“Me siento vacío” es una de las frases más escuchadas en las consultas de terapia psicológica. Pero, ¿qué significan estas palabras? Me pregunto qué nos quiere decir la persona que tenemos enfrente cuando nos dice: “me siento vacío”. Vemos que la persona lo tiene todo, no le falta de nada, con lo cual, es obvio que no se trata de un vacío material. Es emocional.
En mi experiencia como psicóloga, cuando escucho estas palabras lo que veo es que hay una discordancia entre la vida que al o la paciente le gustaría vivir y la que realmente está viviendo. Hay algo que no acaba de encajar.
Sin embargo, a no todas las personas es esto lo que sucede cuando dicen “me siento vacío” o “siento un vacío”. En este artículo, trataremos de explicarte cómo se siente la gente que se siente vacía, de dónde pueden venir las causas de este sentimiento (si es que lo es) y qué podemos hacer con ese batiburrillo de emociones.
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¿Sentirse vacío es un sentimiento?
Sentirse vacío es algo bastante difícil de definir, tanto para los pacientes como para los propios terapeutas. No obstante, lo podemos entender porque es algo que sentimos alguna vez todas las personas a lo largo de nuestra vida. Si es vacío, es la nada, por lo tanto, no puede ser un sentimiento o una emoción. Resulta paradójico, pero cuando alguien se siente así, tenemos que indagar más: de dónde proviene esa sensación, qué emociones hay dentro o, quizás, recuerdos del pasado que nos impidan avanzar en el presente. Esto es importante para poner palabras a lo que realmente sentimos.
Sin embargo, sí se trata de un conjunto de sensaciones y emociones que provocan que te sientas emocionalmente embotado, desanimado o con angustia. Aunque lo llamemos vacío, lo que suele ocurrir es que sentimos muchas emociones que no se nos han hecho bola y que ya no sabemos cómo gestionar, por lo tanto, el cuerpo decide anestesiarse. A esa sensación de anestesia la llamamos vacío.
¿Qué significa exactamente sentirse vacío?
La mayoría de las veces el sentirse vacío es una sensación temporal y pasajera que se caracteriza por falta de motivación y apatía. Suele desvanecerse si seguimos con nuestra rutina normal y con el paso del tiempo. Como venimos diciendo todos y todas hemos pasado por esos sentimientos en algún momento de nuestra vida y resulta fácil comprender a alguien cundo nos dice: “me siento vacío”.
Sin embargo, en otras ocasiones, este sentimiento no se pasa y puede llegara a hacerse constante. La angustia aumenta y con ella, un conflicto interno. Empiezas a darle vueltas a por qué te sientes, así de dónde viene esa “no-sensación”, qué motivos puede haber y cómo lo puedes paliar. Esa falta de motivación comienza a generalizar a todas las áreas de tu vida, te cuesta más expresar tus emociones y te sientes desamparado. En definitiva, sientes que has perdido el contacto contigo mismo.
¿Por qué me siento vacío?
Existen muchas razones por las que alguien puede sentirse vacío. También es muy común escuchar “me siento vacío pero no sé por qué”, es decir, la persona no encuentra un motivo de peso para sentirse como se siente.
Generalmente, esta sensación viene de cuando hemos desconectado de nosotros mismos: hemos dejado de atender a nuestras propias necesidades, hemos dejado de escuchar en nuestro interior. El cuerpo te está enviando señales de que algo no va bien. Hay personas que describen como si literalmente tuvieran un vacío en el pecho que les impide respirar con normalidad. Sobre todo, si esas necesidades que hemos dejado de atender son emocionales, es cuando viene esta sensación.
Otras causas más identificables cuando alguien nos dice “me siento vacío” pueden ser la pérdida de un ser querido o una ruptura sentimental. Cuando perdemos a alguien se esfuman las expectativas de vida de que teníamos con esa persona y eso nos deja un gran vacío. También es común cuando un hijo se va de casa, un cambio drástico de hogar o el momento de la jubilación.
Como vemos las causas de la sensación de vacío tienen mucho que ver con desencadenantes de una pérdida pero también con la desconexión con el Yo-interior. Veamos a continuación, qué podemos hacer cuando me siento vacío.
¿Qué puedo hacer si me siento vacío?
Para afrontar el vacío emocional te proponemos hacerle frente de alguna o algunas de las siguientes maneras:
1. Identificar el vacío
Como es lógico, el primer paso es darse cuenta de lo que uno siente. Aunque parece fácil, hay veces en las que llevamos tanto tiempo desconectados de nosotros mismos que ni siquiera somos capaces de notar lo que sentimos. Únicamente sentimos apatía y eso actúa de barrera a que nos miremos dentro. Si te paras, te darás cuenta de que esa apatía es el problema. El segundo paso es reconocer ese malestar.
2. Escúchate
Normalmente, para acallar la sensación de vacío lo que hacemos es intentar llenarlo con otras actividades; algunas más sanas que otras. Por ejemplo, no es lo mismo querer rellenar el vacío con deporte que bebiendo alcohol compulsivamente. Lo que debes hacer es escucharte a ti mismo para notar y darte cuenta de cuáles son tus verdaderas emociones. A lo mejor, dentro de ese vacío encuentras tristeza o rabia.
3. Pasa tiempo a solas
Rodearte de los tuyos puede ser muy buena idea y no te lo desaconsejamos para nada. No obstante, es también recomendable que te guardes momentos para ti, precisamente para que puedas escucharte y tengas el espacio y tiempo necesario para ver qué te está queriendo decir el vacío.
4. Etiqueta tus emociones
En lugar de resumirlo todo en “me siento vacío”, trata de ir más allá. Seguramente lo que te esté ocurriendo es que tienes un cocktail de emociones de las que llevas tiempo desconectado. Ponerles nombre te ayudará a ir dándoles cabida y a darles el espacio que se merecen.
5. Reconoce tus necesidades
No solamente es importante detectar las emociones y ponerles nombre, sino también tus propias necesidades. Si este pensamientos de “me siento vacío” lleva tiempo en tu cabeza es probable que hayas antepuesto las necesidades de los demás a las tuyas propias. Necesitarás reconectar de nuevo con ello y, fundamentalmente, llevarlas a cabo.
6. Valídate
Recuerda que tus emociones son válidas (no son una tontería) y tus necesidades son legítimas. Cuando permitas a tus emociones entrar lo más seguro es que te sientas abrumado. Es lógico y no pasa nada, será parte del proceso. Piensa que vas a pasar del modo automático al manual y eso te hará ser más consciente de todo lo desagradable…. Pero también de lo agradable.
Conclusiones…
Las emociones nos asustan. Además, hemos crecido con la idea errónea de que se han de suprimir, o mejor dicho, que gestionar una emoción es igual a suprimirla, a no sentirla. Nada más lejos de la realidad, gestionar una emoción no es el proceso más agradable del mundo pero a la larga nos evita sentir estos vacíos emocionales y nos beneficia porque nos permitimos sentir. Y de eso va la vida, ¿no crees?
El sufrimiento forma parte de la vida y, a veces, sufrimos tanto, que creemos que lo mejor es no sentir y punto: que todo me de igual, que nada me afecte, así no me sentiré vacío.
Lo más curioso es que, la paradoja del “me siento vacío”, es que ahí dentro, en el pecho, en el estómago (donde lo sientas) es que está lleno de emociones. Lo que ocurre es que están enredadas. Para deshacer todo ese revoltijo quien mejor te puede ayudar es un psicólogo o una psicóloga, ya que ese es su trabajo.
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¿Estás buscando ayuda?
¿Cuántas veces te has dicho a ti mismo me siento vacío? ¿Notas que es algo que llevas demasiado tiempo sintiéndolo? Quizás haya llegado el momento de que empieces a pensar en ti y en tus necesidades y ver de qué está lleno es vacío, sacar lo que haya dentro y desenredarlo. Si estás buscando terapia puedes pedir cita con nosotros en Avance Psicólogos. Llevamos más de 20 años atendiendo en Madrid y contamos con un gran equipo especializado en emociones. La primera consulta es gratuita. Te atenderemos tanto de manera presencial como online. Además, te ayudaremos a que aprendas de gestión emocional y activación conductual.
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Referencias bibliográficas:
Gonzalez, A. (2020). Lo bueno de tener un mal día. Cómo cuidar de nuestras emociones para estar mejor. Planeta.
Castro, J. L., Bernáldez, L. M., & Sánchez, M. M. (2020). La gestión emocional de los adultos mayores. REVISTA EUROLATINOAMERICANA DE ANÁLISIS SOCIAL Y POLÍTICO, 1(2), 89-103.
Gonzalez, A. (2017). No soy yo.
Hayes, S. C. (2015). Terapia de aceptación y compromiso. Desclée De Brouwer.
Harris, R. (2022). The happiness trap: How to stop struggling and start living. Shambhala Publications.
