Eyaculación retardada: definición, síntomas, causas y tratamiento

Eyaculación retardada: definición, síntomas, causas y tratamiento

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La eyaculación retardada no es un motivo de consulta muy habitual en la terapia sexológica. Esto tiene un claro sesgo de género y cultural. No es habitual que en una relación sexual heterosexual el hombre no llegue al orgasmo. No ocurre lo mismo en el caso de las mujeres.

Sin embargo, el auge de la educación sexual, la visibilidad de la sexualidad femenina y la llegada de famoso satisfayer al hombre hetero le está llegando el mensaje de que “tiene” que complacer a la mujer. Este mensaje connota obligación y la tarea y el sexo nunca fueron buenos compañeros. Cuando en nuestras relaciones sexuales metemos los “deberías” o lo que es “normal” nos ponemos nerviosos y nuestro cuerpo no responde como nos gustaría. Con todo esto a la espalda la eyaculación retardada es un motivo de consulta mucho más demandado que antes: “me cuesta llegar al orgasmo”, “no consigo eyacular”, “paramos porque mi pareja se cansa de estimularme”, son frases cada vez más escuchadas por sexólogas y sexólogos.

En este artículo te explicamos qué es la eyaculación retardada y cuáles son sus síntomas. Asimismo, te explicaremos cuáles son las causas más comunes de la misma y cómo lo puedes tratar.

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¿Qué es la eyaculación retardada?

La eyaculación retardada o eyaculación tardía está clasificada en el DSM V (manual de psiquiatría y psicología que clasifica los trastornos mentales) como una disfunción sexual achacada a los hombres. Consiste en la dificultad de llegar al orgasmo (en este caso, el masculino) tras una larga estimulación. Esto influye tanto en el propio placer como en el placer de la pareja. Es curioso que se separe entre hombres y mujeres. Si esto le ocurre a la mujer se le llama anorgasmia.

Uno de los principales motivos por los que las personas tenemos sexo son los orgasmos. Para que el orgasmo tenga lugar se necesitan dos componentes básicos: por un lado, un cúmulo de excitación y, por otro, la desinhibición y el descontrol. Tanto para estar excitados como para dejarnos llevar al descontrol necesitamos estar tranquilos, es decir, que la ansiedad no ronde por ahí. Cuando estamos nerviosos, estresados o tenemos alguna preocupación se activa el sistema nervioso, en concreto, una de sus ramas: la rama simpática. Esta se activa cuando sentimos ansiedad, y esta (con todos los pensamientos intrusivos y las sensaciones físicas agradables que conlleva) bloquea la excitación y, sin esta, no hay orgasmo.

Síntomas de la eyaculación retardada.

El síntoma principal de la eyaculación retardada es la ausencia de eyaculación o que esta se dé tras tiempos demasiado largos que interfieran con la satisfacción sexual de la persona y, en caso de que la tenga, de su pareja. También, puede suceder que se dé el orgasmo pero no la eyaculación o viceversa: que haya eyaculación sin orgasmo.

Todo ello se da a pesar de que la persona puede alcanzar niveles de excitación muy altos. El no poder eyacular cuando se desea genera frustración, cansancio y fatiga. Además, tiene como consecuencia que a la hora de mantener relaciones sexuales la pareja, pero, en concreto, el hombre, se sienta muy inseguro, no disfrute y llegue incluso a evitar los encuentros eróticos, ignorando las señales de acercamiento de su pareja o de sus propuestas.

Aunque puede suceder, es poco habitual que estos síntomas de la eyaculación retardada se den en la masturbación a solas. Esto nos da una pista de por qué se tienen tantas dificultades para eyacular y llegar al orgasmo cuando se está en pareja: la sensación de fracaso, la obligación de complacer, los nervios, etc.

Causas de la eyaculación retardada.

Para la eyaculación retardada y demás disfunciones sexuales es importante, en primer lugar, consultar a tu médico de cabecera, ya que algunas causas pueden ser físicas, ya sea por desajustes hormonales, consumo de medicamentos u otras sustancias o alteraciones nerviosas. A continuación, te contamos las principales causas psicológicas que se dan cuando tenemos problemas para eyacular o llegar al orgasmo:

1. El efecto de la pornografía

Para muchos, la pornografía puede suponer un gran estímulo a la hora de masturbarse y se pueden alcanzar un buen nivel de satisfacción con ella. Sin embargo, una de las mayores desventajas de la pornografía es que genera habituación; esto quiere decir que para conseguir el mismo placer se necesitan estímulos más intensos. O lo que es lo mismo, muchos hombres no pueden llegar al orgasmo sin estos estímulos audiovisuales y, ello, a su vez, genera que luego en pareja eyacular les sea imposible. Así pues, cuidado con el abuso de la pornografía. Para ello, intenta masturbarte de vez cuando sin ella, usando la imaginación y dejándote llevar por las sensaciones físicas de tu cuerpo.

2. La costumbre de masturbarse a solas

Cuando nos masturbamos lo hacemos, casi siempre, para llegar al orgasmo. Esto hace que automaticemos la forma en que nos masturbamos y lo hacemos siempre de la misma manera, dado que ya sabemos qué es lo que funciona. Sin embargo, cuando estamos en pareja, hemos dejarnos llevar, no tenemos tanto el control y saltar a ese vacío que supone el descontrol del orgasmo no es fácil si ya tenemos automatizado un tipo de estimulación. Para solucionar esto, es recomendable que cambies la forma en que te masturbas: cambia la postura, la mano, el ritmo,…

3. Pensamientos intrusivos

Como comentábamos antes, cuando la eyaculación retardada se da frecuentemente, la persona tiende a evitar las relaciones sexuales. Esto es así porque cuando piensa que su pareja quiere tener sexo o anticipa que en un momento determinado “va a tener que” tener relaciones sexuales una cascada de pensamientos le asolan: “para qué voy a hacerlo si no voy a llegar”, “ella/él quiere que llegue al orgasmo y no lo voy a conseguir”, “soy muy mal amante”, “se va a pensar que no me gusta o que no lo hace bien”. Estos es lo que se llama ansiedad anticipatoria o ansiedad de ejecución. Todos estos pensamientos generan mucha presión y, la presión, es la peor enemiga del placer.

4. Escasa o mala comunicación en pareja

Es muy frecuente que cuando existen problemas y conflictos en la relación de pareja, los conflictos se manifiesten en la cama también. Puede ser que la comunicación con tu pareja no fluya y te cueste expresar lo que te ocurre, con lo cual va a ser difícil que ambos disfrutéis de los encuentros eróticos. También, puede ocurrir que no te guste como lleva a cabo tu pareja ciertas prácticas eróticas y no se lo estés diciendo. La comunicación y la asertividad sexual son esenciales para el goce y el disfrute de ambos.

Otras causas pueden ser: el miedo al embarazo, deseo sexual inhibido, la visión del sexo como algo sucio o negativo, la falta de confianza con la pareja sexual o complejos con el cuerpo. Todo esto también tiene que ver con la ansiedad anticipatoria.

Tratamiento de la eyaculación retardada.

Descartada una causa orgánica, hemos de tener en cuenta que cada caso es único e irrepetible, por eso es tan importante que el sexólogo o la sexóloga que te trate haga una evaluación exhaustiva de lo que te ocurre. No obstante, el tratamiento de la eyaculación retardada suele consistir en lo siguiente:

  • Educación sexual para trabajar todas aquellas creencias irracionales que tienes sobre el sexo (por ejemplo, “para ser buen amante tengo que rendir bien en la cama” o “si no hay orgasmo no es sexo”) y para explicar el mecanismo y funcionamiento de la eyaculación. Además, a veces tenemos que aceptar que no tenemos los mismos ritmos que nuestra pareja y estos hay que respetarlos. No tiene nada de malo, simplemente es así.
  • Focalización sensorial y mindfulness. Lo que suele ocurrir, tanto en la eyaculación retardada como en otras disfunciones sexuales que tenemos la atención más focalizada en la mente y no en el cuerpo, en las sensaciones placenteras que este nos transmite. El mindfulness es una práctica que te ayudará en la focalización de la atención. En estos ejercicios también se trabajará la mirada coitocéntrica sobre el sexo y se potenciarán otras prácticas eróticas igualmente placenteras.
  • Mejora de la comunicación en pareja. Siempre que sea posible, el tratamiento se llevará a cabo en pareja. Esto es así porque cuando ocurre una dificultad en la cama se tiende a responsabilizar a la persona que la manifiesta, sin embargo, en consulta podemos ver que mucho tiene que ver con las dinámicas de la pareja y la comunicación.

Conclusiones…

Ciertamente, no existe consenso (y quizás no debería) en cuál sería el tiempo adecuado para la eyaculación. Este tiempo depende de muchas variables, incluso variables que tienen que ver con la misma persona: dependiendo del momento, del nivel de cansancio, la etapa vital, cómo se sienta de presionado, etc. Por eso, a los profesionales de la sexología nos gusta más hablar de insatisfacción con el tiempo de la eyaculación, más que de eyaculación retardada. Dicho tiempo también puede depender de la dinámica de la propia pareja: comunicación, caricias, etc.

Recuerda que el orgasmo no es obligatorio y cuando así lo vemos es imposible que disfrutemos del paseo si solo estamos pensando en llegar a la meta. A veces, nos sentimos presionados por nuestra pareja que se empeña en que llegues al orgasmo. Es lógico, ya que ella también quiere que disfrutes tú, pero, aunque su intención sea buena, lo que hace sientas esa presión. No hay nada más ineficaz para llegar al orgasmo que buscarlo.

Todas estas dinámicas y otras son aspectos que se pueden corregir y mejorar en una terapia sexual y de pareja (en el caso de que la haya).

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Referencias bibliográficas:

Alonso Martín, M., Gamero Gamero, C., & Torres-Pereira, J. TERAPIA SEXUAL DE UN CASO DE EYACULACIÓN RETARDADA.

Cabello, F. (2010). Manual de sexología y terapia sexual. Madrid: Síntesis.

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autora del artículo

Brenda Ruano Bodemer

PSICÓLOGA SEXÓLOGA COLEGIADA M-34490

Brenda Ruano Bodemer (Madrid, 1993) se graduó en Psicología por la UCM. Trabaja en la consulta privada desde 2016. Desde entonces, lleva formándose en distintos ámbitos de la psicología: Máster en Sexología, educación sexual, asesoramiento y terapia sexual (UCJC, IUNIVES), Máster en Psicología General Sanitaria (Universidad de Nebrija). Título en Psicología Afirmativa en Diversidad Sexual y de Género (COP). Además de la consulta privada, ha trabajado en centros de día de adicciones y, actualmente, imparte talleres de Educación Sexual en institutos y da formación a profesores sobre Educación Sexual.

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