Hace miles de años que diversas culturas del mundo (incluso más allá de Asia) practican la meditación. Pero aún más curiosa que la larga historia de esta tradición, es el hecho de que en las sociedades occidentales de la actualidad la meditación ha adquirido un nuevo papel totalmente separado de la religión. Hoy, la meditación es utilizada también por las ventajas que aporta para el bienestar. En este artículo veremos cuáles son los beneficios psicológicos de la meditación, y por qué la psicoterapia se ha inspirado en esta práctica para ayudar a los pacientes.
Estas son las diferentes maneras en las que la práctica habitual de la meditación repercute positivamente sobre el bienestar psicológico.
Este es uno de los motivos más importantes por los que varios programas de reducción del estrés usados en psicoterapia se inspiran en la meditación.
Y es que meditar implica, entre otras cosas, hacer que nuestra atención pase de estar centrada en aquellas ideas que nos preocupan o nos obsesionan a estar enfocada hacia el aquí y el ahora, aquello que transcurre en el momento presente.
Dicho de otro modo, la meditación contribuye a que nuestro foco atencional se libere y deje de estar sujeto a las dinámicas generadoras de ansiedad que sufrimos cuando hay algo que nos mantiene en estado de alerta constante y excesivo.
Nuestra Terapia para el Estrés
Otra consecuencia de la capacidad de la meditación para llevarnos a estados de calma es que nos facilita la tarea de tomar decisiones sin dejar que la ansiedad y las emociones intensas condicionen nuestro proceso de elegir qué estrategia o acción adoptar.
Dicho de otro modo, la meditación ayuda a que tomemos decisiones partiendo de información objetiva y no dándole demasiada importancia a inferencias sobre hipótesis poco realistas perro con facilidad para preocuparnos mucho o seducirnos por sus implicaciones.
Esto es muy útil, sobre todo en momentos claves de la vida: elegir un trabajo, elegir una vivienda, decidir qué hacer con una relación personal en crisis, etc.
Meditar también relaja y contribuye a que los síntomas psicológicos y fisiológicos de la ansiedad se reduzcan, por lo que es una muy buena idea dedicarle a esta actividad unos minutos poco antes de irse a dormir.
De esta manera, quedan reducidas las posibilidades de sufrir por el insomnio o despertarse frecuentemente durante la noche. La meditación supone una especie de “reseteo” para el sistema nervioso, con lo que es fácil conciliar el sueño dejando atrás la rumiación, las ideas intrusivas, la obsesión por el perfeccionismo, etc.
La manera en la que experimentamos el dolor está mediada por el modo en el que gestionamos nuestro foco atencional. Por eso, la meditación resulta útil en casos de dolor crónico, por ejemplo, ya que sirve para restarle protagonismo al estímulo doloroso, que pierde la capacidad para captar la atención en favor de algún otro estímulo más gratificante.
Otro de los beneficios psicológicos de la meditación es que, si bien en el momento de practicarlo no se aplica un gran esfuerzo a reflexionar acerca de las acciones de los demás, sí permite adoptar un distanciamiento emocional que ayuda a ver los hechos de una manera más neutral y libre de presuposiciones y prejuicios.
Así, quien medita entra en una mentalidad por la cual se tiende menos a ver dramas allí donde simplemente hay acciones e interacciones entre personas. El hecho de aceptar que nadie es perfecto y que no tenemos por qué obsesionarnos con aspectos como la venganza o la hostilidad contribuye a acercar posturas y a ser capaces de crear situaciones que propicien la empatía, el ponerse en el lugar de otros.
Varios estudios señalan que la meditación puede ser una herramienta muy valiosa a la hora de combatir el craving, el malestar generado por la abstinencia tras pasar un tiempo sin consumir sustancias adictivas como el alcohol u otras drogas.
Es posible que este efecto esté relacionado con la capacidad de la meditación a la hora de inducir hacia estados de relajación y combatir la ansiedad: tras pasar por varias experiencias en las que los síntomas del síndrome de abstinencia se asocian con las sensaciones relajantes y potencialmente placenteras de la meditación, progresivamente se va dejando de temer todo lo que normalmente se vincula al craving.
Afortunadamente, hoy en día resulta muy fácil aprender los fundamentos de la meditación y empezar a experimentar sus beneficios psicológicos a corto y medio plazo. Por ejemplo los psicólogos pueden entrenar en esta práctica tanto en sesiones de psicoterapia como en talleres y cursos realizados para colectivos.
De esta manera, de la mano de expertos en la meditación y las técnicas de relajación asociadas a esta, poco a poco se va adquiriendo soltura y autonomía a la hora de meditar prácticamente en cualquier momento, simplemente buscando un lugar relativamente tranquilo.
Y es que los beneficios de la meditación pueden ser disfrutados tanto en terapia como fuera de ella, una vez se ha recibido el entrenamiento correspondiente. ¡Nunca es tarde para empezar!
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