Educación sexual: las claves para una vida sexual saludable

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Cuando oyes la palabra educación sexual seguro que lo primero que te viene a la mente es el típico taller que recibiste en el instituto sobre cómo colocar un preservativo. No solo eso, sino que también me apuesto a que piensas que va dirigida a personas jóvenes para prevenir embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual. Pues bien, la educación sexual va mucho más allá.

Para empezar, puede ir dirigida a todo tipo de colectivos sociales y demográficos. Del mismo modo, puede tratar diversos temas, no solo aquellos que trabajan la prevención, y, encima, se puede hacer y recibir de diversas formas: desde participar en talleres hasta interiorizar ejemplos o tener referencias de los medios de comunicación.

En este artículo queremos desmontarte la idea de que la educación sexual va solo dirigida a menores y que también la población adulta no solo puede recibir educación sexual de otro tipo, sino que además la necesita. Además, te daremos algunas claves que puedas aplicar en tu vida para vivir la sexualidad de forma más placentera, sana y satisfactoria.

¿Qué es la educación sexual y la salud sexual?

La educación sexual abarca todo aquello que tenga que ver con la sexualidad humana. Y la sexualidad humana es muy amplia. Sin embargo, para mí, hablar de educación sexual es hablar de respeto, de consentimiento, de placer, de cuerpos, de diversidad y, sobre todo, de sexualidades (en plural). El objetivo de la educación sexual es aprender a conocerse, aceptarse y satisfacerse. Como ves, este objetivo es algo que también podemos poner en práctica en la etapa adulta. O acaso, ¿crees que todas las personas se conocen, se aceptan y están satisfechas con eso?

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Al fin y al cabo, tener una vida sexual saludable y satisfactoria depende en gran medida de la educación sexual que hayamos recibido. Por regla general, la población adulta actual ha vivido una educación sexual basada en el miedo y la culpa (por ejemplo, si tienes relaciones sexuales te expones a muchas enfermedades o las mujeres que están con muchos hombres acabarán solas). También, se nos ha educado en el binarismo y la heteronormatividad, dando de lado constantemente la diversidad sexual.

Prácticamente (y, a veces, ni eso), solo se nos ha hablado de salud sexual. Pero salud sexual entendida como “lo que te puede pasar si tienes relaciones sexuales”, punto. Esta perspectiva deja de lado otros temas de vital importancia para vivir la sexualidad plenamente. Hoy, podemos definir la salud sexual como la capacidad de las personas para expresar su sexualidad libre de coerción, violencia y discriminación (además de las ETS y los embarazos no planificados) mediante experiencias seguras y placenteras.

A continuación, te damos algunas claves extraídas de una educación sexual sana y adecuada para que puedas tener una vida sexual saludable. A pesar de que la educación sexual recibida puede determinar y ser muy influyente en la forma de vivir nuestra sexualidad, expresarla o disfrutarla, no significa que no se pueda cambiar. Ese proceso de deconstrucción puede ser un camino largo, a veces, sin un mapa claro, pero se puede hacer.

7 maneras que la educación sexual te puede ayudar a vivir tu sexualidad plenamente

A continuación veremos las principales maneras en las que la educación sexual te puede ayudar:

1. Asume y acepta la diversidad sexual

La diversidad sexual es una característica común en todas las personas y en nuestra sexualidad. A pesar de la mirada cis-heteronormativa, la realidad es que las personas somos diversas en nuestros gustos, cuerpos, orientación sexual, deseos, expresiones, … Por lo tanto, lo común es la diversidad sexual. Respetarla y vivirla es, básicamente, vivir en sociedad. Contempla de diversidad sexual que hay a tu alrededor, verás que cada sexualidad es única e irrepetible. Todos los tipo de sexualidad tiene cabida (salvo las que no respeten los derechos sexuales).

2. Conoce tu cuerpo

Muchas de las dificultades que aparecen a nivel sexual tienen que ver con la falta de conocimiento que tenemos de cómo es nuestro cuerpo y de cómo funciona. Esto ocurre más en mujeres que en hombres, te puedes imaginar, por el tipo de educación sexual que hemos recibido. En concreto, la anatomía de los genitales femeninos es un tema muy desconocido. En ningún libro de Ciencias Naturales o de Anatomía aparece el clítoris, por ejemplo. Muy pocas mujeres conocen cómo son sus genitales y cómo es realmente la anatomía de la vagina, la vulva y el clítoris. Conocer el propio cuerpo y sus respuestas es vital para que podamos disfrutar de y con él.

3. Asertividad sexual

Otra causa de las dificultades a la hora de disfrutar del sexo en pareja es la falta de comunicación. Muchas parejas pretenden que su sexo mejore, pero… ¡sin hablar de sexo! ¿no es esto extremadamente difícil? La asertividad sexual es la habilidad para iniciar la actividad sexual, rechazarla y también negociar lo que se desea, ya sea prácticas eróticas o el uso del preservativo. Puede que te parezca incómodo hablar de lo que te gusta, de lo que te gustaría hacer o de lo que no te gusta. Pero de eso se trata, que rompas con esos esquemas que la educación sexual tradicional y conservadora te ha dado. Al fin y al cabo, hablando se entiende la gente.

4. Hablemos de consentimiento

El consentimiento es mucho más que dar permiso. Bajo el concepto de consentir asumimos que hay un sujeto activo que pregunta y un sujeto pasivo que cede. El consentimiento tiene que estar antes y durante de las relaciones sexuales, eso por descontado. Pero tu placer sexual irá mucho más allá si además hablas de lo que deseas y hay consenso con las personas con las que estás entre tu deseo y el suyo. El consentimiento está muy bien, pero si además hay deseo y consenso estarás dando un buen giro a tu educación sexual.

5. Hablemos de deseo

El deseo sexual humano es más complejo de lo que creemos. Generalmente, creemos que es algo que surge así, de la nada, y que, además, debería estar ahí siempre. De lo contrario, existe un problema. Si tienes 15 años, te lo compro. Pero lo cierto es que la forma de funcionar del deseo sexual va cambiando a lo largo de la vida, no solo a nivel biológico, sino que hay muchas variables que desempeñan un papel importante en que esté ahí o no: cuánto tiempo llevemos con una persona, la calidad de la comunicación en pareja u otras circunstancias como las laborales o familiares. Conocer y hablar de cómo funciona tu deseo es el paso principal para que tu vida sexual mejore.

6. Infórmate sobre los derechos sexuales

Por desgracia, no nos enseñan ni se le da la importancia que tiene a los derechos sexuales y reproductivos. Se dan por hecho. Sin embargo, a la hora de tener relaciones sexuales, con más frecuencia de la que parece se pasan por alto. Por ejemplo, pertenecen a los derechos sexuales y reproductivos el derecho a la igualdad y a la no-discriminación, a la autonomía e integridad del cuerpo, a la privacidad, a la salud sexual con experiencias sexuales placenteras, satisfactorias y seguras, entre otros. Recuerda que la otra persona con la que estés también tiene esos mismo derechos.

7. Permítete

Los derechos están ahí para que te des cuenta de que te puedes permitir querer, puedes permitirte expresarte y puedes permitirte sentir placer y, además, sentir placer de forma segura. Y quien te quite todo eso no está respetando tus derechos. Estos derechos no solo pretenden luchas contra sucesos abominables que sigue sucediendo en nuestro planeta como la trata de mujeres o la mutilación genital femenina. Están ahí para que te permitas curiosear, seguir informándote, satisfacerte. En ese proceso, date permiso también para equivocarte, cambiar de opinión y/o rectificar.

Conclusiones

En conclusión, la educación sexual se puede dar de muchas maneras. Podemos apostar por una educación sexual formal, que se imparta en colegios e institutos u otras instituciones, que esté dirigida a todos los colectivos y sea impartida por un profesional. Sin embargo, también podemos toparnos con la educación sexual informal, que es la que vemos a través de los medios de comunicación, nuestros padres o quienes nos hayas criado, referentes, el cine, la literatura, la música, etc., que no tiene por qué ser la educación sexual más adecuada o acertada. Ante la escasez de la primera, por tanto, la educación sexual informal es la que, inevitablemente, más recibimos e interiorizamos.

Para combatir todo esto es muy importante seguir una educación continua. Por suerte, hoy día los medios y las redes sociales nos brindan mogollón de fuentes que nos pueden dar otra perspectiva, desmentir mitos sobre la sexualidad y el sexo y, por supuesto, también puedes pedir ayuda a un profesional de la sexología: la ciencia que estudia la sexualidad humana.

¿Necesitas un poco de educación sexual para mejorar tu vida sexual?

En Avance Psicólogos contamos con un amplio equipo de sexólogas de Madrid a las que puedes consultar cualquier duda sobre la sexualidad que tengas. Como hemos dicho, la educación sexual es muy importante para vivir nuestra sexualidad plenamente. En nuestro centro, contamos con el servicio de asesoramiento, en él puedes contarnos tu problemática o situación y te indicaremos cómo redirigirla. Contacta con nosotros si quieres más información.

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Referencias bibliográficas:

Requena, A. (2020). Feminismo vibrante: si no hay placer no es nuestra revolución. Roca Editorial.

WAS (s.f.). Declaración de los derechos sexuales.

Castro, C. G. G. (2019). Sexualidades diversas, sexualidades como todas. Carlos de la Cruz (2018). Madrid: Editorial Fundamentos. Revista Española de Discapacidad (REDIS)7(1), 271-274.

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autora del artículo

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Por Brenda Ruano Bodemer

PSICÓLOGA SEXÓLOGA COLEGIADA M-34490

Brenda Ruano Bodemer (Madrid, 1993) se graduó en Psicología por la UCM. Trabaja en la consulta privada desde 2016. Desde entonces, lleva formándose en distintos ámbitos de la psicología: Máster en Sexología, educación sexual, asesoramiento y terapia sexual (UCJC, IUNIVES), Máster en Psicología General Sanitaria (Universidad de Nebrija). Título en Psicología Afirmativa en Diversidad Sexual y de Género (COP). Además de la consulta privada, ha trabajado en centros de día de adicciones y, actualmente, imparte talleres de Educación Sexual en institutos y da formación a profesores sobre Educación Sexual.

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