Los métodos anticonceptivos más utilizados: eficacia y riesgos

Los métodos anticonceptivos más utilizados: eficacia y riesgos

La sexualidad humana no tiene únicamente una función reproductiva: podemos tener relaciones sexuales para sentir conexión con otra persona, para disfrutar del placer… y todo ello alejado del deseo de concebir un bebé. Es aquí donde entran los métodos anticonceptivos, que garantizan uno de los más básicos derechos reproductivos: poder elegir si tener descendencia o no y (en caso de desearlo) cuánta, cuándo y con quién.

Para poder garantizar la prevención de embarazos no deseados es fundamental que exista información adecuada en todas las etapas de la vida, así como acceso al mayor número posible de opciones en lo que a métodos anticonceptivos se refiere. Por eso es importante que estos métodos sean fáciles de adquirir (que se dispensen en establecimientos habituales y que sean baratos o gratuitos) y que se informe sobre la importancia de su uso tanto a hombres como a mujeres, ya que con frecuencia se da por hecho que son sólo las personas que podrían quedar embarazadas quienes han de asumir la responsabilidad.

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Informarse sobre métodos anticonceptivos

 La humanidad lleva desarrollando métodos anticonceptivos desde hace milenios, aunque fue sólo a partir del siglo XX cuando comenzaron a descubrirse métodos verdaderamente eficaces. Los anticonceptivos pueden seguir diferentes mecanismos de funcionamiento, desde impedir que los espermatozoides lleguen a las trompas uterinas hasta inhibir la producción de óvulos.

A pesar de que existe un amplio rango de métodos anticonceptivos, muchas personas tienen dudas a la hora de elegir uno. Esto suele deberse principalmente al temor a los efectos secundarios o las molestias que puedan causar. Por eso en este artículo vamos a ver los pros y los contras de los métodos más utilizados.

Conocer las opciones disponibles de métodos anticonceptivos

Antes de empezar es necesario señalar que la eficacia de los anticonceptivos a veces es menor que la que se indica por el factor del “error humano”; a esto se le llama uso perfecto comparado con el uso típico. Lo que esto quiere decir es que no es lo mismo la eficacia de un método que actúa “por sí solo” (como un DIU o una vasectomía) que la de uno que depende de la constancia o habilidad de la persona (como la toma de la píldora o la colocación del preservativo).

A continuación vamos a ver los diferentes métodos anticonceptivos clasificados en base a una preocupación frecuente: si son métodos hormonales o no. Después subdividiremos los grupos en función del tipo de aplicación y uso, terminando con otros anticonceptivos que no están ya centrados en la prevención sino en la interrupción temprana de posibles embarazos.

1. Anticonceptivos no hormonales

Estos métodos anticonceptivos no implican la administración de dosis hormonales, puesto que usan otros mecanismos para impedir la fecundación.

  • De barrera: Los métodos de barrera, como su propio nombre indica, bloquean la llegada de los espermatozoides a las trompas uterinas. Entre ellos están el preservativo insertivo (que se coloca en el pene y es el más utilizado, con una eficacia real del 82%). Otros como el preservativo receptivo (para la vagina), el diafragma, la esponja y el capuchón cervical son más difíciles de adquirir y tienen una tasa de fallo algo mayor (alrededor del 22%), además de que los espermicidas con los que se usan pueden provocar alergias en algunos casos. Los preservetivos son los únicos anticonceptivos que brindan protección frente a las Infecciones de Transmisión Sexual, si bien dependen de su correcta colocación para garantizar su más alta eficacia.
  • De larga duración: Estos no dependen de la persona para ser aplicados, así que son de muy bajo mantenimiento. Aquí podemos encontrar otro método muy utilizado, como es el DIU de cobre o “inerte”. Este dispositivo libera iones de cobre que resultan tóxicos para los espermatozoides, y su eficacia es del 99,5% aproximadamente. Su gran ventaja es que los efectos comienzan en el momento de su inserción y cesan en su retirada, aunque estos procesos resultan dolorosos y su uso puede causar menstruaciones irregulares y con dolor. Los otros métodos de larga duración son los quirúrgicos: la vasectomía y la ligadura de trompas. La vasectomía es una operación sencilla con una eficacia del 99,95%, y existe una intervención para revertirla. La ligadura de trompas es una intervención más compleja durante la cual hay una mayor probabilidad de que surjan complicaciones como infecciones o paro cardíaco, y tiene una eficacia del 99,5%.
  • Otros métodos no hormonales: Existen métodos conductuales basados en el seguimiento de los días fértiles para evitar tener sexo con penetración durante los mismos (estos implican el conteo de los días del ciclo, la toma de temperatura corporal y/o la medición de la altura del cuello del útero); por motivos evidentes no tienen efectos secundarios, pero sí conllevan una tasa de fallo mayor… en torno al 24%. Algo similar ocurre con la conocida “marcha atrás”, la retirada del pene en el momento previo a la eyaculación; tiene una tasa de error del 22%. Por último, hay que tener en cuenta que algunos programas promueven la abstención como método anticonceptivo; evidentemente lo que no se practica no tiene riesgo, pero quizá sea interesante reseñar que para prevenir únicamente el embarazo la abstención no tiene que ser total, sino que pueden realizarse otras prácticas (como la masturbación, el petting, sexo oral o anal, etc.).

2. Métodos hormonales

Este grupo de anticonceptivos basa su acción en la liberación de ciertas dosis de hormonas para interferir con el ciclo menstrual y evitar así la ovulación.

  • Anticonceptivos orales: El más habitual es la píldora combinada, que libera estrógenos y progestina; tomada a diario correctamente tiene un 99,7% de eficacia (aunque el uso promedio implica un 9% de fallo por errores en la toma). Algunas personas experimentan efectos adversos como hinchazón, dolor en los pechos o cefaleas; en caso de no poder tomarla por motivos de riesgo existe la “minipíldora” que contiene únicamente progestina y tiene una tasa típica de fallo del 7% (aunque tampoco está exenta de efectos secundarios, puesto que puede provocar sangrados similares a la menstruación de manera irregular). Desde hace varias décadas se estudia la posibilidad de comercializar una “píldora masculina”, pero no ha llegado a lanzarse por tener efectos secundarios similares.
  • Anticonceptivos cutáneos y subcutáneos: La administración de hormonas puede venir en otros formatos que no dependan de la toma diaria sino de su liberación periódica en la piel o los músculos. El parche anticonceptivo es un adhesivo que sólo hay que cambiar cada semana, el anticonceptivo inyectable es administrado en un centro de salud cada 1-3 meses y también existe un implante subcutáneo que dura hasta tres años. Estos métodos tienen la posibilidad de causar efectos secundarios similares a los de la píldora ya que las dosis hormonales que liberan son similares, pero al depender menos de que la persona se lo aplique correctamente su tasa de fallo es algo menor (6-9%).
  • Otros anticonceptivos hormonales: Por último encontramos alternativas insertables, siendo una de ellas el anillo vaginal (un aro flexible que se introduce cada mes en la vagina y que tiene un porcentaje de fallos del 7% por errores en su uso) y el DIU hormonal (un dispositivo parecido al DIU de cobre que libera dosis de progestina como hace la minipíldora, con una eficacia del 99,96).

Existe la posibilidad de combinar métodos anticonceptivos hormonales con métodos de barrera, lo que se conoce como doble método: un ejemplo típico es tomar la píldora y usar preservativo para mejorar la protección frente al embarazo no deseado y también frente a la transmisión de infecciones.

Anticonceptivos de emergencia

 Estos métodos anticonceptivos son de uso excepcional, es decir, no están diseñados para utilizarse de manera repetida; como su propio nombre indica, se utilizan cuando se ha producido o podría producirse un embarazo no deseado.

  • Píldora del “día después”: Es un fármaco que debe tomarse dentro de los 3-5 días siguientes al encuentro sexual de riesgo, preferiblemente en las primeras 24 horas para garantizar el 99% de eficacia. Existen distintos tipos, pero todos siguen el mismo mecanismo de acción (atrasar la ovulación para impedir el encuentro de un óvulo con los posibles espermatozoides que hayan podido entrar en el cuerpo).  Puede causar náusea, dolor abdominal, cefaleas y dolor en la menstruación siguiente, pero no daña la fertilidad pese a lo que comúnmente se cree.
  • DIU de emergencia: Se trata de un DIU de cobre que se inserta en los cinco días siguientes a la relación sexual de riesgo. No es el método más habitual puesto que la inserción de un DIU suele requerir una valoración más exhaustiva, pero en caso de utilizarlo puede dejarse puesto para que sirva como método anticonceptivo de larga duración.
  • Aborto: En caso de que se haya producido la fecundación, la interrupción del embarazo puede llevarse a cabo por métodos farmacológicos (lo que se conoce como “píldora abortiva”) o métodos quirúrgicos como la aspiración o el legrado.  Dependiendo del método, el aborto puede causar sangrados, vómitos, diarrea, cefaleas, fiebre y dolor abdominal. Si se realiza en un centro sanitario a manos de personal especializado es un procedimiento con bajo riesgo de complicaciones, especialmente si se realiza dentro de las 10 primeras semanas. En España es legal hasta la semana 14 del embarazo.

Elegir la opción más adecuada ¿Qué método anticonceptivo debo utilizar?

 Como puedes ver, existe una gran variedad de métodos anticonceptivos entre los que elegir. A veces tener tantas opciones puede resultar algo abrumador y paralizante, pero lo importante es atender a tus prioridades y necesidades. Ante la duda, siempre puedes consultar con profesionales.

Además, ten en cuenta que la mayoría de métodos son reversibles y puedes cambiar de anticonceptivo si has probado uno y no va como esperabas. Y una última cosa: ¡no dejes de tener en cuenta la prevención de ITS! Prevenir embarazos no deseados es muy importante, pero también lo es cuidarse de posibles infecciones.

Consultar con profesionales

A veces no es fácil tomar una decisión, por lo que siempre existe la posibilidad de pedir orientación profesional. Existen multitud de profesionales del ámbito sanitario que pueden ofrecerte información adicional y la ayuda que necesites en tu proceso de toma de decisiones.

Avance Psicólogos cuenta en su equipo con especialistas en Sexología con quienes puedes contar en caso de que busques orientación en la elección de métodos anticonceptivos o sobre cualquier otro tema relacionado. Te ofrecemos atención especializada tanto en sesiones por videollamada como en sesiones presenciales en cualquiera de nuestros despachos de Madrid.

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Referencias bibliográficas:

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Andrea Martínez

Andrea Martínez es licenciada en Psicología por la Universidad de Deusto. Posee un Máster en Psicología Clínica Basada en la Evidencia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Salud Sexual y Psicología Clínica por la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Especialista en Terapias Contextuales (ACT, FAP y técnicas Mindfulness) por el Madrid Institute of Contextual Psychology. También se ha formado en Psicología Afirmativa en Diversidad Sexual y de Género por el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. Desde 2019 forma parte del equipo de Avance Psicólogos ofreciendo terapia psicológica, sexológica y de pareja con perspectiva de género. Además, ejerce como divulgadora y formadora en varias plataformas relacionadas con la Educación Sexual.
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