El orgasmo femenino ha sido muy poco estudiado por la ciencia. Desde la medicina y otras disciplinas se ha tendido a tomar el cuerpo masculino como referencia para estudiar la anatomía, las funciones y enfermedades del cuerpo humano. Junto con el tabú de la sexualidad y una perspectiva moralista y cristiana el orgasmo y, por tanto, el placer de la mujer ha sido algo a lo que no se le ha dado importancia y, en consecuencia, se ha dejado completamente de lado.
Como no hay suficiente investigación y conocimiento sobre el orgasmo femenino, lo que creemos saber es lo que vamos oyendo por ahí, lo que sacamos de la pornografía, de lo que nos cuentan y de lo que no nos cuentan, por lo tanto, vamos sacando nuestras propias conclusiones y, muchas de ellas, no son más que inferencias e interpretaciones.
En este artículo, explicaremos hasta donde se sabe sobre el orgasmo femenino, al igual que trataremos de desmontar algunos de los mitos que existen en torno al orgasmo femenino para que puedas derribarlos y disfrutar más y mejor de tu sexualidad, tanto a solas como en pareja.
¿Cómo funciona el orgasmo femenino?
El orgasmo femenino, al igual que es masculino, es el momento de máximo placer como consecuencia de una estimulación directa o indirecta de los órganos sexuales o zonas erógenas del cuerpo. La diferencia entre uno y otro es la manifestación de este. El orgasmo femenino se da gracias al clítoris, un órgano situado detrás y por dentro de la vulva y cuyo glande se comunica con el exterior y está situado encima del orificio uretral y entre el inicio de los labios exteriores e interiores de la vulva.
El orgasmo femenino se ha definido como un “pico sensorial, variable y transitorio de intenso placer que crea un estado alterado de la conciencia” y que provoca contracciones involuntarias de los músculos del suelo pélvico, del útero y del ano, generando una relajación de la musculatura y resolviendo la vasocongestión del clítoris.
Este órgano, el clítoris, durante la estimulación sexual se erecta llenándose de sangre (vasocongestión), por lo que se puede ver y notar el glande más duro y rojizo que de costumbre y que provoca sensaciones muy placenteras. Para alcanzar el orgasmo se necesitan dos factores psicológicos: la acumulación de esa tensión sexual y placer y la desinhibición, es decir, entregarse a esa cascada de placer y dejarse llevar.
Rompiendo 10 mitos sobre el orgasmo femenino.
A continuación descubriremos los 10 principales falsos mitos sobre el orgasmo femenino.
1. Si alcanza el orgasmo, la mujer ya está satisfecha
La satisfacción sexual no se reduce únicamente a la presencia o ausencia de orgasmo. Para medir nuestra satisfacción sexual debemos fijarnos en otros aspectos tales como, la frecuencia de nuestras relaciones sexuales, la intensidad del orgasmo, la presencia de otros juegos eróticos cuya finalidad no sea el orgasmo femenino (como los besos o las caricias) o la sensación de conexión con la pareja sexual.
2. Si no llega al orgasmo es que no ha disfrutado
En general, en las relaciones sexuales tenemos esta visión finalista, focalizada en un resultado que es el orgasmo. Desde esta perspectiva es muy difícil que nos dejemos llevar y disfrutar del camino, dado que estaremos concentradas en llegar al orgasmo. Recuerda que a más buscas el orgasmo, más probabilidades tienes de no encontrarlo. Paradójico, pero es así. Céntrate en todas las sensaciones de tu cuerpo y disfruta del paseo.
3. Si no llegas al orgasmo femenino eres una estrecha
Algunas personas piensan que las mujeres que no llegan al orgasmo quedan como unas estrechas o que son gente que no saben disfrutar. Las causas de no alcanzar el orgasmo pueden ser muchas y achacarlo a una sola variable es generalizar demasiado. Puede que la dificultad en alanzar en el orgasmo radique en algunas creencias erróneas sobre el placer y la culpa, pero no te quedes ahí, trata de averiguar por qué te está ocurriendo y pide ayuda profesional si lo necesitas.
4. El orgasmo se alcanza mediante la penetración
Este es uno de los mayores mitos que existen en torno al orgasmo femenino. La mayoría de las personas con vulva disfrutan del clímax mediante la estimulación directa y exterior del clítoris. Este órgano, repleto de terminaciones nerviosas, rodea la entrada de la vagina y es por eso que la penetración es placentera para las personas con vulva. Este mito viene de la pornografía en la que se muestran mujeres perdiendo el control sobre sus cuerpos debido a un placer desmesurado que (se supone) da la penetración; lo cual nos lleva a hablar del siguiente mito.
5. Durante el orgasmo femenino, la mujer gime mucho
En el porno también se representan gemidos muy altos y constantes. En especial, las que más gimen suelen ser las mujeres y se presentan como seres pasivos que dan y reciben placer a merced del hombre. Los gemidos o la muestra de placer son algo subjetivo y no tiene relación la intensidad y frecuencia de los gemidos con el placer. cada cual muestra su placer como quiere.
6. Si no llegas al orgasmo es que tienes algún bloqueo psicológico
Como hemos dicho, las dificultades para llegar al orgasmo femenino pueden ser muy diversas. Una de ellas puede ser una estimulación inadecuada. La vulva y el clítoris no son máquinas que con apretar un par de botones se va a conseguir el orgasmo. Entran en juego muchísimas otras variables que pueden dificultar o facilitar el orgasmo femenino como el cansancio, los sentimientos hacia la otra persona, la salud mental o el nivel de intimidad con la pareja sexual.
7. La masturbación dificulta el orgasmo femenino en pareja
Las mujeres se masturban y la masturbación tiene numerosos beneficios, uno de ellos es el conocer como funciona y responde tu cuerpo ante una estimulación determinada. Se tiene la errónea idea de que si practicas la masturbación luego no vas a tener ganas de hacerlo con tu pareja. El placer no es acumulativo ni se va a gastar por dártelo a ti misma.
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8. Existe más de un tipo de orgasmo
Freud fue quien introdujo este mito. Catalogaba el orgasmo femenino que no fuese por penetración, o “clitoridiano” (como él lo llamaba) como infantil. El clítoris es nuestro principal proveedor de orgasmos, no lo olvidemos. Del pensamiento freudiano nos viene la falsa creencia de que la mujer que disfruta de muchos orgasmos es “más mujer”, y más aún si es mediante la penetración.
9. Si no llegas al orgasmo, el hombre no quedará satisfecho
Este mito es una de las principales causas de que cueste alcanzar el orgasmo femenino: la presión de llegar al clímax solo por complacer a la pareja sexual. Esto afecta también a los hombres puesto que muchos creen que si su pareja no llega al orgasmo es porque no son lo suficientemente buenos amantes. Como ya hemos señalado, a mayor presión sentimos de llegar al clímax, menos probabilidades tenemos de alcanzarlo. Por eso, muchas mujeres fingen el orgasmo. De esto hablamos en el siguiente mito.
10. Si una mujer finge el orgasmo, se nota
Son varios los motivos por los que el orgasmo femenino es fingido de manera tan frecuente. El primero es que el “engaño altruista”, es decir, fingir para que el hombre no se sienta mal o no piense que no le está gustando. Otro de los motivos por los que las mujeres fingen orgasmos es para que la relación sexual se acabe, te estás aburriendo o no lo estás disfrutando y finges para que tu pareja crea que sí. Si el fingimiento se nota o no, es cuestión de lo “buena actriz” que seas.
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Conclusiones
Respecto al orgasmo femenino la investigación científica brilla por su ausencia. Al igual que la ciencia ha desmentido que existen varios tipos de orgasmo, quizás dentro de unos años sabremos más sobre el orgasmo femenino y estos mitos y verdades serán otros. La investigación hará que las mujeres disfrutemos más de nuestro cuerpo y en nuestras relaciones sexuales. Investiguemos más sobre el placer, permitamos a las mujeres disfrutar sin prejuicios y sin exigencias.
Mientras tanto, lo que podemos hacer es conocer y tocar sin pudor nuestros cuerpos, hablar de sexo, comunicarnos más y mejor con nuestras parejas para que entiendan lo que ocurre y abrir un espacio cómodo en el que se pueda hablar y así, poder disfrutar. Al fin y al cabo, por ejemplo, las personas que fingen orgasmos, en definitiva, están mintiendo, obstaculizando bastante la comunicación con su pareja sexual y no resolviendo el problema de fondo: no estar recibiendo la estimulación adecuada o no ser capaz de desinhibirse, entre otras causas de las dificultades para llegar al orgasmo.
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Referencias bibliográficas:
Arcila, J. F. U., Tobón, M. T. Q., & Gómez, M. G. (2015). Orgasmo femenino: definición y fingimiento. Urología Colombiana, 24(1), 19-27.
Melo-Sánchez, S. A., & Zapata-Gélvez, M. J. (2015). Orgasmo femenino: eje en el estudio nacional de la sexualidad humana. MedUNAB, 18(2), 105-106.