El trastorno de pánico se traduce en una sensación de miedo abrumadora que suele durar unos minutos y que sobreviene inesperadamente, sin que medie ningún estímulo aparente. Si no se acude a un profesional, este problema puede perjudicar el día a día de la persona y minar su calidad de vida.
En este artículo vamos a explicar cómo detectar el trastorno de pánico y cómo puede tratarse.
¿Qué es el trastorno de pánico?
Como ya hemos comentado en la introducción, el trastorno de pánico es un episodio de miedo súbito y su duración puede oscilar entre unos minutos y una hora, o incluso más. Este tipo de trastorno no sólo conlleva una fuerte ansiedad en la persona que lo padece, sino que también puede desencadenar síntomas de tipo físico: palpitaciones, respiración dificultosa…
En general, el trastorno de pánico se inicia en los últimos años de la adolescencia y afecta en mayor medida a las mujeres. Se trata de un problema que puede solucionarse, y su tratamiento depende de cuál sea su gravedad. En casos de trastornos graves, es habitual acudir al tratamiento farmacológico, pero lo normal es que el trastorno mejore sólo con una adecuada terapia cognitivo-conductual.
¿Cómo podemos identificar este problema? Recordemos que un diagnóstico temprano repercute positivamente en la mejora del paciente. Lo primero que es necesario aprender es cuál es la diferencia entre el trastorno de pánico y el ataque de pánico, con el objetivo de no confundir sus síntomas.
Diferenciar entre trastorno y ataque de pánico
El ataque de pánico constituye una sensación de ansiedad o de miedo que presenta síntomas contundentes como sudoración o palpitaciones, que el paciente puede llegar a confundir con un ataque al corazón. Los ataques de pánico son relativamente frecuentes, pues se calcula que los sufre alrededor de un 11% de la población adulta.
Los ataques de pánico pueden llegar a durar hasta 20 minutos, por lo que estamos ante un caso parecido al del trastorno de pánico. La principal diferencia radica en la regularidad. Si la persona sufre este tipo de ataques de forma más o menos frecuente, estaríamos hablando de un trastorno.
¿Cómo afectan estos ataques recurrentes en el día a día de la persona? Evidentemente, si se producen a menudo, es posible que el afectado organice su vida en función a ello, lo que puede llevarle a evitar ciertas situaciones y a privarse de algunas actividades. Esta situación, a la larga, puede resultar muy nociva para su calidad de vida.
- Quizá te interese: Ataques de pánico: definición, síntomas, causas y tratamiento
Entonces, ¿cómo identificarlo?
Apreciar que estamos teniendo un ataque de pánico no siempre es fácil; menos aun identificar qué ha provocado nuestra ansiedad repentina. En el caso de que estos ataques se repitan regularmente y estemos ante un caso de trastorno, el afectado puede llegar a desarrollar “miedo al miedo”, que redunda en la repetición de los ataques.
Algunos de los síntomas que permiten identificar un ataque de pánico son los siguientes:
- Sentimiento de pérdida de control.
- Angustia ante una supuesta muerte inminente.
- Náuseas y/o otras molestias gástricas.
- Entumecimiento de las articulaciones y los músculos.
- Sensación de falta de aire, de ahogo.
- Palpitaciones y taquicardia.
- Vértigo y/o desmayos.
¿Cómo actuar ante este trastorno?
Como suele suceder con los trastornos de ansiedad, cada persona vive el trastorno de pánico de diversa manera, y los síntomas pueden variar. Sobre todo, es importante resaltar que, aunque la sintomatología que presenta este problema puede parecer peligrosa, un ataque de pánico no es mortal, y los síntomas se alivian al cabo de unos minutos.
¿Cómo actuar ante este trastorno? Acudir a un profesional es básico, pero, aparte de esto, puedes probar los consejos que te brindamos a continuación.
1. No centres tu atención en lo que estás sintiendo
Cuando te embargue un ataque de pánico, concéntrate en cualquier cosa menos en aquello que estás sintiendo. Situarte en un lugar poco concurrido puede ayudar a tranquilizarte. Ponte a pensar en cosas que te hagan sentir bien: un viaje, una cita, una cena con amigos…
2. Controla tu respiración
A través de inspiraciones y espiraciones, intenta controlar tu respiración. De esta forma, tus niveles de dióxido de carbono y oxígeno se equilibrarán, y esto te ayudará a tranquilizarte.
Es mejor que realices este control de la respiración tumbado/a o en una posición que te resulte cómoda. Lo más importante es que concentres toda tu atención en inspirar y espirar.
3. Practica la relajación muscular
De nuevo, en una posición cómoda, contrae y relaja los músculos para sentir cómo se tensan y se relajan. Si combinas este tipo de relajación con una correcta respiración, profunda y lenta, pronto experimentarás un alivio de los síntomas.
- Quizá te interese: ¿Cómo gestionar un ataque de pánico?
¿Necesitas orientación psicoterapéutica?
En Avance Psicólogos contamos con un equipo profesional que está aquí para ayudarte. Ofrecemos asistencia a pacientes de todas las edades, parejas y familias, brindando sesiones tanto presenciales como virtuales. Nuestros servicios abarcan psicoterapia, sexología, neuropsicología, psiquiatría y logopedia.
Nuestra Terapia para la Ansiedad
Referencias bibliográficas:
Barlow, D. H. (1988). Anxiety and its disorders: The nature and treatment of anxiety and panic. Guilford Press.
Clark, D. M., & Salkovskis, P. M. (1991). Panic attacks in the real world: Where does panic come from? The Lancet, 337(8753), 1387-1390.
Rapee, R. M., Craske, M. G., & Barlow, D. H. (1994). Assessment instrument for panic disorder that includes fear of sensation-producing activities: The Albany Panic and Phobia Questionnaire. Anxiety, 1(2), 114-122.