Síndrome de Munchausen por poderes: características y síntomas. El siglo XX se denominó “Siglo de la infancia”. Entre otras cosas, porque fue en esta centuria cuando se proclamó la Declaración de los Derechos de los Niños (1959), que influyó positivamente en la mejora de la asistencia médica infantil y en su acceso a los estudios. Así, actualmente existe una clara conciencia de la necesidad de tratar y educar bien a los niños, que se ha traducido, entre otras cosas, con el castigo de la sociedad al maltrato de menores.
Ahora bien; que la sociedad esté cada vez más concienciada no significa que se haya erradicado el maltrato infantil de forma absoluta. De hecho, existe un tipo de maltrato a menores, conocido como el síndrome de Munchausen por poderes, que por su dificultad de diagnóstico resulta extremadamente difícil de erradicar.
¿En qué consiste el síndrome de Munchausen por poderes? En este artículo vamos a intentar explicarlo, poniendo especial énfasis en las señales para detectarlo.
Síndrome de Munchausen por poderes: ¿en qué consiste?
El síndrome de Munchausen por poderes es una alteración mental ligada a una forma de maltrato infantil que se basa en la dinámica acción/omisión. Se denomina así por el barón Karl Friedrich Hieronymus Freihess von Münchausen, un personaje del siglo XVIII que fue famoso por inventar o exagerar sus gestas en la guerra.
¿Qué relación puede tener semejante personaje con un tipo de maltrato infantil? Pues que, de forma semejante a lo que hacía el barón, el padre o la madre del menor, o ambos, mienten acerca del estado de salud de su pequeño, hasta el punto de falsificar los datos clínicos con el objetivo de que los profesionales sanitarios se centren casi en exclusiva en ellos.
Es decir, que el menor en realidad no sufre enfermedad alguna, sino que sus síntomas son inventados por los progenitores. En otras palabras, se trata de síntomas fingidos, pues no corresponden a ninguna patología, sino que son fruto de la intervención de los padres.
Síntomas Síndrome de Munchausen por poderes
Como se puede apreciar, se trata de un síndrome complejo y extremadamente difícil de detectar. Uno de los métodos de detección es la observancia de los menores que son llevados a urgencias con demasiada frecuencia, así como de los adultos que los acompañan.
Por otro lado, los síntomas que se resisten a ser relacionados con un cuadro clínico en concreto o los que persisten durante un largo tiempo son altamente sospechosos. La existencia de antecedentes familiares de fallecimientos de menores y/o enfermedades de gravedad también son elementos que deben ponernos alerta.
En cuanto a los adultos que acompañan a los niños, se ha observado que, en un 75% de los casos, es la madre la que perpetra el engaño. Es necesario observar patrones de comportamiento en estas personas, tales como la negación de dejar al menor solo, la insistencia en hablar y convencer a los profesionales sanitarios y, sobre todo, los indicios que puedan indicar trastornos mentales o conductuales.
El síndrome de Munchausen por poderes es una variante del síndrome de Munchausen genérico, en el que la persona se inventa enfermedades que, supuestamente, tiene él mismo. El primero, en cambio, se da cuando los síntomas fingidos se atribuyen a una persona dependiente, ya sea un menor, un anciano, una persona discapacitada, etc.
¿Cuál es el tratamiento para el síndrome de Munchausen por poderes?
El tratamiento relacionado con este síndrome es multifactorial, pues no solo debe tratar psicológicamente al niño y a sus progenitores, sino que también debe valorar el marco legal, social y jurídico en el que se desarrolla. El equipo que se hace cargo del tratamiento debe ser, por tanto, un equipo interdisciplinar, que debe tener en cuenta lo siguiente:
1. Tratamiento de índole medicoquirúrgica
Enfocado, principalmente, al menor o a la persona dependiente sobre la que se están inventando los síntomas. Esto es importante, ya que, aunque aquellos sean fingidos, las continuas visitas al hospital y los tratamientos farmacológicos pueden ser perjudiciales para la salud del afectado.
Los datos son escalofriantes. Se ha estudiado que la mortalidad de las víctimas puede llegar al 15%, además de las graves secuelas de carácter neurológico que pueden persistir. Por todo ello, la intervención medicoquirúrgica es crucial para estabilizar su salud.
2. Tratamiento psiquiátrico
A menudo, los perpetradores del maltrato no son conscientes de ello y, por tanto, suelen minimizar sus actos y restarles importancia. Es importante que, tanto ellos como el resto de la familia, reciban tratamiento psiquiátrico.
3. Análisis del marco social y jurídico
Otro de los pasos en el tratamiento necesario ante un síndrome de Munchausen por poderes es contactar con los servicios sociales que protegen al menor, que deberán valorar la permanencia del niño/a en el seno de la familia. En general, las acciones legales contra el menor y el progenitor se dan en casos en que este se niegue a seguir un tratamiento.
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Un problema psicológico difícil de abordar
Por todo lo expuesto anteriormente, el síndrome de Munchausen es uno de los más difíciles de diagnosticar, pero también de tratar. La principal causa de dificultad es que el perpetrador oculta información y miente a los profesionales médicos, por lo que es realmente complicado descubrir la verdad.
Por otro lado, no debemos olvidar que para el menor resulta muy traumático, ya que los niños confían en la palabra de sus padres y madres que, supuestamente, deben hacerse cargo de su bienestar. Descubrir, por tanto, que sus figuras de referencia les han estado engañando y utilizando es un choque psicológico que puede dejar secuelas si no se trata debidamente.
Referencias bibliográficas:
Bass, C., & Jones, D. P. H. (Eds.). (2017). Munchausen’s Syndrome by Proxy Reconsidered. Abingdon, UK: Routledge.
Feldman, M. D. (1994). Playing Sick?: Untangling the Web of Munchausen Syndrome, Munchausen by Proxy, Malingering, and Factitious Disorder. New York, NY: Brunner/Mazel.
Flaherty, E. G., & American Academy of Pediatrics Committee on Child Abuse and Neglect. (2008). Clinical Report—Munchausen Syndrome by Proxy: Identification and Reporting. Pediatrics, 122(4), 966-970. doi: 10.1542/peds.2008-2173