¿Es normal olvidarse mucho de las cosas?

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La memoria es uno de los aspectos fundamentales de la mente humana, y por ello tiene una gran influencia en nuestra capacidad para adaptarnos mejor o peor a los retos del día a día. Por eso, es relativamente frecuente que las personas se preocupen cuando detectan posibles disminuciones en su capacidad de recordar bien. De hecho, una de las cuestiones más planteadas por los pacientes que acuden a las consultas de neuropsicología, es: “¿es normal olvidarse mucho de las cosas?”.

A lo largo de este artículo veremos qué hay que tener en cuenta ante este tipo de inquietud, y qué hacer.

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¿Es normal que me olvide de muchas cosas?

Son muchas las personas que se preocupan porque notan una tendencia a olvidarse las cosas, tanto en ellas mismas o en seres queridos, y que acuden a profesionales de la salud. Sin embargo, otras muchas no piden cita en la consulta ante el temor a recibir un diagnóstico grave, dando por supuesto que si notan defectos en su manera de almacenar información en la memoria, está claro que hay un problema crónico de salud. Aquí veremos varios motivos por los que esto es un error, dado que el hecho de detectar problemas para recordar cosas no implica que se haya desarrollado una enfermedad crónica severa.

Reconociendo problemas de memoria: ¿qué puede estar pasando?

Estas son algunas posibles explicaciones acerca de por qué detectamos fallos a la hora de recordar o de memorizar.

1. Sugestión

Hay que tener en cuenta que el simple hecho de creer que estamos experimentando problemas de memoria no significa que realmente existan. Los miedos asociados a asuntos de salud son frecuentes, y muchas veces nos llevan a ver señales de alarma donde realmente no hay nada: el hecho de estar asustados por algo que una vez percibimos como algo preocupante nos lleva a interpretar otros fenómenos corrientes como algo que no es normal y que nos trae malas noticias.

En cualquier caso, esto no debe servir como excusa para no acudir a un especialista. Si algo nos preocupa, es mucho mejor prevenir que curar, y no pasa nada si al final no había motivos racionales para asustarse.

2. Falta de sueño

Dormir poco tiene un efecto demoledor en nuestra capacidad para memorizar y recordar, aunque por suerte parece que estos efectos se revierten una vez volvemos a disponer de todas las horas de descanso que necesitamos.

Específicamente, esta causa de problemas para recordar afecta sobre todo a la memoria de trabajo, que es la que usamos para mantener varios elementos a la vez en nuestra mente y manipularlos para hallar la solución a un problema (por ejemplo, al realizar cálculo mental). En menor medida, también afecta a la memoria a corto plazo, que es aquella que “archiva” recuerdos durante las primeras horas tras haberlos creado.

3. Exposición a eventos estresantes

Esta clase de situaciones no suelen ser frecuentes, pero sus efectos pueden llegar a asustar por el hecho de que son espectaculares: en situaciones en las que experimentamos mucha ansiedad de forma repentina, es posible que no recordemos lo que nos pasó durante esos minutos. Esto ocurre porque el aumento de hormonas asociadas al estrés bloquea nuestra capacidad para generar recuerdos.
Eso sí, más allá de esa situación altamente estresante, nuestra memoria queda intacta y nos permite seguir funcionando como siempre.

4. Consumo de sustancias

Abusar de ciertas sustancias psicoactivas también puede tener efectos negativos sobre nuestra memoria. Sin embargo, estos no suelen ser permanentes; a no ser que hayamos estado mucho tiempo consumiéndolos de manera abusiva, la capacidad para recordar vuelve a la normalidad.

5. Enfermedades neurológicas

Aquí se incluyen patologías severas de tipo neurodegenerativo como la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, así como secuelas de infartos o microinfartos, entre otras condiciones neurológicas. En algunos casos, como en el de las demencias y las patologías neurodegenerativas en general, los síntomas se van volviendo más presentes con el paso del tiempo, pero en otras condiciones neurológicas los síntomas pueden mantenerse estables.

¿Qué se puede hacer?

La mejor opción que puedes tomar si te preocupa el grado en el que tiendes a olvidar cosas es acudir a la consulta de profesionales de la salud, quienes llevarán a cabo una exploración de tu capacidad memorística y si es necesario, realizarán un diagnóstico.

Si te interesa contar con este tipo de apoyo profesional, puedes ponerte en contacto con nuestro equipo. En Avance Psicólogos ofrecemos, además de servicios de psicoterapia, la posibilidad de disponer de asistencia psiquiátrica en la que se tratan tanto los problemas de memoria como otras afectaciones mentales de tipo neurológico y médico en general. Puedes encontrarnos en nuestro centro ubicado en Madrid, o bien pedir información sobre nuestros servicios de terapia online.

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Referencias bibliográficas:

Conrad C.D. (2010). A critical review of chronic stress effects on spatial learning and memory. Progress in Neuro-Psychopharmacology & Biological Psychiatry. 34 (5): 742 – 755.
Dudai Y. (2006). Reconsolidation: the advantage of being refocused. Current Opinion in Neurobiology. 16 (2): 174 – 178.
Roediger, H.L.; Dudai, Y. & Fitzpatrick S.M. (2005). Science of Memory: Concepts. New York: Oxford University Press, pp. 147 – 150.
Staniloiu, A.; Markowitsch, H.J. (2012). Towards Solving the Riddle of Forgetting in Functional Amnesia: Recent Advances and Current Opinions. Frontiers in Psychology. Frontiers Media SA. 3: 403.

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autora del artículo

Laura Palomares Pérez

PSICÓLOGA - SEXÓLOGA COLEGIADA M-15270

Laura Palomares (Madrid, 1973) se licenció en Psicología en la por la UAM, funda y forma parte de Avance Psicólogos desde el año 1999. Amplía su formación en los siguientes ámbitos de la psicología: Título de Formadora en Sexología por el Instituto de Ciencias Sexológicas (In.Ci.Sex) Universidad de Alcalá de Henarés. Master en Sexología por el Instituto de Sexología de Madrid (In.Ci.Sex) Universidad de Alcalá de Henares. Prácticum en la Sociedad Sexológica de Madrid-Fundación SEXPOL. Título de Especialista en Terapia Gestalt, por la Fundación Laureano Cuesta en la Universidad de Comillas. Especialista en Terapia de Pareja, por el Centro Psicológico Dr. De Francisco. Diploma en Técnicas de Integración Cerebral (TIC), por el Centro de Terapias de Avanzadas. Tras 25 años de experiencia como psicoterapeuta, ahora colabora como divulgadora para medios especializados en el ámbito de la Psicología y la salud.

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