¿Qué es la fobia a la sangre y cómo se trata?

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¿Qué es la fobia a la sangre y cómo se trata?. La fobia a la sangre es un tipo de alteración psicológica capaz de producir problemas serios, sobre todo en lo relativo al uso de recursos propios del sistema sanitario. Este trastorno de ansiedad puede llevar a quienes lo desarrollan a evitar pasar por procedimientos médicos que impliquen cortar o perforar la piel, con todo lo que esto implica.

Aquí veremos en qué consiste la fobia a la sangre, y cómo se trata en psicoterapia.

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¿Qué es la fobia a la sangre?

Empecemos por lo fundamental: ¿qué es la fobia a la sangre, también llamada hemofobia o hematofobia? Se trata de una alteración psicológica englobada dentro de los trastornos de ansiedad, es decir, problemas psicológicos cuya gravedad es lo suficientemente significativa como para ser considerada una entidad clínica, y que se basa en los patrones de aparición de los estados de ansiedad y sus síntomas asociados.

En concreto, lo que define a esta psicopatología es la tendencia a sufrir ataques de tipo ansioso-evitativo en momentos en los que se percibe sangre, o la posibilidad de ver sangre. A la práctica, la gran mayoría de las personas que desarrollan hematofobia expresan estos síntomas en todo lo relativo a las heridas y la sangre, como por ejemplo las inyecciones o incluso las agujas en general, y es por eso que en los manuales diagnósticos como el DSM-5, este fenómeno queda incluido en el concepto Fobia a la Sangre-Inyección-Daño (o SID).

 

Síntomas

En primer lugar veremos un resumen de los síntomas de la fobia a la sangre que son comunes a esta y al resto de fobias, y al final veremos con algo más de detalle una característica propia de la hematofobia, que no se da en el resto de trastornos similares.

Estos síntomas aparecen cuando la persona con fobia a la sangre se expone a estímulos o contenidos de imaginación relacionados con la sangre, sobre todo si esta es representada mentalmente de forma vívida. Son los siguientes:

  • Mareos.
  • Temblores.
  • Náuseas.
  • Aceleración del pulso.
  • Sudores fríos.
  • Problemas para respirar bien.
  • Sentimiento de necesitar retirarse a otro sitio cuanto antes.

Como hemos avanzado, los síntomas de la fobia a la sangre son en buena parte los típicos del resto de fobias específicas (como por ejemplo la fobia a las arañas o la fobia a los aviones), pero a la vez, presenta una característica distintiva. Se trata de la respuesta bifásica, que no se da en otras fobias. Esta se llama así porque se desarrolla en dos fases: primero, una subida repentina de la presión sanguínea y de la tasa respiratoria, y luego, una bajada repentina de estas. Debido al contraste entre una situación y la otra, este fenómeno fisiológico produce desmayos de manera habitual: más de la mitad de las ocasiones en las que este trastorno se expresa se produce un desmayo, si bien esto varía entre individuos.

Se cree que esta respuesta bifásica es el producto de dos mecanismos en parte contradictorios produciéndose a la vez. En primer lugar, la reacción ansiosa típica de las fobias, que lleva al sistema nervioso a activarse mucho para reaccionar rápidamente ante el potencial peligro. En segundo lugar, un mecanismo evolutivo orientado a evitar la pérdida de sangre.

Causas

En general, la fobia a la sangre aparece sobre todo durante la infancia, a partir de los 7 u 8 años, lo cual ha llevado a hipotetizar que las influencias genéticas juegan un papel poderoso en este trastorno, si bien no son determinantes. Sin embargo, hay que tener que las fobias son siempre la combinación de aspectos biológicos y de aspectos vinculados al aprendizaje y a las experiencias pasadas. En todo caso, pueden ser consideradas una consecuencia indeseada del funcionamiento de mecanismos evolutivamente útiles, relacionados con la ansiedad, una emoción que en la mayoría de los casos nos permite reaccionar con rapidez ante las situaciones en las que esto es necesario.

Tratamiento

La terapia psicológica se ha mostrado útil para superar la fobia a la sangre en cuestión de meses o semanas, dependiendo del grado de intensidad con el que se presente esta alteración. Resultan especialmente útiles procedimientos como la desensibilización sistemática o la exposición controlada.

 

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Si estás pasando por un mal momento debido a algún problema comportamental como las fobias u otros trastornos de ansiedad, ponte en contacto con nosotros. En Avance Psicólogos llevamos dos décadas ofreciendo nuestros servicios de psicoterapia, y en la actualidad atendemos a personas de todas las edades en áreas como la psicoterapia individual, la terapia de pareja, la neuropsicología y la psiquiatría, el coaching, o la terapia sexológica. Puedes contar con nosotros tanto en nuestro centro situado en barrio de Goya o a través de la modalidad de terapia online (con videollamada).

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Referencias bibliográficas:

Ayala, E.S.; et al. (2009), Treatments for blood-injury-injection phobia: a critical review of current evidence. Journal of Psychiatric Research, 43(15): pp. 1235 – 1242.
Ost, L.G.; et al. (1991), Applied tension, exposure in vivo, and tension-only in the treatment of blood phobia, Behaviour Research and Therapy, 29(6): pp. 561 – 574.
Stinson, F.S.; Dawson, D.A.; Chou, S.P.; Smith, S. (2007). The epidemiology of DSM-IV specific phobia in the USA: results from the National Epidemiologic Survey on Alcohol and Related Conditions. Psychological Medicine, 37(7): pp. 1047 – 1059.

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autora del artículo

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Por Laura Palomares Pérez

PSICÓLOGA - SEXÓLOGA COLEGIADA M-15270

Laura Palomares (Madrid, 1973) se licenció en Psicología en la por la UAM, funda y forma parte de Avance Psicólogos desde el año 1999. Amplía su formación en los siguientes ámbitos de la psicología: Título de Formadora en Sexología por el Instituto de Ciencias Sexológicas (In.Ci.Sex) Universidad de Alcalá de Henarés. Master en Sexología por el Instituto de Sexología de Madrid (In.Ci.Sex) Universidad de Alcalá de Henares. Prácticum en la Sociedad Sexológica de Madrid-Fundación SEXPOL. Título de Especialista en Terapia Gestalt, por la Fundación Laureano Cuesta en la Universidad de Comillas. Especialista en Terapia de Pareja, por el Centro Psicológico Dr. De Francisco. Diploma en Técnicas de Integración Cerebral (TIC), por el Centro de Terapias de Avanzadas. Tras 25 años de experiencia como psicoterapeuta, ahora colabora como divulgadora para medios especializados en el ámbito de la Psicología y la salud.

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