¿Cómo es la psicoterapia para familiares de una persona adicta? Al hablar acerca de cuáles son las funciones de la psicoterapia, muchas veces se pone el foco únicamente en quienes han desarrollado un trastorno psicológico o neuropsicológico. Sin embargo, esto es un error, ya que da una imagen muy simplificada acerca de cuál es el rol del psicólogo al atender a sus pacientes.
De hecho, es muy habitual ofrecer servicios de asistencia psicoterapéutica a los familiares de quienes sufren un problema de salud mental. Un claro ejemplo de ello lo podemos encontrar en la atención psicológica a los miembros de la familia de las personas que han desarrollado una adicción, dado que este tipo de alteraciones afectan mucho a la convivencia y a las relaciones personales. En este artículo nos centraremos en este tipo de situaciones, ofreciendo un resumen de los beneficios que la psicoterapia tiene en los familiares de quienes presentan un trastorno adictivo.
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¿Cómo se atiende a las familias desde la psicoterapia?
El principal marco terapéutico en el que se atiende a las familias en la consulta del psicólogo es la terapia familiar. Es decir, las sesiones de psicoterapia en las que participan más de una persona además del terapeuta, miembros de una misma familia, convivan o no en el mismo hogar. No hay que confundir este tipo de intervención con el concepto de “terapia grupal” dado que este último término se utiliza normalmente para hablar de sesiones de psicoterapia en el que el grupo de personas que asisten tienen problemas similares y en la mayoría de los casos no se conocen entre ellas.
Los psicólogos que ofrecen servicios de terapia familiar tienen como objetivo intervenir en los problemas propios de esa familia y que son de tipo relacional, es decir, que no pueden ser reducidos al comportamiento o al malestar de una sola persona. Se trabaja principalmente sobre las maneras de interactuar y de comunicarse, y no tanto sobre los procesos psicológicos internos de cada individuo.
Debido a las limitaciones de la terapia familiar, a veces se hace necesario complementar esta con sesiones de psicoterapia individualizada, atendiendo a solas a los miembros de la familia más afectados por los problemas.
¿Cómo ayuda a la familia de una persona que sufre de adicción acudir al psicólogo?
Las adicciones nos recuerdan que los problemas de salud mental no son únicamente formas de malestar que la persona sufre “de puertas para adentro”; este tipo de patologías se plasman en el modo en el que las personas se relacionan con sus parejas y con sus familiares en general. De hecho, actualmente se estima que afectaciones como el alcoholismo perjudican a las personas del entorno del/la adicto/a tanto o más que a quien ha desarrollado la enfermedad, dado que se asocia a un gran número de episodios de violencia, de accidentes y de dinámicas psicosociales emocionalmente dolorosas. Es por eso que ante los casos de adicción, se recomienda que los familiares tengan la oportunidad de acudir al psicólogo.
Las ventajas de este tipo de intervención pueden ser clasificadas en dos categorías diferentes: mejora de las estrategias para afrontar los problemas de convivencia, por un lado, y mejora de la salud mental, por el otro. Es decir, que el impacto positivo de la psicoterapia aplicada a las familias de personas que sufren adicciones tiene una dimensión interpersonal y otra dimensión individual. Pero veamos con algo más de detalle cuáles son los aspectos en los que el trabajo en terapia puede ayudar a los miembros de la familia.
1. Se aplica la psicoeducación
Muchas de las dinámicas problemáticas de interacción en las familias de las personas que sufren una adicción se deben sobre todo a que esas personas desconocen la naturaleza de los trastornos adictivos; al no comprender qué son las adicciones, por ejemplo, asumen que lo que le pasa a esa persona no es un problema de salud real, sino que se debe a su “falta de fuerza de voluntad”, a su “holgazanería”, etc. Estos enfoques tan erróneos contribuyen a que la persona se sienta estigmatizada y sufra aún más alteraciones emocionales, que se ve incapaz de afrontar y trata de mitigar mediante el consumo de más drogas.
Por eso, algo tan sencillo como disponer de la información proporcionada por los psicólogos permite desprenderse de muchos mitos y adoptar una mentalidad más constructiva que hace posible dar un apoyo real al familiar con problemas de consumo de drogas (o de adicción comportamental), o al menos, no ponérselo más difícil en casa.
2. Se ayuda a solucionar conflictos pasados
Es muy fácil que hayan surgido peleas y todo tipo de discusiones no resueltas a causa de los problemas de regulación de los impulsos de la persona que sufre la adicción. En terapia familiar se aplican estrategias para abordar estos temas tan delicados y permitir que se pueda llegar al perdón y a la reparación del daño causado.
3. Hay una adaptación a las necesidades de las personas
Ante los problemas de salud mental surgidos en el seno de una familia, es fácil que aparezcan muchos temas tabú que, por el hecho de suponer un obstáculo para la comunicación, generan problemas. Por eso, en la consulta del psicólogo se trabaja para que no queden temas importantes sin tratar y que todo el mundo tenga la oportunidad de expresar cómo se siente, algo necesario para poder disponer de la ayuda del resto de familiares y del terapeuta.
4. Se hace partícipe a la familia en el proceso de recuperación
La terapia aplicada a los trastornos adictivos se nutre de muchos elementos contextuales; es decir, que allí donde es posible, se intenta utilizar el entorno material y social del paciente a su favor. En este sentido, el psicólogo puede dar instrucciones a los familiares para que le ofrezcan los mecanismos de motivación y de apoyo que necesita para ir progresando en el caso de que esté pasando por un tratamiento de su patología, haciéndoles entender qué técnicas se aplican en estos procesos de intervención y qué se puede esperar del progreso del paciente promedio.
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Referencias bibliográficas:
American Psychiatric Association (APA). (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). Arlington, VA: American Psychiatric Publishing.
Ochoa, I. (1995). Enfoques en terapia familiar sistémica. Herder: Barcelona.
Nutt, D.J.; King, L.A.; Phillips, L.D. (2010). Drug harms in the UK: a multicriteria decision analysis. The Lancet, 376(9752): pp. 1558 – 1565.
