Uno de los riesgos que existen a la hora de llevar a cabo ciertas prácticas, junto con el embarazo no deseado, es contagiarse de enfermedades de transmisión sexual. Estas enfermedades son afecciones que pueden desarrollarse cuando contraemos una ITS o infección de transmisión sexual. Aunque es más correcto hablar de ITS, somos conscientes de que entre la mayoría de las personas todavía se suele usar más el término ETS.
¿Qué son las enfermedades de transmisión sexual (ETS)? ¿Qué diferencia hay entre infección y enfermedad?
Seguro que no es la primera vez que lees los términos “enfermedades de transmisión sexual” o ETS e “infecciones de transmisión sexual” o ITS. Sin embargo, estos dos conceptos no se refieren a lo mismo exactamente, por lo que es importante saber a qué se refiere cada uno.
Hablamos de infecciones cuando hay algún tipo de transmisión de virus, bacterias o parásitos; las infecciones pueden provocar o no la aparición de síntomas, y podemos ser simples portadores sin que afecten a nuestra salud. En algunas de estas ocasiones en las que ocurre una infección, se desarrolla también una enfermedad que puede requerir un tratamiento.
Las 10 enfermedades de transmisión sexual (ITS y ETS) más habituales
En el sexo, como en cualquier otra actividad de la vida, no existe el “riesgo cero”; pero sí existe el sexo más seguro, es decir, puedes reducir las probabilidades de transmisión de ITS haciéndote pruebas y utilizando protección.
Vamos a intentar hacer un resumen de las infecciones y enfermedades que podemos encontrarnos para conocer mejor en qué prácticas se pueden contraer, sus posibles síntomas y las mejores maneras de prevenirlas (y tratarlas, cuando es necesario).
1. Virus del Papiloma Humano (VPH)
No es uno de los que más se tienen en cuenta cuando se habla de ITS, y sin embargo es la más frecuente. Alrededor de un 80% de las personas sexualmente activas lo han contraído. Esto se debe a que su transmisión es muy fácil, basta con el contacto piel con piel; por eso no puede prevenirse su transmisión con ningún método de protección, únicamente por medio de la vacunación.
El VPH no suele causar problemas graves en la mayoría de los casos. En algunas ocasiones puede provocar la aparición de condilomas o verrugas genitales que pueden tratarse a nivel médico. En los casos más graves puede provocar ciertos tipos de cáncer, pero al tener un tiempo muy largo de desarrollo permite la detección y el tratamiento a tiempo en la mayoría de las ocasiones.
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2. Herpes
Existen muchos virus herpes, y el que suele afectar a la zona genital es el Herpes Simple 2. Se puede transmitir por sexo oral y penetración vaginal o anal, pero también por contacto de la piel con una zona afectada (al igual que ocurre con los brotes de herpes de la boca o del resto del cuerpo). Por eso es importante el uso de métodos de barrera, como preservativos y cuadrantes de látex (también llamados bandas o barreras bucales).
El virus no tiene cura sino que una vez adquirido se queda en el organismo, y puede provocar ampollas y úlceras dependiendo del estado del sistema inmune. Estas manifestaciones, no obstante, sí pueden ser objeto de atención médica.
3. Clamidia
La clamidia es una bacteria que puede ocasionar una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes: la clamidiasis. Al transmitirse por prácticas de sexo oral y penetración, pueden usarse los preservativos y las barreras bucales para minimizar el riesgo de contraerla.
La clamidiasis puede provocar dolor al orinar y sangrados tras la penetración vaginal, aunque en algunos casos es asintomática. Por eso es importante realizarse revisiones de manera periódica, ya que si no se trata a tiempo puede causar problemas más graves que afectan especialmente a la fertilidad y el embarazo.
4. Gonorrea
Otra ITS bacteriana muy conocida, la gonorrea se transmite también por sexo penetrativo y oral. Puede ser un poco más difícil de identificar porque tiene un rango de síntomas muy variable: pueden ir desde la infección de algunas glándulas de los genitales hasta la fiebre y/o la faringitis.
Como con todas las infecciones causadas por bacterias, su tratamiento se basa en antibióticos. Pero lo mejor siempre es prevenir su contagio usando preservativos (para la penetración y la felación) y barreras de látex para el cunnilingus y el annilingus.
5. Sífilis
Esta es otra de las infecciones por bacterias. Al igual que las demás, se transmite en el sexo oral y la penetración. Sus síntomas son más claros: provoca la aparición de llagas en la boca, el ano y los genitales.
Al tratarse de una ITS bacteriana, el tratamiento será también por medio de antibióticos. Y, al igual que la clamidia y la gonorrea, su transmisión se evita usando preservativo y cuadrante de látex (si no tienes, puedes fabricar uno cortando un preservativo).
6. Hepatitis
La hepatitis está causada por virus, como el VPH y el herpes. Hay varios tipos: la Hepatitis A se puede transmitir durante las prácticas anales, mientras que la Hepatitis B se transmite en el sexo oral y la penetración y la C por contacto con la sangre (por ejemplo, cuando en la penetración se generan pequeñas heridas o hay ya alguna existente).
La mayoría de las infecciones por Hepatitis son asintomáticas y desaparecen por sí solas; sólo se cronifican en algunos casos. Igualmente se puede minimizar la probabilidad de contagio usando preservativos y barreras bucales y, además, existen vacunas para prevenir tanto el VHA como el VHB.
7. Candidiasis
Este es un buen ejemplo de cómo las enfermedades de transmisión sexual pueden iniciarse algunas veces por infecciones contraídas en situaciones que no tienen nada que ver con las relaciones sexuales… pero que después sí pueden transmitirse en encuentros íntimos. La candidiasis es una infección por hongos que puede aparecer cuando tomas una determinada medicación, cuando sufres alteraciones hormonales o cuando tus genitales están mucho tiempo en contacto con ropa húmeda.
Este hongo puede producir inflamación e irritación de los genitales, con sensaciones de picor y secreciones más abundantes, olorosas o con un color diferente al habitual. Si has contraído una infección por hongos te prescribirán un tratamiento con cremas antifúngicas con bastante probabilidad, pero además de eso puedes reducir la probabilidad de transmitírsela a otras personas si usas métodos de barrera como los que hemos mencionado antes.
8. Tricomoniasis
La tricomoniasis, al igual que la candidiasis, pertenece al grupo de infecciones de transmisión sexual causadas por parásitos. Sus síntomas pueden incluir picores, alteraciones en el flujo vaginal, quemazón al orinar y dolor en algunas prácticas sexuales; también puede afectar a la vejiga, ocasionar complicaciones en el embarazo e incrementar el riesgo de contraer otras infecciones como el VIH. Sin embargo, la mayoría de infecciones por tricomoniasis cursan de manera asintomática (aunque esto no significa que no se pueda transmitir).
Se puede transmitir durante el sexo oral, vaginal y anal, pero también por cualquier contacto con genitales infectados. Por eso, de nuevo, los métodos de barrera van a ser los que más ayuden a prevenir su transmisión. En caso de infección existen tratamientos disponibles que consisten en la toma de determinados fármacos tanto por parte de la persona infectada como por parte de su pareja o parejas sexuales.
9. Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH)
El VIH es probablemente la ITS más conocida, y causa una de las enfermedades de transmisión sexual que más muertes ha causado hace unas décadas: el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida o SIDA. El VIH ha sido responsable de gran parte de la estigmatización del colectivo LGTBI+ pero, contrario a lo que algunas personas todavía piensan, cualquiera puede contagiarse de ello dado que se se transmite por penetración vaginal y anal (y con menor probabilidad en el sexo oral, si hay llagas en la boca); también puede transmitirse en otros contactos con sangre y mucosas como las transfusiones, el uso de agujas y la lactancia.
A día de hoy existen tratamientos que hacen que se pueda convivir con el VIH, e incluso contamos con fármacos preventivos (PrPEP y PEP) y una vacuna que está en proceso de desarrollo. Igualmente, cuando una persona tiene una carga viral lo suficientemente baja hablamos de que es indetectable e intransmisible, es decir, que ni está afectada ni contagia el virus. No obstante, como en todas las ITS, el sexo será más seguro con métodos de barrera.
10. Ladillas
Las ladillas no son una de las ITS más frecuentes hoy en día, pero sí son conocidas y cabe mencionarlas. Al igual que sucede con la tricomoniasis y la candidiasis, se trata de una infección por parásitos. En este caso, son unos organismos parecidos a los piojos que se alojan en el vello púbico.
Provocan picores y cambios en la piel y pueden apreciarse a simple vista. Los métodos de barrera pueden ayudar a reducir el riesgo de transmisión, pero si no cubren todo el área de vello púbico pueden “pegarse” igualmente. Para eliminar las ladillas y sus huevos existen peines y jabones específicos, y también se recomienda lavar las sábanas y la ropa con agua caliente.
¿Qué puedes hacer si sospechas que has contraído una infección?
Algunas de estas infecciones pueden ser asintomáticas, y por eso no siempre es fácil identificarlas. No obstante, si en algún momento notas algo extraño (como un olor más fuerte de lo habitual, una sensación molesta persistente, una herida o verruga o un fluido de un color inusual) lo primero que has de hacer es consultar con tu médico. A muchas personas les da vergüenza, pero aunque pueda ser una situación incómoda hay que priorizar la salud por encima de todo.
En caso de que te confirmen el diagnóstico, es muy importante que avises a todas las personas con las que has tenido contactos sexuales recientes. Estas personas pueden estar en riesgo de tener la misma infección, por lo que es fundamental que lo sepan para que puedan recibir tratamiento y no contagiar a su vez a más personas.
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¿Cómo puede ayudarte el asesoramiento sexológico en caso de ITS?
Aunque las infecciones y las enfermedades de transmisión sexual han de ser tratadas por la vía médica, algunas de ellas también tienen repercusiones a nivel psicológico y sexológico en muchas personas. Por ejemplo, las personas con VIH pueden verse estigmatizadas y discriminadas por su estado seropositivo, o algunas personas desarrollan miedo a ciertas prácticas sexuales por el dolor que les ha causado una infección.
Por eso en Avance Psicólogos ofrecemos terapia psicológica y sexológica tanto vía online como en nuestros centros de Madrid. Si crees que tu vida sexual, tu autoestima o tus relaciones han podido verse afectadas por las ITS siempre puedes contar con nuestra ayuda.
Referencias bibliográficas:
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