), y que por ello es posible centrarse en cualquiera de estos tres factores para modificar los patrones problemáticos.
La principal estrategia de intervención cognitiva es el diálogo socrático o discusión cognitiva: un cuestionamiento de los propios pensamientos para identificar las posibles distorsiones con las que percibimos la realidad y así poder sustituirlas por cogniciones más ajustadas. No obstante, es habitual que en la Terapia Cognitiva se introduzcan elementos de Terapia de Conducta (de ahí el término cognitivo-conductual); aquí se utilizan estrategias como el entrenamiento en habilidades sociales y la resolución de problemas.
3. Terapia Racional Emotiva
Este tipo de terapia tiene mucho que ver con la Terapia Cognitiva y, de hecho, se engloban en la misma categoría.
En el caso de la Terapia Racional Emotiva, el modelo se basa de manera más específica en la identificación de tres esquemas de creencias que dan lugar a los pensamientos distorsionados: 1) la creencia de que debes hacerlo todo perfecto o, de lo contrario, serás un fracaso (relacionada con los problemas de ansiedad y depresión); 2) la creencia de que todo el mundo ha de tratarte como tú quieres o, de lo contrario, eso significa que son malas personas (que puede dar lugar a problemas de control de la ira y de relaciones sociales); y 3) la creencia de que tus condiciones de vida han de ser fáciles o, de lo contrario, tu existencia será insoportable (que puede encontrarse en probelmas de consumo de sustancias y depresión).
4. Terapia de Aceptación y Compromiso
ACT pertenece al grupo de las Terapias Contextuales. Se basa en el Análisis Clínico de la Conducta para evaluar los comportamientos problemáticos (generalmente catalogados como “evitación experiencial”) y promover la flexibilidad psicológica. Este enfoque trata de fomentar la aceptación de las emociones difíciles y enfocarse en las acciones basadas en valores.
Este tipo de terapia comenzó como modalidad de atención individual (tanto para población adulta como infantil) pero posteriormente ha dado lugar a otros tipos de intervención como la Terapia Integral de Pareja, que se basa en los mismos preceptos: “defusionar” o distanciarse de los pensamientos, aceptar las emociones dolorosas y escoger acciones guiadas por los propios valores.
5. Psicoterapia Analítico Funcional
La PAF también se engloba en el grupo de las Terapias Contextuales o de Tercera Generación. Al igual que otros de los modelos antes mencionados, se basa en el Análisis Funcional de la Conducta: la exploración de los beneficios parciales o a corto plazo que hacen que los comportamientos problemáticos se mantengan.
Este tipo de terapia da especial relevancia a la relación terapéutica, ya que representa un contexto en el cual se pueden reproducir comportamientos relacionados con las conductas problema de manera que se puedan señalar y someter a modificación en el mismo transcurso de la sesión. No obstante, al igual que en la mayoría de las terapias antes mencionadas, también suele incluir la prescripción de tareas entre sesiones.
6. Terapia Dialéctico Conductual
La Terapia Dialéctico Conductual es un tipo de intervención basada en el modelo biopsicosocial de los trastornos mentales. Esta terapia consiste en entrenar a las personas a discriminar los estímulos que habitualmente desencadenan sus reacciones problemáticas para poder poner en práctica las habilidades de afrontamiento que se entrenan a lo largo de las sesiones.
Es un enfoque que resulta especialmente útil en casos graves, como cuando existen problemas de adicción o conductas de autolesión o intento de suicidio. Algunas de las técnicas que utiliza vienen de algunos de los modelos conductuales y cognitivos antes citados, como las pruebas de realidad y la regulación emocional.
7. Mindfulness
El Mindfulness proviene de la práctica de la meditación, en especial del Budismo zen. Algunos aspectos beneficiosos de esta práctica se han tomado para desarrollar técnicas de atención plena, con el objetivo de ayudar a mejorar el afrontamiento de determinadas emociones y situaciones difíciles y mejorar el estado de ánimo.
El Mindfulness da lugar a diferentes tipos de programas de terapia. Así, encontramos por ejemplo la Terapia Cognitiva Basada en Mindfulness (MBCT), la Reducción del Estrés Basada en la Atención Plena (MBSR), o el Afrontamiento del Dolor Basado en Mindfulness. Además, está presente como herramienta fundamental en muchas de las Terapias de Tercera Generación.
8. Terapia Metacognitiva
La metacognición es el proceso por el cual nos damos cuenta de nuestros propios pensamientos y elaboramos creencias acerca de ellos. Es decir, lo que pensamos sobre lo que pensamos. La Terapia Metacognitiva está específicamente enfocada en este proceso y en cómo la metacognición puede originar ciertos síntomas o contribuir a que se prolonguen.
Este tipo de terapia puede resultar especialmente efectiva en casos en los que hay problemas con la rumiación, así como en dificultades como el Trastorno de Ansiedad Generalizada, el Trastorno Obsesivo-Compulsivo o la Fobia Social. El núcleo de la intervención se orienta a cambiar la manera en la que nos relacionamos con nuestros propios pensamientos para así poner a prueba las creencias que podemos tener acerca de ellos.
9. Psicoanálisis
El psicoanálisis es una corriente teórica y terapéutica fundada a finales del siglo XIX por Sigmund Freud, médico especialista en neurología. Esta escuela ha influido en la aparición de otras corrientes psicológicas, más o menos cercanas a sus teorías.
El psicoanálisis da especial importancia al conocimiento del pasado, de la infancia del sujeto, intentando conocer y llegar al inconsciente, que hace referencia a los deseos, impulsos y pensamientos reprimidos que guiarían la conducta del sujeto sin que este se dé cuenta de ello. Ahora bien, con el paso de las décadas se considera que las propuestas teóricas y prácticas de la teoría freudiana han quedado superadas y en la actualidad no se considera que cuenten con respaldo científico.
10. Terapia de la Gestalt
La terapia de la Gestalt une elementos provenientes del psicoanálisis, como la importancia de los procesos mentales inconscientes, con aspectos provenientes de la filosofía humanista y existencial, como el valor de la subjetividad humana. Asimismo, cree en la existencia de una estructura innata no aprendida y en la importancia de la experiencia inmediata, el aquí y el ahora. Fue creada entre 1940 y 1950 por parte del matrimonio Perls, Laura Perls y Fritz Perls.
Asimismo, se clasifica dentro de los modelos humanistas, aunque se ha desarrollado como teoría independiente, dando relevancia no solo a los aspectos negativos del paciente, sino también a sus capacidades y potencialidades y a la tendencia del ser humano a la autorrealización. Propone un tipo de intervención activa y no directiva, utilizando la confrontación e integración para alcanzar el conocimiento del problema.
11. Corriente sistémica
La corriente sistémica centró su estudio en los sistemas, en la interacción entre personas, más que en las personas como elemento individual. Puesto que la familia es el sistema más importante, donde se dan gran parte de las interacciones y aprendizajes de los sujetos, será la principal interacción a estudiar. Tendrá en cuenta los límites que se establezcan entre los miembros del sistema, y también valorará las fronteras con el exterior de los grupos.
La mayor importancia dada a la interacción también se contempla al considerar al portador de la psicopatología. La corriente sistémica entiende que tenemos un paciente que es quien muestra o expresa el problema, pero realmente la disfunción se vincula con todo el sistema, las relaciones que la persona mantiene con los demás.
Algunos de los autores representantes de esta corriente son Ludwig von Bertalanffy y Gregory Bateson.
¿Un modelo unificado de todas las corrientes de psicología?
Como habrás podido ver al cabo de este listado, muchos de estos modelos tienen bastantes aspectos en común e incluso solapan en algunos de sus conceptos y técnicas. Es por eso que algunos autores y organizaciones defienden la necesidad de elaborar un modelo biopspicosocial unificado de terapia basada en la evidencia científica. Aunque esto sería diferente de los modelos que se denominan integrativos, eclécticos u holísticos, que suelen hacer un compendio de diferentes enfoques y/o técnicas.
Desarrollar un modelo unificado supondría partir de las nociones que tenemos gracias a la psicología experimental para elaborar un enfoque en el que se use un lenguaje común y las herramientas de evaluación y de intervención se utilicen bajo unos criterios específicos.
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Dado que aún no contamos con un modelo unitario en la práctica psicoterapéutica, cada profesional posee formación en uno o varios modelos desde los cuales evalúa e interviene. Algunos de ellos son los que hemos visto en este artículo, pero existen muchos más enfoques.
El equipo de Avance Psicólogos está formado por profesionales de diferentes corrientes de la Psicología, y puedes consultar toda la información que necesites en nuestra página web. Si quieres disponer de nuestros servicios de orientación psicológica puedes hacerlo tanto por videollamada como presencialmente en nuestro despacho de Madrid.
Referencias bibliográficas
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