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El hábito de morderse las uñas es un fenómeno que algunas personas desarrollan hasta un extremo que resulta problemático. Lo que empieza siendo un acto semi-inconsciente y automático pasa a ser una fuente de malestar y dolor, el cual incluso va de la mano de un mayor riesgo de infecciones.
En este artículo veremos las características del hábito de morderse las uñas y algunos consejos acerca de qué hacer para superarlo.
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Son muchas las personas que en algún momento de su vida desarrollan el hábito de morderse las uñas. Se trata de un patrón de comportamiento que aparece de manera casi inconsciente, de un modo en el que no se le presta demasiada atención, y en algunos casos puede llegar a ser muy persistente, apareciendo una y otra vez cuando la persona deja de prestar atención a lo que hace con su cuerpo. Esto hace que, con el tiempo, puedan aparecer heridas en la punta de los dedos.
No existe una sola causa que explique la costumbre de morderse las uñas: es producto de una combinación de predisposiciones biológicas y experiencias aprendidas. Sin embargo, sí es cierto que se ha observado una mayor incidencia entre personas con determinados trastornos, como el síndrome de Tourette y determiadas adicciones. En general, es más frecuente que se transforme en un problema en quienes expresan dificultades para controlar sus impulsos.
El hábito de morderse las uñas debe ser distinguido de la onicofagia. Esta palabra hace referencia a un trastorno psicológico basado en la conducta de comerse las uñas. Así, se distingue de la costumbre de morderse las uñas en dos aspectos fundamentales. Por un lado, en la mayoría de los casos implica meterse los trozos de uñas en la boca e incluso ingerirlos, no solo mordisquear. Por el otro, el grado en el que las personas que desarrollan onicofagia no pueden controlar este impulso hace que sea un trastorno; algo que no puede decirse de todos los casos en los que las personas se acostumbran a morderse las uñas.
Estos son algunos consejos a seguir para ayudar a mantener a raya la costumbre de morderse las uñas. Si tienes ese problema, aplícalos adaptándolos a tu caso específico.
Tener a mano una pequeña libreta en la que ir anotando lo que nos pasa por la cabeza cada vez que nos mordemos las uñas con insistencia es una manera útil de aprender a detectar el estado psicológico previo a esta clase de comportamientos automáticos.
Muchas veces, la acción de morderse las uñas responde a una manera de descargar tensiones acumuladas por el estrés. Por eso, aplicar medidas para gestionar la ansiedad y el estrés suele funcionar.
Establece metas a corto plazo para conseguir pasar cuanto más tiempo posible sin llevarte los dedos a la boca. Por ejemplo, pasar 6 horas sin morderte las uñas para concederte un pequeño regalo cada vez que lo consigas.
Explícales que estás tomando medidas para dejar de lado el molesto hábito de morderte las uñas. De ese modo, tu grado de compromiso con este proceso de cambio aumentará, al tener más motivos para no abandonarlo al intentar evitar que los demás te vean mordiéndote las uñas.
Si no te funciona ningún consejo y por mucho que lo intentes sigues mordiéndote las uñas, es recomendable que acudas al psicólogo. En psicoterapia es posible contar con el trato personalizado de profesionales expertos en este tipo de problemas (y de muchos otros relacionados con la gestión de los impulsos).
Si buscas ayuda profesional para superar este u otros problemas de tipo psicológico, ponte en contacto con nuestro equipo. En Avance Psicólogos disponemos de una trayectoria de más de dos décadas atendiendo a personas de todas las edades, y actualmente realizamos psicoterapia tanto de manera presencial como online.
A través de un proceso terapéutico de varias sesiones, ayudamos a las personas a mejorar en aspectos como la gestión de las emociones y de los impulsos, el establecimiento de hábitos más saludables, la adopción de marcos de pensamiento y de interpretación de la realidad más constructivos, el manejo del estrés, etc.
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