Tomar decisiones en momentos de estrés: ¿cómo hacerlo?. El estrés disfuncional es patrimonio de nuestra sociedad moderna. Se trata de un tipo de estrés que no es para nada resolutivo, y que lo único que hace es mantenernos en un círculo vicioso de pensamiento constante de problemas y situaciones y que, en última instancia, no lleva a ningún lado.
¿Cómo gestionar mejor el estrés? ¿Cómo tomar decisiones en medio de situaciones altamente estresantes? ¿Cómo evitar la procrastinación que conlleva el estrés excesivo, y que, además, solo conduce a producir más y más estrés?
Vamos a ver qué podemos hacer para ser más resolutivos en los momentos estresantes de nuestro día a día; un cambio de rutina que, a la postre, nos hará sentirnos mejor con nosotros mismos y con nuestra vida.
Nuestra Terapia para el Estrés
¿Cómo tomar decisiones en momentos de estrés?
Antes hemos hablado del estrés disfuncional y el estrés funcional. En realidad, el estrés en sí no es un elemento perjudicial; al contrario, nos ayuda a ser consciente de las situaciones que no nos gustan y nos ayuda a tomar situaciones. El problema viene cuando se convierte en crónico; si bien es normal sentir estrés ante situaciones apremiantes, no es normal sentirlo de forma asidua y constante.
Una de las principales consecuencias del estrés recurrente es el bloqueo ante la necesidad de tomar decisiones. Paradójicamente, lo que debería ayudarnos a decidir y a avanzar, es lo que nos hace permanecer anclados en una situación que nos incomoda o nos duele. La procrastinación es, pues, una de las consecuencias más desgastantes del estrés recurrente.
Veamos qué podemos hacer para tomar decisiones en los momentos de mayor estrés.
1. Organiza y ordena tu lugar de trabajo
El primer paso para tener la mente clara es que tu entorno también lo esté. Por tanto, procura que tanto tu lugar de trabajo como tu hogar estén ordenados y limpios. Se ha demostrado la gran influencia que el entorno tiene en nuestra mente.
Por otro lado, organiza también tus horarios y tu agenda, e intenta seguirlos a rajatabla. Esto te ayudará a ser más resolutivo en tus decisiones.
2. No intentes solucionar todo de golpe
Un “problema” parece más grande si se mira en su totalidad. Intenta por el contrario “partirlo” en trozos pequeños y fáciles de digerir, como si estuvieras disfrutando de una buena comida.
Así, establece metas a corto plazo, realistas y que sepas que puedes llevar a cabo con la menor dificultad. Esto no solo te ayudará a avanzar con el problema general, sino que también repercutirá satisfactoriamente en tu autoestima, al ver que eres capaz de conseguir pequeños logros.
3. Ponte un límite de tiempo para decidir
Es altamente recomendable establecer un deadline o un tiempo límite para llevar a cabo tu decisión. Eso te ayudará a no alargar la incertidumbre y la rumiación en el tiempo y, por tanto, a no agravar tu estrés.
4. Aprovecha la técnica de análisis FODA
Se trata de una técnica muy usada en ámbitos empresariales que estudian las fortalezas y las debilidades de una decisión concreta, y cuáles serían los posibles resultados si se llevara a cabo. La técnica FODA permite un análisis concreto y eficaz de las situaciones que, de no ser estudiadas correctamente, pueden desencadenar un alto nivel de estrés.
5. Benefíciate del deporte y las técnicas de relajación
El ejercicio físico es un gran aliado a la hora de lidiar con el estrés. No se trata de que entrenes para la maratón; un rato de ejercicio intenso bastará para que tus pensamientos en bucle se relajen y desaparezcan. Esto te ayudará a tener la mente más lúcida y podrás tomar decisiones con mayor facilidad.
Las técnicas de relajación son también de gran ayuda en este sentido, puesto que nos conectan con el momento presente y reducen el malestar. Algunas de las técnicas de relajación más habituales y efectivas son la relajación muscular y la respiración diafragmática.
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6. Pide opinión
Es un buen hábito, siempre que hables con personas que creas que pueden aportar consejos constructivos y válidos. Si la persona consultada te juzga o critica, no es el lugar a donde debes acudir.
La idea es que pedir opinión a los demás puede hacer que veas la realidad de la situación con mayor claridad y puede ayudarte a sopesar posibilidades. Sin embargo, no pidas opinión constantemente, porque entonces estarías dejando la decisión en manos de los demás. Es muy útil ponerse también una fecha límite en este caso.
7. Concédete momentos para ti
El autosabotaje es altamente nocivo para nuestra salud mental y no te ayudará a tomar decisiones más rápidamente. Es decir, si notas que la situación te supera, quizá deberías tomarte unos días o unas horas para ti mismo/a, haciendo actividades que te gusten y que te recarguen de energía.
8. Consulta con un especialista
Si, a pesar de todo, sigues sin verte capaz de tomar decisiones en casos de estrés, quizá es hora de que acudas a terapia. Un profesional te ayudará a conocer tus emociones, a gestionarlas y a ser más resolutivo/a a la hora de decidir en momentos complicados.
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Referencias bibliográficas:
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Thaler, R. H., & Sunstein, C. R. (2008). Nudge: Improving decisions about health, wealth, and happiness. Yale University Press.
Tversky, A., & Kahneman, D. (1981). The framing of decisions and the psychology of choice. Science, 211(4481), 453-458.