¿Qué diferencia a un sociópata y a un psicópata y por qué?

¿Qué diferencia a un sociópata y a un psicópata y por qué?

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A menudo, se confunden los términos psicópata y sociópata o se emplean indistintamente pensando que son lo mismo. Esto ocurre porque en el DSM 5, el manual de psiquiatría, se aglomeran las características de la psicopatía y la sociopatía bajo el “título” Trastorno de la Personalidad Antisocial.  Además, en la cultura popular, a través del cine y las historias de ficción también se ha plasmado estos rasgos de personalidad de forma errónea.

Este trastorno está caracterizado, principalmente, por la falta de atención a los derechos de los demás y a su vulneración. Las personas con este trastorno tienden a incumplir las normas, engañan, son impulsivas, se irritan con facilidad, tienden a la irresponsabilidad constantemente y, además, tienen incapacidad para sentir remordimiento por todo ello.

Con las palabras sociópata y psicópata se designan patologías psiquiátricas que, a pesar de que se suele utilizar como sinónimo, no lo son exactamente. En este artículo, te contaremos las principales diferencias entre un sociópata y un psicópata para que aprendas a distinguirlos, pero antes, vamos a ver qué significan cada uno de los términos.

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¿Qué es un sociópata? ¿y un psicópata?

En primer lugar, hemos de tener en cuenta de que no existe un consenso científico para la definición de la psicopatía y la sociopatía. Como hemos señalado anteriormente, ambos términos encajan dentro de la categoría diagnóstica Antisocial dentro de los trastornos de personalidad (en el DSM 5).

Existen múltiples personajes de ficción que recurrentemente se les ha designado como psicópatas y ello ha provocado que se utilice este adjetivo para referirse a personajes con una marcada falta de escrúpulos, capaces de cometer crímenes atroces y sin sentir culpa o arrepentimiento. Anibal Lecter o El Joker son algunos ejemplos.

Por el contrario, la palabra sociópata tiende a ser menos empleada en el lenguaje popular. No obstante, se tiene la creencia generalizada de que los psicópatas y los sociópatas representan un peligro para las personas que tienen alrededor. Además, es más común en hombres que en mujeres. Con todo, no debemos perder de vista que no dejan de ser “etiquetas culturales” que se aplican para designar rasgos típicos del Trastorno de Personalidad Antisocial.

6 diferencias entre un sociópata y un psicópata

A continuación veremos las claves para diferencias a un sociópata de un psicópata.

1. Sociópata se hace, psicópata se nace

La mayoría de los trastornos psicológicos tienen como causas factores del ambiente, es decir, vienen dados por la propia historia del individuo, su educación, hechos traumáticos vividos (sobre todo durante la infancia o la adolescencia), etc. Ejemplos de ello pueden ser los trastornos de ansiedad o los trastornos de adicción. Sin embargo, otros (como los trastornos del espectro autista) se nacen con ellos. Su origen está en los genes y en la química cerebral.

Es lo que ocurre en el caso de la psicopatía. Se trata de una condición con la que el individuo ya nace. En cambio, con la sociopatía, según diversos estudios, lo que ha ocurrido es que determinadas situaciones de la vida han desencadenado el trastorno (por ejemplo, el maltrato infantil). Como señalamos, dichas situaciones pueden ser eventos traumáticos o abusos físicos o psicológicos por parte de figuras de apego, especialmente.

2. El sociópata es más impulsivo

Otra de las principales diferencias es la impulsividad. El psicópata tiene más visión a largo plazo. Son más calculadores y capaces de medir meticulosamente sus conductas con el fin de poder manipular mejor a una persona o para tapar las pruebas de delitos o incumplimiento de normas. Además, un psicópata controla mejor sus emociones que un sociópata, que tiene mayor dificultad para el manejo de las emociones desagradables.

En cambio, en la sociopatía, es más común que actúen por impulsos. Les cuesta mucho conseguir metas a largo plazo, en especial en al ámbito laboral. Los delitos que comenten suelen ser por error o como consecuencia de un estallido de ira o rabia, no suelen ser planificados.

3. Un sociópata tiene menos habilidades sociales

Un sociópata va a tener muchas dificultades para relacionarse con otras personas. Podrá tener vínculos fuertes, pero lo más común es que estos sean porque la otra persona comparte ideas y formas de pensar y de actuar afines. Es común, además, que un sociópata tenga dificultades para prosperar social, laboral y económicamente. De hecho, hay estudios que confirman que la psicopatía resulta una ventaja para alcanzar altos puestos de trabajo, debido a su deseo de competir y la falta de empatía en todo el proceso.

Por otro lado, los psicópatas tienen habilidades sociales en el sentido de que son encantadores a ojos de los demás. Sin embargo, ese encanto solo forma parte de la manipulación que están acostumbrados a ejercer.

4. El psicópata tiene nula capacidad para empatizar

En la psicopatía la capacidad de empatía es absolutamente nula. De ahí que no tengan remordimientos ante sus actos dañinos. Por ello, sus relaciones son artificiales y sus vínculos no son reales. Usa al resto como un medio para conseguir un fin. Algunos estudios, han demostrado que, en la psicopatía, ciertas zonas del cerebro no están activadas.

En cambio, en la sociopatía, aunque la capacidad de empatizar tampoco es que sea un punto fuerte para un sociópata, esta capacidad no es del todo nula. Sí que suelen sentir empatía por sus vínculos más cercanos y sus seres queridos. No obstante, esta empatía se reducirá para otros que no estén dentro de su círculo cercano.

5. Un sociópata ejerce más violencia que un psicópata

Esto es debido a lo que comentábamos anteriormente sobre la impulsividad. Es la incapacidad para controlar los impulsos lo que les lleva a cometer actos violentos.

Solemos tener en la mente que son los psicópatas los que cometen asesinatos. Sin embargo, ellos solo usan su inteligencia y sus habilidades sociales para manipular a los demás y conseguir lo que desean.

6. Un sociópata tiene más probabilidades de sufrir otros trastornos mentales

Por causa de los hechos traumáticos vividos en la infancia o adolescencia por un sociópata es más probable que, a su vez, sufra otros trastornos como pueden ser la ansiedad, la depresión o las adicciones.

En la psicopatía, al no estar relacionada con los eventos de la vida, la relación con otras patologías mentales es mucho menos frecuente. Podemos entender que si una persona ha experimentado situaciones traumáticas (como pueden ser el maltrato infantil o el abuso sexual) desarrolle síntomas de ansiedad, depresión, falta de habilidades sociales, y también, impulsividad, escasa empatía o agresividad, más propias de un sociópata.

Conclusiones

A un sociópata o a un psicópata no se les distingue a simple vista como suele ocurrir en la gran pantalla cuando el personaje en cuestión hace acto de presencia. La cultura popular, la complejidad de los trastornos de la personalidad y la falta de estudios concluyentes tiene como consecuencia que se genere tanta confusión entre los términos psicópata y sociópata.

Es importante señalar que no todas las personas con un Trastorno de Personalidad Antisocial, ya sea más tendente a la psicopatía o a la sociopatía, tienen necesariamente que ejercer la violencia o caracterizarse por ser personas violentas. La violencia no es indicativo para establecer el Trastorno de Personalidad Antisocial.

A priori, sí podemos determinar que la sociopatía es más compleja, aunque por ello no sea menos importante la psicopatía, en cuanto a que tiene mayor comorbilidad con otros trastornos (depresión, ansiedad, etc.). La complejidad de la psicopatía radicaría en que la persona que la sufre no es consciente de tener un problema.

Además, el tratamiento psicológico para un sociópata o un psicópata también va a ser complejo. Se ha de evaluar e intervenir en todos los ámbitos de la persona para corregir sus comportamientos. La dificultad está en que, en numerosas ocasiones, al carecer de empatía, la persona no ve que sus conductas sean problemáticas y, a menudo, si no siempre, no quieren cambiar.

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Referencias bibliográficas:

Ventura, J. C., & Acosta, T. M. C. (2017, June). Aspectos Fisiológicos y neurobiológicos de la psicopatía. In 6ta Jornada Científica de estudiantes-FACISAL.

Prado, B. C. (2019). Psicópatas, sociópatas y narcisistas perversos en la literatura policial. In Género negro sin límites (pp. 243-251). Andavira.

López Miguel, M. J., & Núñez Gaitán, M. D. C. (2009). Psicopatía versus trastorno antisocial de la personalidad. Revista Española de Investigación Criminológica (REIC), 7, Artículo 1, 1-17.      

Pozueco Romero, J. M., Romero Guillena, S. L., & Casas Barquero, N. (2011). Psicopatía, violencia y criminalidad: un análisis psicológico-forense, psiquiátrico-legal y criminológico (Parte I). Cuadernos de medicina forense17(3), 123-136.

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autora del artículo

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Por Brenda Ruano Bodemer

PSICÓLOGA SEXÓLOGA COLEGIADA M-34490

Brenda Ruano Bodemer (Madrid, 1993) se graduó en Psicología por la UCM. Trabaja en la consulta privada desde 2016. Desde entonces, lleva formándose en distintos ámbitos de la psicología: Máster en Sexología, educación sexual, asesoramiento y terapia sexual (UCJC, IUNIVES), Máster en Psicología General Sanitaria (Universidad de Nebrija). Título en Psicología Afirmativa en Diversidad Sexual y de Género (COP). Además de la consulta privada, ha trabajado en centros de día de adicciones y, actualmente, imparte talleres de Educación Sexual en institutos y da formación a profesores sobre Educación Sexual.

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