Libido o pérdida de deseo sexual

Pérdida de libido o deseo sexual: 10 consejos para mejorarla

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Uno de los motivos de consulta más frecuentes en terapia de pareja y/o terapia sexual es la pérdida de libido o de deseo sexual. Tanto si estamos en una relación romántica y estable como si estamos en la soltería la pérdida de deseo sexual es algo que deberíamos normalizar. No siempre es un problema no sentir deseo. Lo que ocurre es que pensamos que si no queremos mantener relaciones sexuales es porque algo en nuestro interior no va bien o como debería. La mayoría de consultantes en la terapia sexual con motivo de pérdida de libido son mujeres, si bien es cierto, que cada vez más hombres consultan también por esta cuestión.

Sin embargo, son muchas las causas que provocan la disminución de la libido y, la mayoría de ellas, son contextuales, es decir, externas a nosotros y nosotras. Si nos paramos a pensarlo son muchas las circunstancias de nuestro día a día las que pueden interferir con nuestro deseo sexual: el cansancio del trabajo, las responsabilidades con la familia, el estrés de los estudios, otras prioridades en nuestra vida y, en la mayoría de los casos, la falta de comunicación con la pareja sexual.

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¿Qué es la libido o el deseo sexual?

Dentro de la sexología la libido o el deseo sexual es una de las cuestiones de la sexualidad más estudiadas. Cuando hablamos de baja libido nos solemos referir a las “ganas” de mantener relaciones sexuales. Con esta definición podemos ver cómo reducimos el deseo sexual a algo meramente cuantitativo (en lugar de fijarnos en la calidad), damos por hecho que existe una cantidad o una frecuencia adecuada para tener libido y cómo caemos también en la trampa de que con tener ganas nos referimos a ganas de tener coitos (coitos vaginales, en concreto), cuando te puede apetecer hacer otras prácticas eróticas igual de satisfactorias (besar, acariciar, lamer, etc.).

En realidad, no existe un acuerdo científico sobre la definición de deseo sexual o de libido. Por lo tanto, es más fácil definir la libido con lo que no es. Muchos y muchas pacientes cuando vienen a consulta refieren que tienen poco deseo sexual, cuando lo que les está ocurriendo es que tienen problemas con la erección o tienen dificultades para llegar al orgasmo. Esto último no tiene que ver con el deseo (deseo, hay), sino con la excitación. Es importante, no confundir la libido con la excitación. Esta última se distingue por los cambios que ocurren a nivel fisiológico en el cuerpo cuando hay un estímulo sexual. La libido tiene más que ver con las fantasías, las expectativas, los deseos, la comunicación, el contexto, etc. Por lo tanto, el deseo sexual es algo que se dará dependiendo de muchas variables.

10 consejos para mejorar la libido

Si hay algo que debemos tener claro en cuanto a la libido es que el deseo sexual no es algo que nazca espontáneamente (necesariamente), sino que es algo que se cultiva. Esto quiere decir que si te quedas esperando a sentir libido no ocurrirá nada. Lo que debes hacer es fomentarla. A continuación, te damos algunos consejos para que esta mejore.

1. No hagas caso a los estereotipos de género

Por lo general, pensamos que son las mujeres quienes “nunca tienen ganas”, sin embargo, cada vez es más frecuente que en consulta vengan parejas heterosexuales en las que es él quien refiere no tener deseo o, mejor dicho, menos deseo que ella. No dejes que estos estereotipos te arrastren a culpar a la otra parte. Algunos ejemplos que se han escuchado en consulta son: si ella quiere más, “es que ninfómana”, si él quiere menos es que “es raro” o “no le atraigo”

2. Infórmate sobre los mitos del deseo

Existen varios mitos sobre la libido o el deseo sexual. Uno de ellos es que hablábamos en el apartado anterior: los hombres tienen más libido que las mujeres. Otros mitos sobre el deseo son: si no hay deseo es que no hay amor, si no hay libido es que tu pareja no te atrae, si no siente libido es que está siendo infiel.

3. Comunícate con tu pareja sexual

Puede ser que lo que te esté ocurriendo es que no sientas satisfacción durante el sexo y eso te lleve no querer repetir y, por lo tanto, entres en un círculo vicioso en el que no busques sexo y, por ende, no fomentes tu libido. Date cuenta que si hablas con tu pareja de cómo te sientes, esta será la única forma de que os entendáis y podáis mejorar vuestras relaciones sexuales. Puede ser que sientas que siempre hacéis lo mismo en la cama, que te apetezca probar algo nuevo o que quieras que tu pareja realice alguna práctica erótica de forma distinta.

4. Lee literatura erótica

Una forma de fomentar el deseo o la libido es leyendo novelas o relatos con contenido erótico. Por lo general, las sexólogas y sexólogas solemos desaconsejar recurrir a la pornografía debido a que esta es muy explícita y, precisamente, refuerza los estereotipos de género. Además, la lectura te permite dar más rienda suelta a tu imaginación y generar, así, más deseo.

5. Conócete

Me he encontrado casos, en las que la pérdida de libido era debida a que la persona no conocía lo suficiente como funcionaba su cuerpo. Esto llevaba a que el sexo se le hiciera monótono y, como consecuencia, no quisiera tener relaciones sexuales. Cuando conoces tu cuerpo y tus genitales se te abre un mundo de posibilidades. Para ello, recomendamos la autoexploración y la masturbación. Mírate con un espejo desde el cariño, sin juzgarte, y date placer a ti misma o mismo sin culpa.

6. Planea con tu pareja el sexo

Tenemos la concepción de que planear tener sexo con alguien puede ser algo frío. Esto se debe al mito de que la libido debe ser algo que surja sin más. Sin embargo, a veces, las circunstancias vitales nos obligan a ello. Puede ser que no tengamos tiempo y que cuando lo tenemos estamos tan cansados del trabajo o de otras responsabilidades que preferimos invertirlo en descansar. Esto está bien, por supuesto, pero si no estamos satisfechos con la frecuencia de nuestras relaciones sexuales, planear cuando se van a tener no suena nada mal. Resérvate un día o una tarde con tu pareja sexual, apagad los móviles y planead alguna actividad juntos sabiendo que esos instantes serán solo para vosotros o vosotras. Es otra forma de cultivar el deseo.

7. Plantéate cuáles pueden ser las causas

¿Llegas tarde a casa? ¿tienes estrés? ¿no disfrutas de tus relaciones eróticas? Hacerte este tipo de preguntas puede ayudarte a comprender por qué no tienes ganas, en lugar de estar dándole vueltas a que hay algo mal en ti. Sin embargo, ten en cuenta que saber el por qué no te garantizará mejorar tu libido. Tendrás que trabajar más a fondo en ella.

8. Aumenta el tiempo de la estimulación

Tanto si estamos a solas como en pareja, en muchas ocasiones ocurre que vamos demasiado rápido, no nos damos tiempo para el encuentro erótico, tenemos en la mente la meta de llegar al orgasmo y eso hace que no tengamos nuestra atención focalizada en el cuerpo, sino en la cabeza (en nuestros pensamientos). Dedícales mucho más tiempo a los besos, a los masajes, las caricias, los mordiscos, etc.

9. Échale imaginación

Si crees que lo que te ocurre es que cuando tienes sexo suele ser “sota, caballo y rey” atrévete a innovar. Quizás te puede apetecer utilizar juguetes sexuales, tanto a solas como en pareja. Si este es el caso, comunica, expresa qué te gustaría hacer de nuevo en la cama o qué juguete te gustaría probar. En ocasiones, podemos tener miedo a que nos juzguen por proponer algo poco común, pero recuerda que en el placer y la sexualidad lo normal es la diversidad.

10. Mantén hábitos saludables

Tener una rutina sana y cuidarte ayudará a mejorar tu libido. Como hemos señalado en repetidas ocasiones, son muchas las variables que pueden influir en nuestro deseo sexual. Si mantienes buenos hábitos como cuidar la alimentación, hacer deporte y, en especial, cuidar tu higiene del sueño, lo más probable es que el cansancio no te asole cuando tienes un rato libre para tener sexo con tu pareja o a solas y priorices ese encuentro erótico a, por ejemplo, tumbarte en el sofá a ver la televisión.

Conclusiones

Es más que evidente que una falta de educación sexual adecuada fomenta todos los mitos sobre la sexualidad humana, y como consecuencia, nos genere malestar cuando “algo no funciona” como debería. El hecho de que el sexo y la sexualidad sigan siendo temas tabú en nuestra sociedad impide la comunicación, por lo tanto, hasta que esto no cambie la pérdida de libido y otras disfunciones sexuales seguirán siendo un motivo de consulta recurrente.

Ten en cuenta que, cuando hablamos de mejorar la libido, no hablamos de mejorar la cantidad, sino de mejorar la calidad. No está escrito cuál es la frecuencia adecuada para mantener sexo y cuándo se debería tener ganas. Todo lo contrario, cada sexualidad es única e irrepetible y, en lo que respecta a ella no existen protocolos o normas.

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Referencias bibliográficas:

Bravo, C. S., Ayala, N. P. C., Grynberg, B. B., & Meléndez, J. C. (2009). Perfil de la relación de factores psicológicos del deseo sexual hipoactivo femenino y masculino. Salud mental32(1), 43-51.

Cabello, F. (2010). Manual de sexología y terapia sexual. Madrid: Síntesis.

Nappi, R. E., Martini, E., Terreno, E., Albani, F., Santamaria, V., Tonani, S., … & Polatti, F. (2010). Manejo del trastorno de deseo sexual hipoactivo en mujeres: tratamientos actuales y nuevos. Revista del climaterio14(79), 20-30.

de la Cruz Martín-Romo, C. (2003). Educación de las Sexualidades: los puntos de partida de la educación sexual. Revista española de sexología, (119), 1-122.

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autora del artículo

Brenda Ruano Bodemer

PSICÓLOGA SEXÓLOGA COLEGIADA M-34490

Brenda Ruano Bodemer (Madrid, 1993) se graduó en Psicología por la UCM. Trabaja en la consulta privada desde 2016. Desde entonces, lleva formándose en distintos ámbitos de la psicología: Máster en Sexología, educación sexual, asesoramiento y terapia sexual (UCJC, IUNIVES), Máster en Psicología General Sanitaria (Universidad de Nebrija). Título en Psicología Afirmativa en Diversidad Sexual y de Género (COP). Además de la consulta privada, ha trabajado en centros de día de adicciones y, actualmente, imparte talleres de Educación Sexual en institutos y da formación a profesores sobre Educación Sexual.

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