La palabra “erotismo” viene de la palabra griega erotika, por el dios del amor griego Eros (el equivalente a Cupido para los romanos). También está formada por el sufijo “-ismo”, que significa actividad o sistema. Por lo tanto, el erotismo se refiere a todo lo que tenga que ver con el amor o el deseo sexual.
Sin embargo, no queremos quedarnos cortos y hablar del erotismo únicamente como forma de seducción o de tener mayor atractivo sexual. En este artículo, vamos a tratar de ir un poco más allá. Nos gusta ver el erotismo como la inteligencia sexual que podemos desarrollar como una habilidad más. Se trata de desarrollar nuestro crecimiento erótico, para así, incrementar nuestro placer y nuestra satisfacción sexual.
¿Qué es el erotismo?
Para nosotros el erotismo tiene un significado mucho más significativo que el simple hecho de saber cómo ser sensual o atraer a alguien. Entendemos el erotismo como tener inteligencia erótica o sexual.
No es que exista un cociente de inteligencia sexual, pero si entendemos por inteligencia erótica el conjunto de habilidades, recursos o estrategias que alguien desarrolla para potenciar la intimidad, el placer y, en definitiva, su satisfacción sexual (ya sea a solas o en pareja). Seguramente nos resulte algo mucho más fácil de medir, de saber si se tiene erotismo o no y cómo podemos desarrollar esas habilidades.
Lo que está claro es que el erotismo no es algo que se posea o no. Todo lo contrario. Como cualquier habilidad, la inteligencia sexual o erótica es un proceso de aprendizaje y, para ello, son imprescindibles aspectos como el conocimiento, el autoconocimiento o la aceptación, entre otros. Aspectos clave de los que te hablaremos más adelante.
¿Qué beneficios tiene potenciar el erotismo?
El erotismo o inteligencia erótica no es una habilidad en la que nos eduquen, precisamente. Como suele ocurrir, la educación sexual queda relegada a un segundo o tercer plano y no se habla de sexualidad. Quizás te estés preguntando: “¿y qué tiene esto que ver con el erotismo? Pues mucho.
La educación sexual no va de explicar los genitales, cómo funcionan y cuál es el riesgo de coger una ETS. Si hablásemos de educación sexual y de potenciar la inteligencia sexual hablaríamos de consentimiento en las relaciones eróticas. Este es el principal beneficio de potenciar un erotismo sano.
Otros beneficios son:
- Si te conoces, si conoces cómo funciona tu cuerpo, si sabes que cada cuerpo es único e irrepetible y que, por lo tanto, no todos funcionan igual, te será mucho más fácil aceptarte y vivir en paz con tu cuerpo, tus fantasías, tus deseos,… con quién eres.
- La aceptación es una de las consecuencias que tiene potenciar el erotismo o la inteligencia erótica. Es una parte muy importante en el camino del crecimiento erótico, reduciendo pudores, complejos o, mejor dicho, aprender a vivir con ellos.
- Sentirse bien con uno/a mismo/a. Esto implica satisfacerse, aunque no solo tiene que ver con la satisfacción sexual. Expresar y realizar acciones en concordancia con lo que se desea y cómo se siente cada cual, también está en el camino del erotismo.
8 claves para potenciar el erotismo
Para potenciar tu erotismo y tu inteligencia sexual necesitas una serie de claves que te describimos a continuación:
1. Infórmate
Como venimos diciendo, la sexualidad sigue siendo hoy en día un tema tabú y nuestra educación sexual ha sido más bien inexistente, o lo más probable, insuficiente, o incluso inadecuada. Por lo tanto, te toca empezar el proceso de construir una nueva visión de la sexualidad y de tu parte más erótica. Lee libros sobre sexualidad, trata de ver series y películas con una perspectiva sex positive. En cualquier caso, la información más relevante que necesitas es sobre ti, sobre tus fantasías, tus deseos, tu cuerpo…
2. Desarrolla la propiocepción y la conciencia cinética
La propiocepción es la capacidad de atender a las posturas y sensaciones que el cuerpo está teniendo en un determinado momento. La conciencia cinética se refiere al hecho de notar cómo se relaciona tu cuerpo con el entorno y con otros cuerpos. Para ello, puedes preguntarte varias veces a lo largo del día lo siguiente: ¿Cómo está mi cuerpo? ¿cuál es a sensación más desagradable que estoy sintiendo ahora mismo? ¿cuál es la más desagradable?
3. Practica la masturbación
Como hemos señalado más veces, la masturbación puede ser muy beneficiosa, en especial, en lo que a potenciar el erotismo se refiere. Con el sexo a solas (como se refería Betty Dodson) o masturbación, lo que estamos haciendo es conocer nuestro cuerpo, no solo anatómicamente, sino sus reacciones, sus sensaciones, sus zonas más erógenas, descubrir cuáles lo son más y cuáles, menos.
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4. Responsabilízate de tu propio placer
Explorar tu erotismo es responsabilizarte de tu propio placer, así como lo es la masturbación, informarte, conocer tu cuerpo o comunicarte. Tu placer es responsabilidad tuya, aunque lo estés compartiendo con otra persona, tú eres quien tiene la responsabilidad y el derecho de pedirlo, así como cuidar de ti y disfrutar de tu sexualidad.
5. Comunica
Obviamente, no íbamos a dejar de lado la comunicación si queremos crecer eróticamente. La comunicación es algo que no puede dejar de existir, aunque no digamos nada, hemos de recordar que los silencios también comunican. Comunica lo que te gusta y lo que no, pregunta qué le gusta a la otra persona con la que estás teniendo el encuentro erótico. Habla. Así también te estás responsabilizando de tu propio placer.
6. Ten en cuenta todos tus sentidos
Cuando hablamos de cuerpo y de erotismo no nos estamos refiriendo únicamente a los genitales. Tenemos aproximadamente dos metros cuadrados de piel y si solo hablásemos de los genitales (una parte del cuerpo provocadora de mucho placer, ojo), nos estaríamos perdiendo una buena parte del erotismo. Además, no solo contamos con el sentido del tacto (por suerte), también podemos jugar con la vista, el oído, el gusto y el olfato.
7. Innova y sal de a monotonía
Échales imaginación a tus relaciones sexuales, tanto a solas como en pareja. Puedes usar juguetes eróticos, por ejemplo, hacerlo en otro sitio donde lo sueles hacer habitualmente, o simplemente cambiar el orden de las prácticas sexuales. Es muy común tener la costumbre de ir a lo fácil, a hacer siempre las mismas prácticas eróticas porque sabemos que es lo que nos gusta y lo que le gusta a nuestra pareja sexual de ese momento, o lo que se supone que gusta en general. De hecho es un queja que es frecuente escuchar en la consulta de psicología: “Siempre hacemos lo mismo: sota, caballo y rey”. Bajo este filtro, tan pequeño y normativo, te pierdes muchas otras prácticas que puede que también te gusten, aunque aún no lo sepas.
8. Cuida tu cuerpo
No iba a faltar tampoco esta recomendación. Para potenciar tu erotismo es obvio que te tienes que ver sexy y gustarte a ti misma o a ti mismo. Con esto no nos referimos a que tengas que cumplir con todos los cánones de belleza habidos y por haber, para nada. Basta con algo que te guste a ti. Por ejemplo, si te gusta la lencería úsala, si no es santo de tu devoción, no la uses, así de simple. Busca rutinas o cosas para mimar tu cuerpo: echarte cremas en la piel, ejercicio físico, una ducha caliente,… lo que sea que te guste.
¿Y si no consigo potenciar mi erotismo?
¿Y si con todo esto no consigo disfrutar de mi sexualidad? La sexualidad, la erótica y el sexo están para disfrutarlas. Están para obtener goce y placer de todo ello. Si sientes que estás viviendo el sexo como algo desagradable, aburrido, con ansiedad, como un mero trámite (“porque toca”) o como si fueses a un examen en el que vas a ser evaluado lo más probable es que haya una disfunción sexual detrás. En este caso, lo más conveniente es que pidas ayuda a una psicóloga o psicólogo con especialidad en terapia sexual que te haga una evaluación psicológica, un diagnóstico y pueda así explicarte lo que te está sucediendo y darte las pautas pertinentes para poner soluciones.
En resumen, dejar de lado nuestro erotismo es dejar de cultivarlo. No vivir tu sexualidad como tú quieres no es sano. No hablamos de ello, pensamos que nos tenemos que conformar con una sexualidad “corriente”, que acaba por parecernos insípida e insustancial. Sin embargo, el erotismo, la erótica o el deseo sexual son aspectos de nuestra sexualidad que se pueden desarrollar y, así, tener un crecimiento erótico sano.
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Referencias bibliográficas:
Klein, M., & Millet, A. S. (2012). Sexo inteligente: la inteligencia sexual, clave para volver a disfrutar con el cuerpo, la mente y el corazón. Urano.
de la Cruz Martín-Romo, C. (2003). Educación de las Sexualidades: los puntos de partida de la educación sexual. Revista española de sexología, (119), 1-122.
Sanz, F. (2021). Psicoerotismo femenino y masculino: para unas relaciones placenteras, autónomas y justas. Editorial Kairós.
Dodson, B. (1989). Sexo para uno: el placer del autoerotismo. Andrés Felipe Ossa.