El trastorno de imagen corporal es más común de lo que pensamos. La imagen que tenemos de nuestro cuerpo es una representación o construcción que cada uno hacemos en nuestra mente.
Esta imagen que nosotros creamos normalmente está mas o menos ajustada a la realidad, algunas cosas nos pueden gustar más y otras menos, pero cuando estamos muy descontentos con nuestra apariencia física pueden surgir problemas psicosociales en la interacción con los demás.
Trastorno de la Imagen Corporal: ¿Qué es?
Esta imagen corporal se crea a partir de varios aspectos: se genera a través de la percepción que tenemos de nosotros y puede estar más o menos ajustada o bien puede estar sobrestimada o subestimada; también se construye con aspectos emocionales, es decir, la valoración que despierta desde un punto de vista emocional nuestro cuerpo, y que nos dice si estamos a gusto con él, si nos genera placer, etc.
En la sociedad actual en la que hay una primacía del aspecto físico por encima de otros valores, como consecuencia puede surgir una cierta insatisfacción por nuestro cuerpo que puede llegar a agravarse hasta el punto de hablar de un trastorno de la imagen corporal o trastorno dismórfico corporal.
El Trastorno de la imagen corporal se define como una exagerada preocupación por un “defecto” corporal que normalmente es inexistente o de escasa identidad, pero que produce gran malestar, ansiedad e interfiere en la vida de la persona dificultando sus relaciones sociales y su funcionamiento en la vida cotidiana. Normalmente esta preocupación se centra en partes del cuerpo (forma, tamaño, peso), pero también en aspectos más globales (por ejemplo en el caso de la vigorexia)
En la formación de una autoimagen corporal negativa influyen los modelos de belleza impuestos socialmente donde se estigmatizan ciertos aspectos de la imagen física, como por ejemplo la gordura que no se adapta al canon de belleza estereotipada
En muchos casos se asocia a trastornos de la alimentación donde existe también una insatisfacción con la imagen corporal, por lo tanto es importante que las terapias se centren en recuperar una imagen ajustada del cuerpo.
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Cómo detectar un trastorno de la imagen corporal
En 1991, el psicólogo Cash definió una serie de esquemas cognitivos o pensamientos recurrentes en las personas que padecían este trastorno y que afectan a su autoestima. Entre estos pensamientos encontramos:
- La gente atractiva lo tiene todo.
- La gente se da cuenta de lo erróneo de mi apariencia en primer lugar.
- La apariencia física es signo de cómo soy interiormente.
- Si pudiera cambiarme como deseo, mi vida sería mucho mejor.
- Si la gente supiera como soy realmente a ellos no les gustaría.
- Si controlo mi apariencia, podré controlar mi vida social y emocional.
- Mi apariencia es responsable de muchas cosas que ocurren en mi vida.
- Debería saber siempre cómo parecer atractivo.
- El único modo en el que me podría gustar mi apariencia es modificándola.
A nivel emocional las personas con trastorno corporal sienten asco, tristeza, se avergüenzan de su aspecto, no “se quieren” lo que hace que sufran bastante. Todo esto hace que al final adopten conductas evitativas, rituales, cambien sus hábitos alimenticios… etc. La causa de esta distorsión en la percepción les hace también adoptar pensamientos negativos hacia sí mismos y hacia otras personas con las que se identifican y todo esto lo que consigue es mantenerlo.
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Terapia
La terapia psicológica va dirigida al aprendizaje nuevos patrones de pensamiento y emociones a través de técnicas que acompañan a la persona a verse de un modo más ajustado y a sentirse bien consigo mismo.
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