Terapia de pareja: Claves de comunicación en la relación. Una buena comunicación en pareja depende de múltiples factores a cultivar en el día a día durante la convivencia en pareja y en eso se empeña la terapia de pareja. Está muy extendida la creencia de que la comunicación de la pareja depende de “hablar las cosas y contárselo todo al otro”, sin embargo son muchas más, y más sutiles, las variables que influyen en una buena comunicación.
Comunicarle al otro mis sentimientos, preocupaciones y necesidades, sin exigir ni reprochar, favorece una mejor comunicación y una mayor complicidad.
La propia autoestima o la valoración personal
En la medida que nuestro autoconcepto es positivo, y nuestra vida fuera de la pareja nos resulta satisfactoria, estamos evitando proyectar sobre el otro nuestras propias carencias. A menudo se desencadena el siguiente círculo vicioso: me enamoro y me ausento en un mundo ideal en el que sólo existe la pareja, esto lleva a descuidar e ir dejando de lado estímulos vitales que son fundamentales para una buena autoestima y un necesario desarrollo personal, como son los amigos, hobbies, intereses personales e inquietudes. Mantenido en el tiempo esto nos hace más dependientes de la pareja en exclusiva, de modo que con el tiempo aparece “la rutina”.
La rutina en pareja no es mala, podríamos decir incluso que es inevitable, pero si ese día a día en convivencia se prolonga sin una vida personal enriquecida en estímulos personales y sociales, derivará en una baja autoestima, que influirá negativamente en la relación. De ahí la importancia de conservar y cultivar los referentes de nuestro mundo íntimo, ya que dinamizan y airean “la rutina” que con el tiempo alcanza a la pareja y que bien enfocada puede ser un valor positivo.
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Reconocer y agradecer
Agradecer y valorar al otro las pequeñas cosas que nos aporta, es fundamental para establecer una mejor comunicación en la pareja. Muchas veces olvidamos que con su presencia, nuestra pareja nos está aportando y apoyando.
Con el tiempo, podemos llegar a creer que esto es algo insustancial y una obligación del otro por el hecho de estar a nuestro lado, sin valorar que los pequeños detalles son fundamentales para mantener la relación. Reconocer estos detalles motiva que el otro se sienta reconocido y valorado a nuestro lado.
Empatizar
Ponerme en el lugar del otro, intentar entenderle mirando desde su punto de vista, reconociendo sus sentimientos o situación en un momento dado, ayudará a “discutir” y negociar los asuntos importantes de la pareja sin caer en la trampa de la “lucha de poder”. Este es uno de los puntos más importantes a trabajar en terapia de pareja.
La lucha de poder, significa que trato de imponerme al otro sin escucharle, con el único objetivo de tener razón, por lo que las discusiones se hacen eternas y elevadas de tono, sin llegar a un punto en común o entendimiento.
Olvidamos a menudo, que en la relación, y como muy sabiamente me expresaba una paciente “cuando se discute, si mi pareja pierde yo pierdo”.
Empatizar con la pareja, significa escucharle y ponerme en su piel, sin olvidar expresar mi opinión, necesidades y sentimientos, con el objetivo de llegar a un punto que respete ambas partes y desde el cual se pueda solucionar el conflicto.
Cuando se discute, si mi pareja pierde yo pierdo
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Lenguaje corporal
No hay nada tan sutil y valioso como el lenguaje corporal positivo con la pareja. Saber transmitir con una mirada, guiño o sonrisa, el apoyo o empatía; no descuidar las expresiones de afecto como las caricias, besos o cariños, mantiene el enamoramiento y la complicidad. Todo un mundo de hormonas y neurotransmisores que favorecen el bienestar, se despierta y une a ambos miembros de la pareja.
Sobre este despliegue de reacciones fisiológicas, sostenedoras de la relación, hablaremos, largo y tendido dado su interés, en otro artículo.
Desarrollar y mantener un buen lenguaje corporal con el otro, es además fundamental para el erotismo dentro de la pareja y el mantenimiento del deseo sexual.
Expresión de las emociones: asertividad
Saber reconocer y expresar mis emociones al otro, desde el respeto y la ausencia de reproches o exigencias, genera un ambiente de confianza y comunicación con la pareja. Como decíamos en el punto anterior, sobre el reconocimiento y agradecimiento, a menudo esperamos que el otro adivine nuestras necesidades, como prueba de su amor. Esto lleva a malos entendidos y discusiones que a menudo salen a la luz durante la terapia de pareja.
Otras veces, silenciar lo que nos ha hecho daño o molestado, despierta la desconfianza e impotencia de la pareja, por lo que la comunicación se ve dificultada.
Es fundamental expresar lo que nos ocurre sin agredir al otro, de no ser así es fácil que el problema se mantenga latente, amenazando con reaparecer ante cualquier contratiempo.
Espacio individual / espacio compartido
Mantener un equilibrio entre los espacios comunes e individuales, enriquece la comunicación dentro de la relación. Cuando hay hijos, se sufre una merma de estos espacios tan importantes para la convivencia, por lo que es conveniente organizarse entre ambos. Que cada uno tenga un día de la semana para ir a esa actividad o clase que le gusta, mientras el otro se queda con los niños, es una buena forma de garantizar los espacios individuales. Más complicado es disponer de los espacios comunes cuando hay hijos, pero siempre es importante encontrar la forma de coincidir a solas.
Expresar desde la asertividad y la empatía, con la clara conciencia de que el otro no nos pertenece ni debe nada por el hecho de ser nuestra pareja es uno de los objetivos fundamentales de la terapia de pareja para que la relación salga adelante. Son muchos los mitos sobre el amor que hacen daño dentro de la relación y que es imprescindible cuestionar. La pareja, el otro, no es una fusión o vínculo incondicional, es un mundo aparte de mí con el que se camina, respetando las diferencias y su individualidad.
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