La fobia a los perros es un trastorno mucho más común de lo pensado, y puede adoptar diferentes formas; al fin y al cabo es un miedo irracional hacia una experiencia o concepto concreto, con toda la variedad que ello implica. Si esto lo sumamos el hecho de que a veces puede llevar a producir malestar de manera muy frecuente, la calidad de vida de quien la sufre se ve muy mermada.
Un claro ejemplo de esto es la fobia a los perros o cinofobia, ya que esta es la mascota más común que tenemos los seres humanos. Y es que los canes son grandes compañeros; quien haya tenido uno sabe de lo que hablamos, del amor incondicional que ofrecen y la buena compañía que hacen, por lo que fácilmente se convierten en uno de la familia. Sin embargo, para quien desarrolla fobia a los perros, estos animales pueden llegar a ser una verdadera pesadilla.
En este artículo veremos qué es la cinofobia y cuáles son sus características principales.
¿Qué es la fobia a los perros?
La fobia a los perros es un trastorno de ansiedad perteneciente a categoría de las fobias específicas. Estas son alteraciones psicológicas en las que un entorno, ser vivo u objeto concreto desencadenan reacciones de mucha ansiedad, las cuales aparecen en cuestión de segundos y producen el impulso de dejar de exponerse a esos elementos cuanto antes, hasta el punto de prácticamente perder el control de los propios actos.
Así, la fobia a los perros es un miedo irracional hacia los canes, y en los casos más severos puede llegar a causar bastante ansiedad con solo el hecho de pensar que podemos encontrarnos con uno, es decir, no se necesita ni ver al animal para sufrir esta clase de experiencias de pánico.
A pesar de la popularidad de los perros, este miedo irracional es más común de lo que se puede pensar en un primer momento, por lo que su tratamiento en personas diagnosticadas mejorará su calidad de vida con la superación de este trastorno, porque es fácil encontrarse con alguna de estas mascotas al salir de casa.
Síntomas
La cinofobia comparte una sintomatología similar con el resto de fobias, siendo tanto cambios físicos, cognitivos y conductuales, principalmente:
- Temor intenso.
- Ansiedad.
- Pánico.
- Sensación de impotencia.
- Conducta evasiva o de huida.
- Sudoración excesiva.
- Palpitaciones cardíacas.
- Opresión del pecho.
- Dificultad al respirar.
Causas de la fobia a los perros
El origen de la fobia a los perros es muchas veces el sufrir un evento traumático que implique la presencia de un perro. Por condicionamiento clásico, un mecanismo de la mente que asocia elementos con respuesta involuntaria, se extiende el temor que provocó esa situación a toda especie de perro que exista.
Sin embargo, en muchas ocasiones las personas desarrollan cinofobia sin haber llegado a pasar una experiencia muy dolorosa (física o emocionalmente) con perros.
Por ejemplo, también es posible interiorizar este miedo a partir de la inculcación de ideas y recomendaciones de evitar peligros, como cuando un padre o madre repite que los perros son malos.
En cualquier caso, también puede ser que la fobia a los perros aparezcan sin poder identificar experiencias específicas en las que los perros empezaron a producir temor. No hay que olvidar que los trastornos psicológicos no acostumbran a tener una sola causa, sino que son el producto de una combinación de factores contextuales y de predisposiciones biológicas del sistema nervioso de la persona.
Tratamiento de la cinofobia
La fobia a los perros, como cualquier otro tipo de fobia, responde muy bien a la terapia cognitivo-conductual, un método que influye tanto en la manera en la que pensamos como en el modo en el que interactuamos con el entorno.
El método usado tiene como objetivo instaurar nuevos pensamientos y conductas hacia lo que causa la ansiedad, en este caso los perros, por lo que se trabaja no solo en las creencias del paciente, sino también en sus patrones de interacción con estos animales.
Una técnica muy utilizada consiste en exponerse gradualmente a esa fuente de malestar, para que se vayan implementando experiencias más neutrales al principio, y positivas después, en sustitución de las experiencias negativas que se retroalimentan a causa de la ansiedad producida por la exposición a estos animales.
La duración del tratamiento se tiene que prever que será de semanas o meses, ya que superar cualquier tipo de fobia es posible, pero requiere de tiempo, paciencia y compromiso con la terapia. Y es que los miedo irracionales son complicados de gestionar por uno mismo, ya que incluso con el propio hecho de pensar en una situación que involucre su miedo, provoca mucha ansiedad al quien la sufre.
Lo primero de todo es conocer la gravedad de la cinofobia. Si se trata de una fobia a los perros grave, en los primeros contactos con la fuente de ansiedad se realizarán con fotografías o directamente con la imaginación, en vez de exponerlo directamente a un ejemplar vivo o un entorno de realidad virtual. Eso sí, lo más importante en cualquier caso es que se vaya poco a poco.
Durante todo este proceso, el psicólogo se ha mantenido con el paciente, favoreciendo la aparición de pensamientos neutrales o positivos y aconsejando estrategias de gestión de la ansiedad.
Nuestra Terapia para las Fobias
Referencias bibliográficas:
American Psychiatric Association (2013), Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5ª edición), Arlington: American Psychiatric Publishing.
Hamm, A.O. (2009). Specific phobias. The Psychiatric Clinics of North America. 32(3): pp. 577 – 591.
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