Delirios de grandeza: ¿Qué es y que síntomas presenta?

Delirios de grandeza: ¿Qué es y que síntomas presenta?

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A modo de expresión coloquial es relativamente habitual escuchar que una persona tiene “delirios de grandeza” cuando presume o da importancia desmesurada a sus logros o atributos personales. Sin embargo, los delirios de grandeza no se tratan de “tenérselo muy creído” sino que constituyen una condición psicológica con unas características muy concretas.

Hace años los delirios de grandeza recibían el nombre de megalomanía, aunque este término está ya en desuso y en la actualidad se usa casi exclusivamente en el psicoanálisis. Actualmente también pueden encontrarse bajo el nombre “delirio expansivo”. Ya que no se habla mucho sobre ellos habitualmente, en este artículo nos hemos propuesto recoger algunas de las particularidades más representativas de los delirios de grandeza.

 ¿Qué características tienen los delirios de grandeza?

Como decíamos al principio del artículo, a veces se usa de manera coloquial el término “delirios de grandeza” para hacer referencia a actitudes o comportamientos que podrían ser simplemente muestras de orgullo. Por eso creemos que es importante definirlos bien y diferenciar la simple vanidad de algo más serio como sería este tipo de delirio.

Aunque pueden darse de diferentes maneras, estos delirios tienen algunos puntos significativos en común que permiten identificarlos. Vamos a ver seis de las características más representativas de los delirios de grandeza para así saber un poco mejor de qué se tratan y poder reconocerlos con mayor facilidad.

1. Implican la creencia de tener un estatus “superior”

Si hay un “síntoma” característico de los delirios de grandeza es, precisamente, ese componente de creer ser una persona “grandiosa”. Esto puede darse, por ejemplo, con la creencia de ser una persona famosa, rica o incluso todopoderosa (ya sea la idea de tener influencia o incluso poderes sobrenaturales). De forma caricaturesca se ha retratado en el cine a algunas personas con delirios de grandeza vestidas de Napoleón; esto es una parodia pero, efectivamente, algunas personas llegan a desarrollar la idea de ser un personaje histórico o incluso una deidad.

Esto se puede producir en un grado algo menos extremo, ya que algunas personas con delirios de grandeza no tienen ideas de ser poderosas o ricas… pero sí de tener relación con quienes lo son. Así, hay quienes afirman tener conexión con figuras políticas importantes o incluso con Dios.

2. Son muy rígidos y resistentes al cambio

 Los delirios de grandeza son, como su mismo nombre indica, un delirio. ¿Qué quiere decir esto? Pues que no son ideas generadas a partir de la evidencia real; por lo tanto, no son desmontables con hechos o datos.  A veces es difícil delimitarlos, ya que su diagnóstico tiene un componente cultural importante; por ejemplo, en nuestra sociedad consideraríamos delirante a una persona que cree poder hablar con los animales pero no a una persona que usa el rezo para comunicarse con una deidad.

Como decíamos, los delirios no son pensamientos fácilmente refutables aunque haya pruebas que los contradicen. Esto puede tener un motivo, ya que se considera que los delirios, cuando aparecen, lo hacen de manera funcional; es decir, que están ahí porque están sirviendo a un propósito. Algunas hipótesis barajan que podrían tener que ver con el afrontamiento de emociones muy intensas o con el desarrollo de la autoestima. O sea, que de poco serviría tratar de convencer a una persona que muestra delirios de grandeza de que está equivocada, por muchas pruebas que se le muestren; de hecho esto podría estar contraindicado, como veremos más adelante en otro punto del artículo.

3. Pueden conllevar un optimismo exacerbado

La actitud optimista implica la expectativa de que las cosas irán bien. Parece bastante lógico que este tipo de enfoque esté presente en aquellas personas que se consideran especiales o, incluso, omnipotentes ¿no? Efectivamente, algunos estudios han encontrado correlación entre estos dos aspectos, especialmente en aquellas personas que ven sus delirios acompañados de alucinaciones (como, por ejemplo, si se escuchan voces que refuerzan los contenidos de los delirios).

Quienes experimentan delirios de grandeza tienden más a anticipar eventos positivos en el futuro, es decir, a esperar que la vida les irá lo mejor posible. Aunque, como ya hemos visto, incluso si no se cumplen estas altas expectativas, lo más probable es que la persona adapte sus creencias a la realidad para poder mantenerlas y seguirá esperando que las cosas le salgan bien.

4. Son el segundo tipo de delirio más frecuente

Los delirios de grandeza son sólo un tipo de delirio, ya que estos pueden incluir temáticas diversas: erotomaníacos (la creencia de que otra persona está enamorada de ti cuando esa no es la realidad), celotípicos (la convicción de que tu pareja está con otra u otras personas), somáticos (la idea de tener algún tipo de enfermedad o incluso de haber muerto), etc.

El delirio más frecuente es el de temática persecutoria, es decir, la convicción de que hay personas u organizaciones presentes en el entorno con intención de hacer algún tipo de daño. Después de estos, los delirios de grandeza serían los más comunes.

5. Pueden darse en diferentes condiciones

Cuando hablamos de delirios solemos referirnos a lo que en los manuales diagnósticos se cataloga con el nombre de Trastorno Delirante y que, de manera más coloquial, se suele denominar “paranoia”. O sea, que la presencia de los delirios podría constituir en sí misma un trastorno psicótico en ausencia de otros síntomas como las alucinaciones.

No obstante, los delirios también pueden constituir un síntoma dentro de otras categorías psicológicas y psiquiátricas. Es relativamente común encontrarlos en personas diagnosticadas de trastornos psicóticos como la esquizofrenia o el trastorno bipolar (más concretamente durante la fase de manía o hipomanía). Los delirios de grandeza pueden ser experimentados puntualmente por personas sin diagnóstico psicopatológico (se calcula que alrededor del 10% de la población no clínica lo experimenta de manera puntual en algún momento de su vida).

6. Tienen un efecto notable en la autoestima

Mencionábamos antes que los delirios pueden tener una función, y que algunas teorías relacionan los delirios de grandeza con la autoestima. Se ha observado que las personas que experimentan este tipo de delirios suelen mostrar una autoestima más alta y un menor riesgo de suicidio, algo definitivamente funcional e incluso deseable en muchos casos.

Por eso existen dos dificultades añadidas a la hora de trabajar en estos casos. La primera de ellas es que rara vez una persona con delirios de grandeza buscará ayuda (al menos relacionada con los contenidos del delirio). La segunda es el hecho de que puede no ser conveniente tratar de eliminar estas ideas si pueden estar sosteniendo la autoestima de la persona. En estos casos puede ser más conveniente moldear los pensamientos y el comportamiento de la persona para que estos no provoquen consecuencias indeseadas en su vida, es decir, adaptar los delirios a la realidad de la persona para que pueda vivir con ellos.

En conclusión

 Como hemos podido ver, los delirios de grandeza van mucho más allá de una simple conducta soberbia o de un mero exceso de autoestima. Se trata de un conjunto de creencias muy rígidas que, dure poco o mucho tiempo, puede dar lugar a consecuencias importantes en la vida de la persona que los experimenta.

Los delirios de grandeza, así como los comportamientos que pueden acompañarlos, pueden ocasionar problemas tanto a la propia persona como a aquellas que la rodean. Por eso es muy importante que todas ellas cuenten con un apoyo social y profesional adecuado a sus necesidades cuando precisan de ello.

 ¿Es posible trabajar el delirio en terapia?

 Los delirios de grandeza pueden ser complicados de trabajar, especialmente por el hecho de que las personas que los experimentan no suelen percibir que tengan un problema o necesiten ayuda. Sin embargo, cuando las personas acuden a consulta sí es posible trabajar estas cuestiones. Además, también puede ser muy útil la terapia para las personas del entorno cercano que hayan podido verse afectadas por este problema.

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Referencias bibliográficas:

Bortolon, C. y Raffard, S. (2021). Pondering on how great I am: Does rumination play a role in grandiose ideas? Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry, 70.

Bortolon, C. et al. (2019). The contribution of optimism and hallucinations to grandiose delusions in individuals with schizophrenia. Schizophrenia Research, 210, 203-206.

Garety, P. y Freeman, D. (2013). The past and future of delusions research: from the inexplicable to the treatable. British Journal of Psychiatry, 203(5), 327-333.

Garety, P. et al. (2013). Differences in cognitive and emotional processes between persecutory and grandiose delusions. Schizophrenia Bulletin, 39(3), 629-639.

Isham, L. et al. (2021). Understanding, treating and renaming grandiose delusions: A qualitative study. Psychology and Psychotherapy: Theory, Research and Practice, 94, 119-140.

Picardi, A. et al. (2018). Delusional themes across affective and non-affective psychoses. Frontiers in Psychiatry, 9.

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autora del artículo

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Por Andrea Martínez Fernández

PSICÓLOGA - SEXÓLOGA COLEGIADA M-28412

Andrea Martínez es licenciada en Psicología por la Universidad de Deusto. Posee un Máster en Psicología Clínica Basada en la Evidencia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Salud Sexual y Psicología Clínica por la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Especialista en Terapias Contextuales (ACT, FAP y técnicas Mindfulness) por el Madrid Institute of Contextual Psychology. También se ha formado en Psicología Afirmativa en Diversidad Sexual y de Género por el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. Desde 2019 forma parte del equipo colaborador de Avance Psicólogos ofreciendo terapia psicológica, sexológica y de pareja con perspectiva de género. Además, ejerce como divulgadora y formadora en varias plataformas relacionadas con la Educación Sexual.

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