Estabilidad emocional: cómo cultivar tu equilibrio interior

Estabilidad emocional: cómo cultivar tu equilibrio interior

Un concepto muy extendido cuando hablamos de salud mental es la estabilidad emocional. Es probable que en algún momento hayas escuchado a alguna persona utilizar este término, refiriéndose a que es un buen indicador de bienestar. Así mismo, su opuesto también es muy popular, la inestabilidad emocional, que es un concepto asociado a ciertas dificultades de gestión emocional o a problemas psicológicos.La estabilidad emocional está muy vinculada a la capacidad de regular nuestras emociones adecuadamente y así, sentirnos en equilibrio. En este artículo, vamos a describir más en profundidad en qué consiste este concepto y propondremos claves que puedan ser útiles para cultivar nuestro equilibrio interior.

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¿Qué es la estabilidad emocional?

A lo largo del día, nuestro estado de ánimo puede variar. Podemos despertarnos con energía y buen humor, y que nos vayan pasando cosas que nos enfaden o que nos duelan, y nuestro estado de ánimo cambie, por ejemplo. Esto no es problemático por sí mismo. Sentir emociones con sensaciones tanto agradables como desagradables es normal. La estabilidad emocional no se trata de no sentir emociones.

La estabilidad emocional es la capacidad de regular nuestro estado de ánimo para que la intensidad de nuestras emociones no nos sobrepase por completo, especialmente ante las emociones con sensaciones desagradables como la preocupación, miedo, tristeza, enfado… Es decir, consiste en que a pesar de que sintamos este tipo de emociones consigamos regular su intensidad para continuar con nuestro día a día de la mejor forma posible.

Además, la estabilidad emocional es uno de los rasgos de personalidad del Modelo de los cinco grandes (en inglés, “Big Five”), uno de los más conocidos modelos de estudio de la personalidad humana. Que la estabilidad emocional sea un rasgo de personalidad nos indica que hay personas que tienen mayor predisposición a regular sus emociones adecuadamente que otras. Sin embargo, sabemos que es una habilidad que se puede aprender, entrenar y mejorar.

Beneficios psicológicos de la estabilidad emocional

Entrenar la habilidad de regular nuestras emociones, mejorando nuestra estabilidad emocional, puede tener aspectos favorables para nuestro día a día y nuestra sensación general de bienestar.

Entre los principales beneficios psicológicos cabe destacar que regular adecuadamente nuestras emociones fomenta el desarrollo de una autoestima saludable, sentimientos de autoeficacia, mayor autocontrol, tolerancia a la frustración y una sensación de mayor seguridad en uno mismo/a.

Además, la estabilidad emocional permite que podamos  comprender mejor a los demás y relacionarnos socialmente, y tiene efectos positivos también en nuestro área laboral, pues nos ayuda a mantener la concentración en las tareas y a mejorar nuestra capacidad de trabajo en equipo.

Algunas causas de la inestabilidad emocional

Las razones que nos pueden llevar a sentir inestabilidad emocional son múltiples y para identificar de forma específica tu caso, es necesario que acudas a un profesional de la salud mental. Sin embargo,  algunos factores que quizás puedan estar influyendo en la inestabilidad emocional son los siguientes:

  • Malos hábitos de salud
  • Dificultad de expresar nuestras emociones y necesidades
  • Falta de ejemplos saludables de gestión emocional
  • Dificultad de poner límites a los demás
  • Estar expuestos a situaciones de estrés continuo (laboral, familiar…)
  • Sobrecarga de tareas
  • Frustración por crearnos expectativas poco realistas

Claves para cultivar tu equilibrio interior

A continuación, se presenta una lista de claves que pueden ser de ayuda para favorecer una mayor estabilidad emocional y cultivar nuestro equilibrio interior.

1. Mantener una rutina saludable

Nuestros hábitos de salud tienen una gran influencia en la estabilidad emocional. Cuando nuestras necesidades físicas no están cubiertas adecuadamente, el sistema nervioso se desregula y podemos sentir una sensación general de irritabilidad o apatía.

Para lograr un equilibrio interior es importante fomentar que nuestros hábitos de salud sean estables y saludables. Mantener una alimentación equilibrada y regular, una rutina de descanso suficiente y con horarios similares cada día y evitar estimular nuestro cuerpo con sustancias que nos activen, son algunos ejemplos de medidas que podemos llevar a cabo.

2. Identificar nuestras emociones

Para lograr una adecuada estabilidad emocional, es importante aprender a identificar nuestras emociones, pues para poder modular la intensidad emocional previamente es necesario que sepamos qué estamos sintiendo. Las sensaciones emocionales las sentimos en nuestro cuerpo y son personales, no todas las personas percibimos las mismas exactamente, aunque pueda haber patrones generales comunes.

Identificar nuestras emociones implica tomar conciencia de cómo está nuestro cuerpo, qué sensaciones estamos experimentando, dar significado a lo que sentimos y desde ese conocimiento, utilizar estrategias que nos permitan regular la intensidad de nuestro estado emocional si lo necesitamos.

3. Aprender a regular nuestras emociones

Como hemos mencionado, la regulación emocional es la capacidad de manejar las emociones de forma apropiada: poder experimentar las emociones y modular la intensidad de las sensaciones si lo necesitamos. Para ello, es importante ser consciente de la relación que existe entre nuestros pensamientos, emociones y conductas, además de tener buenas estrategias de afrontamiento.

Para modular la intensidad de las emociones, algunas de las principales estrategias generales son: bajar nuestra activación fisiológica a través de diferentes ejercicios de respiración, permitirnos expresar lo que sentimos a las personas de nuestro entorno para recibir apoyo y aprender a gestionar nuestros pensamientos negativos.

4. Practicar la asertividad

En ocasiones, la intensidad de las emociones aumenta debido a nuestras dificultades de atender a nuestras necesidades, de hacer peticiones a los demás de cambios de conducta o de poner límites si otras personas están siendo invasivas con nosotros/as o su comportamiento nos está haciendo daño. Todo ello afecta a nuestro equilibrio interior.

La asertividad es la habilidad que nos permite ser respetuosos/as con los demás al mismo tiempo que respetamos nuestras propias necesidades. La comunicación asertiva nos enseña que tenemos derecho a poner límites a los demás de forma amable y también a decir que no, educadamente. Cuando somos asertivos/as, conseguimos sentirnos en un mayor equilibrio interior, fomentando nuestra sensación de estabilidad emocional.

5. Movimiento corporal

Nuestro equilibrio emocional tiene mucha relación con nuestro cuerpo, porque las sensaciones de los diferentes estados emocionales las sentimos en el cuerpo.

Sabemos que poner nuestro cuerpo en movimiento, ya sea practicando diferentes deportes, saliendo a caminar, meditando, haciendo yoga o pilates, bailando… tiene importantes beneficios para calmar la mente y reducir la activación fisiológica. El movimiento corporal nos ayuda a regular la intensidad emocional cuando tenemos una vida muy estresante, cuando sentimos mucha preocupación o en casos de sintomatología de ansiedad.

Además, a nivel hormonal, mover el cuerpo nos ayuda a segregar  dopamina, serotonina y endorfina, que son hormonas que favorecen la sensación de bienestar. De esta manera, mover nuestro cuerpo también puede ser importante para modular emociones como la tristeza o apatía.

6. Pedir ayuda profesional si lo necesitamos

La mayoría de las personas hemos crecido con algunas carencias respecto a nuestra educación emocional. No nos han enseñado adecuadamente a identificar nuestras emociones y/o socialmente muchas veces no se le ha dado la importancia necesaria a nuestro bienestar psicológico, por lo que encontrarnos con algunas dificultades puede ser algo absolutamente normal.

Anteriormente, hemos ido incluyendo diferentes pautas generales que favorecen un equilibrio físico y mental. Sin embargo, es importante aclarar que si tienes mucha dificultad para modular la intensidad de alguna emoción en concreto, si en general te cuesta mucho identificar tus estados emocionales o si tienes picos de descontrol que te hacen sentir muy mal, pedir ayuda profesional puede ser una opción adecuada para encontrar herramientas concretas para tu situación.

Conclusiones

A lo largo de este artículo, hemos podido explicar en qué consiste la estabilidad emocional, incluyendo diferentes claves para desarrollar esta capacidad y lograr así cultivar un adecuado equilibrio interior.

Como hemos visto, el término equilibrio interior define bastante bien la sensación que podemos conseguir cuando poco a poco vamos adquiriendo la capacidad de regular nuestras emociones y afrontar adecuadamente los acontecimientos de nuestro día a día, sin que la intensidad de las emociones nos desborde.

Todas las pautas facilitadas pueden sernos de gran ayuda. Aunque haya personas que cuenten con una mayor estabilidad emocional que otras personas, no debemos olvidarnos de que es algo que se puede aprender y practicar. Cultivar nuestro equilibrio interior tiene muchos beneficios psicológicos y nos dirige hacia una vida de mayor bienestar.

¿Necesitas ayuda para lograr encontrarte en un estado de mayor estabilidad emocional?

Si necesitas ayuda porque sientes mucha inestabilidad emocional o identificas dificultades de gestión emocional, nuestro equipo de psicólogos profesionales te podría ser de ayuda. En Avance Psicólogos llevamos más de 20 años brindando nuestros servicios de psicoterapia en Madrid. Actualmente ofrecemos sesiones tanto de manera presencial como en el formato de terapia online. Nuestros psicólogos y psicólogas pueden atender tu caso de manera especializada.

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 Referencias bibliográficas:

González, A. (2020). Lo bueno de tener un mal día: Cómo cuidar de nuestras emociones para estar mejor. Planeta.

Bermúdez, M. P., Álvarez, I. T., y Sánchez, A. (2003). Análisis de la relación entre inteligencia emocional, estabilidad emocional y bienestar psicológico. Universitas psychologica, 2(1), 27-32.

Lopezó, S. S. (2001). Programa de Intervención para mejorar la Estabilidad Emocional. Clínica y salud, 12(3), 367-390.

Romero, C. E. C. (2011). Estrés y cortisol. Elementos: Ciencia y Cultura, 19(82), 33-38.

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Belén Ramos
Belén Ramos
Belén Ramos Gómez (Sevilla, 1996) se graduó en Psicología por la UAM. Trabaja en la consulta privada desde 2019. Desde entonces, lleva formándose en diferentes ámbitos de la psicología: Máster en Psicología General Sanitaria (UAM), Formación en Terapia Gestalt (IPG), Teorías del apego y trauma, Formación en Duelo, Experta en Coaching y formaciones en perspectiva de género. Adicionalmente, tiene experiencia laboral en un recurso de adicciones, en un centro de menores y en acompañamientos a las infancias y adolescencias.
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